viernes, 17 de mayo de 2019

Cuba asegura a empresas extranjeras que aplicará garantías ante ley de EE.UU.


LA HABANA.- Cuba aseguró este viernes que aplicará todas las garantías legales para proteger los negocios de empresas extranjeras en la isla ante la activación del título III de la ley Helms-Burton de EE.UU., que permite demandar a firmas que operan con propiedades confiscadas en el país caribeño tras la Revolución. 

El ministro cubano de Comercio Exterior e Inversión Extranjera (Mincex), Rodrigo Malmierca, hizo esa afirmación durante una reunión con representantes de compañías foráneas y del cuerpo diplomático en La Habana junto a un grupo de funcionarios estatales, según medios oficiales.
"El gobierno cubano ratifica su decidida oposición y asegura que aplicará todas las garantías legales para proteger los negocios que existen en el país", indicó Malmierca a los empresarios con intereses en la isla, en su mayoría del sector turístico.
El pasado día 2 el Gobierno de Donald Trump activó por primera vez el citado título III de la ley Helms-Burton, que da luz verde a estadounidenses para demandar en tribunales de EE.UU. a quienes operen en los terrenos e inmuebles que les fueron confiscados tras la Revolución de 1959, lo que podría perjudicar a firmas extranjeras con presencia en Cuba.
"La ley Helms-Burton, que pretendió alejarnos, nos ha acercado más para defender nuestros intereses comunes", dijo hoy Malmierca, al tiempo que subrayó que es "inaplicable" y que actualmente el gobierno cubano trabaja en la eliminación de "trabas" y por el "incentivo" a la inversión extranjera, la cual es "fundamental" para el desarrollo del país.
También intervinieron la directora general de Inversión Extranjera del Mincex, Deborah Rivas, y el director general de EE.UU. de la cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossio, quienes explicaron pormenores con los que Cuba avala la seguridad de las inversiones foráneas.
Entre ellas, consideraron la nueva Constitución recién aprobada y ya en vigor, la Ley de Inversión Extranjera 118 y la Ley de reafirmación de la Dignidad y Soberanía cubanas, de 1996, como herramientas que amparan las nacionalizaciones realizadas en la nación caribeña.
La directora general de inversiones del Mincex, Deborah Rivas, recordó que desde 1996 varios países aprobaron "leyes antídoto" para proteger a sus nacionales, como es el caso del estatuto de la Unión Europea contra el embargo de EE.UU. a la isla, la Ley Contra Medidas Extraterritoriales Extranjeras de Canadá y la Ley de Protección al Comercio y la Inversión de Normas Extranjeras que Contravengan el Derecho Internacional, aprobada por México en la década de los 90.
Por su parte, el director de EE.UU. de la Cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío, indicó que hasta el momento solo se han presentado tres demandas tras la activación del título III de la Helms-Burton.
En ese sentido, el diplomático citó a expertos jurídicos que señalan que existen suficientes obstáculos en el cuerpo de la normativa que hacen difícil a un reclamante demostrar que su demanda procede con apego a derecho.
En representación de la cadena hotelera español Meliá Internacional, el empresario Francisco Camps dijo que su compañía hace negocios "libre y voluntariamente en Cuba", y recordó que fue la pionera en crear en 1990 una empresa mixta en la isla y cuenta en la actualidad con 34 instalaciones y más de 15.000 habitaciones bajo su administración.
El empresario español también advirtió de la necesidad de "mantenerse informados con fuentes fidedignas" y en contacto con los ministerios y embajadas correspondientes ante la avalancha de noticias falsas ("fake news") que tienen el propósito de provocar nerviosismo entre los inversores.

Rusia y Cuba podrían acabar con la crisis venezolana

MÉXICO.- El levantamiento militar fallido del 30 de abril en Venezuela es el último capítulo de una lenta progresión hacia la catástrofe. La situación en la nación caribeña y andina tiene implicaciones significativas a nivel internacional, que incluso llegan más allá de América Latina.

