sábado, 7 de mayo de 2016

El cardenal Jaime Ortega oficia su última misa como Arzobispo de La Habana


LA HABANA.- El cardenal Jaime Ortega ofició hoy su última misa como Arzobispo de La Habana, en un entorno donde reconoció a las autoridades cubanas por las posibilidades brindadas para avanzar "por un camino de diálogo". En la homilía de este domingo, agradeció especialmente al presidente Raúl Castro por "el impulso decisivo" dado a este proceso de acercamiento "sin retrocesos", y no siempre comprendido, que propició con la Iglesia católica.
Asimismo, Ortega destacó la posición del mandatario cubano por haber aceptado los buenos oficios del Vaticano en el restablecimiento de relaciones políticas con Estados Unidos.

Tras cumplir 35 años de gestión al frente del Arzobispado pidió a los fieles congregados en la Catedral que no sientan este momento como una despedida, pues seguirá sirviendo a la Iglesia, ya que los obispos y los sacerdotes "no se retiran nunca".

En la misa se dio lectura además a un mensaje del papa Francisco, donde el Sumo Pontífice elogia la labor del prelado cubano en favor del diálogo y la reconciliación en la isla.

"Aún en tiempos delicados no ha escatimado esfuerzos para fomentar la reconciliación en el seno de la sociedad cubana y para abrir caminos de diálogo entre Cuba y otros países", expresó Francisco.

Además, el mensaje destacó el trabajo realizado por Ortega para propiciar el acercamiento entre Cuba y el Vaticano, lo cual se refleja en las visitas a la isla de San Juan Pablo II en 1998, Benedicto XVI en 2012 y el propio Francisco en 2015.

En los días finales de abril, el Papa aceptó el retiro como Arzobispo de Jaime Ortega del cargo por sobrepasar la edad de 75 años -está próximo a cumplir los 80 años- de acuerdo con las normativas del Código de Derecho Canónico, y nombró para esa responsabilidad a monseñor Juan de la Caridad García, hasta ahora arzobispo de Camagüey.

Su labor de reconciliación tiene un peso específico en Cuba, pues había estado preso en un campo de trabajos forzados en 1966.

Fue promotor del compromiso laical, de la comunicación de la Iglesia, no obstante los límites a los que ha sido sometida durante la revolución castrista, así como creador y reconstructor de templos católicos en La Habana.

También echó a andar Cáritas y mantuvo siempre un alto nivel de interlocución con el Gobierno, a favor de los derechos humanos y religiosos de los cubanos.