LA HABANA.- La economía cubana
crecerá poco más de un 1% este año, por debajo del 2% previsto, debido a
un ralentecimiento de las exportaciones, industria azucarera, turismo, y
agricultura y el recrudecimiento del embargo de Estados Unidos, informó
el gobierno.
El crecimiento del PIB al cierre de 2018 se estima
"en una tasa ligeramente superior al 1%, cuando se esperaba alcanzar la
cifra del 2%", informó el ministro de Economía, Alejandro Gil, en una
reunión con parlamentarios a la que asistió el presidente Miguel
Díaz-Canel. Para 2019 el gobierno espera una tasa también superior al
1%.
Gil, citado por el diario oficial Granma, precisó que en
ese magro crecimiento del 2018 inciden "incumplimientos de los ingresos
previstos por exportaciones", la no ejecución de "importaciones, además
de las tensiones en los niveles de endeudamientos".
Asimismo,
pronosticó una "decaída con respecto al año anterior en la industria
azucarera y el turismo" y "las actividades de la agricultura, la
construcción y minas y canteras".
Cuba tiene un atraso en el pago
de la deuda que mantiene con Brasil -un importante proveedor de
alimentos de la isla- según han confirmado las autoridades brasileñas.
Por
su parte, Díaz-Canel dijo que la economía, que creció apenas 1,1% en el
primer semestre, enfrentó en 2018 un "escenario complejo", marcado por
"insuficiencias" internas y el recrudecimiento del bloqueo que
Washington aplica contra la isla desde 1962.
"Hay países donde no
hay ningún banco que (...) quiera hacer negociaciones con Cuba. Esos son
de las complejidades que nosotros tenemos", debido al embargo, ilustró
el mandatario cubano.
Subrayó que "la batalla fundamental de Cuba
es la economía", porque "la gente lo que más espera es una respuesta
(mejoría) económica".
Recientemente, La Habana ha reconocido
problemas en el abastecimiento de pan a sus ciudadanos, producto de
faltas de repuestos en sus principales molinos, tema que espera resolver
en las próximas semanas.
Cuba lleva adelante un proceso de
reforma de su economía de corte soviético, que pasa por una nueva
Constitución, que deberá ser aprobada en referendo en febrero y que
reconoce el papel del mercado, la propiedad privada y la inversión
extranjera en el país.
Mayoritariamente estatal, la economía de la
isla importa casi la totalidad de los productos que consume por unos
2.000 millones de dólares anuales, una cifra que complica a sus
deprimidas arcas.
La economía de Cuba creció un 0,5% en 2016 y un 1,6% en 2017.