Rusia se ha convertido en un jugador decisivo en este drama. Venezuela estaba en la agenda cuando el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, se reunió con su contraparte rusa —primero en Helsinki, a inicios de mayo, y posteriormente en Sochi, esta semana—. 
El 3 de mayo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también habló de Venezuela con el mandatario de Rusia, Vladimir Putin. Nada concreto parece haber salido de esas conversaciones. Pero dos cosas están claras: ambos gobiernos tienen diferencias considerables respecto al tema y Rusia ha confirmado lo mucho que Venezuela le importa a Estados Unidos.
En abril, los rusos enviaron aproximadamente a cien asesores militares privados a Caracas. Han continuado con la venta de armas al gobierno de Nicolás Maduro y lo defendieron ante las Naciones Unidas. Sus amigos en Cuba han estado involucrados en Venezuela durante años, pero ahora están jugando un papel mucho más importante que antes, probablemente alentados por Rusia.
Es un acierto que el gobierno de Trump se enfrente con los cubanos en un intento por resolver el estancamiento político en Venezuela. Pero si los funcionarios estadounidenses dan un paso en falso se podría abrir el camino para una mayor participación de Rusia en el conflicto.
¿Qué busca Donald Trump con Rusia, Cuba y Venezuela? Sin duda el senador de Florida Marco Rubio preferiría olvidarse de Venezuela y enfocarse en derrocar al régimen de Castro. Y es muy probable que a Trump solo le interese ganar, a como dé lugar, Florida en las elecciones presidenciales de 2020. El voto cubano y venezolano pueden resultar cruciales para asegurarle esa victoria.
El primer paso del gobierno de Estados Unidos debe ser continuar con la presión a Cuba tanto como sea posible; después sugerir a Moscú y a La Habana que pueden aflojar un poco la presión si Miguel Díaz-Canel, el presidente cubano, y Raúl Castro, primer secretario del Partido Comunista, colaboran para resolver la crisis venezolana. Es probable que a Cuba no le quede otra opción, en particular si Rusia está de acuerdo con esa estrategia.
Por primera vez desde que se firmó el Título III de la Ley Helms-Burton en 1995, el gobierno de Trump permite que ciudadanos estadounidenses litiguen en cortes federales para obtener compensación por las propiedades incautadas por Fidel Castro. 
Es poco probable que recuperen sus activos perdidos pronto, pero los inversionistas estadounidenses, europeos, canadienses y latinoamericanos en Cuba que estén haciendo uso de propiedades confiscadas también pueden ser sujetos de demandas o de la cancelación de sus visas estadounidenses. Ya hay demandas en contra de Carnival Cruise Lines y un par de operadoras hoteleras españolas.
Trump, además, ha reforzado las restricciones de viaje para los estadounidenses que visitan Cuba y ha impuesto un límite a las remesas por cuatrimestre a 1000 dólares por persona. En conjunto, estas medidas tendrán efectos negativos en la situación económica que enfrenta la isla, de por sí adversa a causa de la reducción de envíos de petróleo venezolano, una caída estrepitosa del turismo estadounidense y un estancamiento general de la inversión extranjera.
En abril, Castro anunció que se acercaba una temporada de precarización económica. Aseguró que la isla no padecerá un nuevo "periodo especial", como sucedió cuando la Unión Soviética colapsó, pero eso no consoló a nadie. Con frecuencia, cuando Castro  dice que algo no sucede, es probable que pase. 
La isla produce muy poco y tiene poco dinero para gastar en importaciones. Cuba enfrenta escasez de alimentos básicos y desde la semana pasada se están racionando los huevos, el pollo y el cerdo. Si la situación persiste, por primera vez desde que la Unión Soviética se desmoronó en 1994, el régimen puede enfrentar una verdadera protesta. En lugar de defender a Cuba y a Venezuela simultáneamente, Rusia podría preferir concentrar sus esfuerzos en salvar a la isla.
A menudo se mencionan tres razones para explicar la participación cada vez mayor de Rusia en Venezuela. Primero, para proteger y tal vez un día recuperar los más de 70.000 millones de dólares que distintas entidades venezolanas les deben a varios bancos y empresas rusas. No obstante, es probable que un gobierno post-Maduro no reconozca estas deudas, muchas de las cuales no fueron aprobadas por la Asamblea Nacional venezolana.
En segundo lugar, Vladimir Putin está provocando a Estados Unidos al inmiscuirse en asuntos de su continente en represalia a lo que Rusia considera una interferencia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Europa del Este.
Por último, y quizá el punto más importante de todos: Rusia espera mostrar su poder en una región que el gobierno de Trump considera su área exclusiva de influencia. Rusia ha mantenido su vínculo cercano con La Habana desde hace sesenta años, desde la época de Nikita Khrushchev. 
Al otorgar préstamos a Argentina, Bolivia y Ecuador, Putin está tratando de expandir la influencia de Rusia en la región.
Washington tiene una buena mano que jugar, pero debe hacerlo con astucia. Si es cierto que Trump quiere derrocar tanto al gobierno de Venezuela como al de Cuba, o si más bien busca el cambio de régimen en Cuba y no en Venezuela, será un fracaso y de manera inevitable conseguirá que sus socios democráticos en América Latina y en Europa se enojen. 
Salvo Nicaragua, Bolivia, Uruguay y México, toda la región quiere que Maduro deje el poder. Pero los países latinoamericanos no apoyarán al presidente de Estados Unidos en ningún esfuerzo por remover a la dictadura cubana.
En cambio, Trump debe continuar presionando a Cuba para que se una a los esfuerzos por destituir a Maduro. La isla será crucial para lograrlo si le garantiza al gobernante venezolano un sitio seguro donde refugiarse y al participar en los acuerdos que aseguren una transición democrática. 
Y el presidente estadounidense debe persuadir a Rusia para que convenza a los cubanos de hacerlo. Después de todo, no hay política de incentivos con zanahorias y castigos con garrote si ni siquiera se ofrece la zanahoria.

