MIAMI.- Aunque consideraba la pornografía una "lacra"
capitalista, Fidel Castro tuvo en Playboy, la revista de desnudos
femeninos más famosa del mundo, un inusual aliado para propagar sus
ideas y aumentar las simpatías por la Revolución.
El
ensayista cubano Abel Sierra Madero expone cómo y por qué fue así en el
libro "Fidel Castro. El comandante Playboy, Sexo, Revolución y Guerra
Fría", que este sábado presentará en Miami de la mano del escritor y
periodista cubano Carlos Alberto Montaner.
Recién asentado en Miami, tras haber vivido cinco años y
hecho un doctorado en literatura en Nueva York, Sierra Madero recoge en
esta obra sus investigaciones sobre la relación del imperio de Hugh
Hefner con el líder de la Revolución cubana.
También
ahonda en el hecho de que en los medios sensacionalistas de Estados
Unidos el "Comandante" llegó a ser una auténtica celebridad a partir de
toda clase de chismorreos sobre su vida sexual y sus supuestamente
relajadas costumbres, con el agravante de su comunismo militante, que le
convertía en la "encarnación de todos los males", según dice.
Playboy publicó dos entrevistas con Fidel Castro: una en 1967, que fue
realizada por Lee Lockwood y otra en 1985, obra del profesor Jeffrey M.
Elliot y del congresista Mervyn M. Dymally.
Entre
ambas, en 1975, la francesa Oui, otra publicación del grupo con el
símbolo del conejito, reprodujo extractos de una entrevista que le
hicieron a Castro, Frank Mankiewicz y Kirby Jones.
Las
entrevistas de Playboy, que se iniciaron en 1962 con una realizada al
trompetista y compositor de jazz Miles Davis, llegaron a tener seis
millones de lectores.
Castro sabía perfectamente lo
que hacía cuando aceptó unas entrevistas de las que en Cuba no se
publicó una palabra, dice el escritor cubano, siempre interesado en la
historia de la sexualidad y ganador en 2006 del Premio Casa de las
Américas por "Del otro lado del espejo".
También Hugh Hefner sabía lo que hacía al darle a Castro esa plataforma para ganar simpatizantes para su régimen.
De acuerdo con Sierra Madero, "Playboy desempeñó un papel fundamental
en los debates sobre la normalización de las relaciones entre Estados
Unidos y Cuba".
Hefner, junto a la cadena de medios
CBS y las empresas Boeing e IBM, entre otras, constituían un grupo que
ejercía presión para llegar a un restablecimiento de los lazos
económicos y comerciales con la isla caribeña, dice el escritor.
Su "hombre" era Kirby Jones, cercano a la campaña del senador demócrata George MGovern, que era pro castrista.
El grupo logró éxito "a nivel mediático, simbólico y político".
Documentos desclasificados recientemente por el Departamento de Estado
estadounidense prueban que Jimmy Carter tenía la intención de eliminar
el "bloqueo económico a Cuba" si era reelegido presidente de EE. UU. en
1981, pero fue Ronald Reagan quien salió victorioso de las urnas.
De acuerdo con uno de los memorandos, en una reunión en Camp David con
altos miembros de su gabinete el 3 de mayo de 1980, Carter había dicho
que "desearía levantar el bloqueo económico a Cuba".
Lo paradójico es que, dice Sierra Madero, Castro nunca estuvo interesado en que esos esfuerzos prosperaran.
"Su modelo de plaza sitiada y de enfrentamiento con Estados Unidos era
clave" para sus propósitos de controlar todo en Cuba, subraya el
ensayista.
Es "el malentendido" que rodeó
permanentemente a Fidel Castro, según lo definió Sierra Madero en una
entrevista con Hypermedia, la editorial que ha publicado "Fidel Castro.
El comandante Playboy".
"Fue un populista de
izquierdas, con un discurso de izquierdas, que terminó más cerca de las
derechas", subraya Sierra Madero del hombre que oficialmente estuvo al
frente de Cuba desde 1959 hasta 2007, cuando delegó en su hermano Raúl
por una grave enfermedad.
En la entrevista que en
1967 le hizo Lee Lockwood para Playboy el periodista no es en absoluto
condescendiente con el líder cubano, al que inquiere si engañó a sus
conciudadanos al no declararse comunista hasta que no estuvo afianzado
en el poder.
La represión de los opositores y su
enojo con el líder soviético Nikita Jruschev por retirar los misiles de
Cuba son otros temas en una entrevista calificada por Lockwood como
"sincera".
La respuesta a la última pregunta dice mucho de Fidel Castro.
Lockwood le preguntó si se imagina a si mismo como un viejo estadista
retirado. Castro dice que lo que le cuesta más imaginar es ser viejo,
porque no podrá escalar montañas, nadar, pescar con caña y otros
pasatiempos de los que disfrutaba en ese momento.
También afirma que cuando se retire se dedicará a estudiar, experimentar
y trabajar en la agricultura y tratará de no caer en la "manía" de
pensar que los jóvenes lo alborotan todo.
Sierra
Madero cree que Castro se transformó en un mito debido a la Guerra Fría,
un periodo que a su juicio conviene "revisitar".
El
turismo ideológico que promovió para presentar una imagen falsa de una
Cuba alegre y feliz a intelectuales y personalidades internacionales fue
uno de los puntales para mantener la aureola de la revolución, que para
Sierra Madero terminó en 1968 cuando Castro apoyó la invasión soviética
de Checoslovaquia.
Si Playboy fue una Disneylandia para adultos, Cuba era Castrolandia y su jefe la principal atracción, señala.
Sobre el futuro de su país, Sierra Madero no es optimista. Opina que el
postsocialismo, como ha ocurrido en otros países, significa más pobreza
y mas desigualdad y cita a Katherine Verderey, autora de "What was
Socialism and What is Next?" (¿Qué fue el socialismo y que es lo
siguiente?): "el socialismo es la ruta más larga y dolorosa para ir del
capitalismo al capitalismo".