Venezuela vende 570 millones de dólares en reservas de oro a pesar de las sanciones

CARACAS.- Venezuela vendió alrededor de 570 millones de dólares en oro de las reservas del banco central en las últimas dos semanas, evitando las sanciones del Tesoro de EE.UU. diseñadas para congelar los activos a la administración de Nicolás Maduro, según personas con conocimiento del tema.

Caracas vendió cerca de 9,7 toneladas de oro el 10 de mayo y 4 toneladas adicionales tres días después, dijeron estas personas. Las operaciones ayudaron a que las reservas totales del banco cayeran a un mínimo de 29 años de 7.900 millones, según datos proporcionados por la autoridad monetaria. Los ingresos se utilizarán en parte para financiar las importaciones a través de la oficina de comercio exterior del país, según una de las personas.
Un funcionario de prensa del banco central no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios sobre las ventas.
Venezuela ha vendido 23 toneladas de oro desde principios de abril, en desafío a un bloqueo económico destinado a detener el comercio lucrativo que Maduro ha estado usando para mantener a los militares leales a su régimen. El mes pasado, la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Tesoro de EE.UU. incluyó al banco central de Venezuela en su lista de entidades sancionadas.
Maduro ha estado vendiendo oro a empresas en Emiratos Árabes Unidos y Turquía, a medida que las sanciones excluyen su régimen autoritario cada vez más del sistema financiero global. Mientras mantiene un dominio absoluto sobre el poder en el terreno, incluida la burocracia militar y gubernamental, el líder de la oposición, Juan Guaidó, está utilizando el apoyo de docenas de países para incautar lentamente los activos financieros de Venezuela en el extranjero.
El oro constituye la mayor parte de las reservas de Venezuela. Eso incluye 1.200 millones del metal precioso depositado en el Banco de Inglaterra, el cual bloqueó recientemente los repetidos intentos de retiro de Maduro.

Venezuela dice tener 140.000 millones de dólares bloqueados en el exterior

QUITO.- El encargado de negocios en Ecuador del Gobierno venezolano de Nicolás Maduro, Pedro Sassone, afirmó este viernes que hay más de 140.000 millones de dólares de su país bloqueados en bancos en el extranjero.

En una rueda de prensa desarrollada en la sede diplomática en Quito, Sassone consideró que "los flujos migratorios de venezolanos no son más que la consecuencia de una guerra económica que quiere destruir a un país".
Y opinó que se trata presuntamente de una "estrategia pensada por los Estados Unidos para quebrar la base económica de Venezuela".
Sassone está al frente de la Embajada tras la salida, en octubre pasado, de la embajadora Carol Delgado a raíz de unas polémicas declaraciones del ministro de Comunicación e Información de Venezuela, Jorge Rodríguez, consideradas por el Gobierno de Lenín Moreno como "expresiones ofensivas".
Rodríguez acusó entonces al presidente ecuatoriano de mentir cuando aseguraba que a su país llegan 6.000 venezolanos cada día debido a la grave crisis económica que atraviesa el país petrolero.
En la rueda de prensa, Sassone puntualizó hoy que "más de 140.000 millones de dólares han sido bloqueados" y señaló que esos fondos fueron "retenidos y congelados" por bancos extranjeros.
De acuerdo con el encargado de negocios, el dinero de los venezolanos está bloqueado por "toda la estructura financiera mundial" donde, según él, participan países como Portugal, Inglaterra, Estados Unidos, Bélgica y Francia, entre otros.
En total "son 17 países con los que Venezuela tiene relaciones comerciales en todo el mundo", anotó.
"No puede ser que a Venezuela no se le permita comprar, que no se le permita transferir fondos para pagar los compromisos financieros y tampoco se le permita pedir financiamiento", criticó.
Y aseguró que la economía del país está en la capacidad de responder y recuperar su economía en función de sus propios recursos.
Sassone agregó que, si la comunidad internacional está preocupada por la situación financiera de Venezuela, se deben desbloquear los recursos para recuperar la economía.
Venezuela afronta una crisis política y social que se acentuó después de que el 23 de enero el líder del Parlamento, Juan Guaidó, se declaró mandatario interino al invocar unos artículos de la Constitución venezolana y recibió el apoyo de más de 50 naciones.
El Gobierno ecuatoriano, liderado por Lenín Moreno, ha reconocido como embajador a René de Sola, designado por Guaidó.

Venezuela pide a España retirar el reconocimiento a Guaidó y que asuma que se precipitó

MADRID.- El embajador de Venezuela en España, Mario Isea, ha pedido al Gobierno español que “retire” su reconocimiento al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, y asuma que “se precipitó”, en el marco de una “reflexión profunda” que también ha hecho extensible a toda la Unión Europea.

Isea, que no tiene constancia de ninguna “manifestación oficial” por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez sobre un posible arrepentimiento, ha aprovechado una comparecencia ante los medios en la sede de la Embajada para pedirle que se replantee el reconocimiento de Guaidó como mandatario legítimo de Venezuela.
“La decisión se tomó sobre la base de información inexacta”, ha apuntado Isea, que ha criticado que países como España diesen en enero “un ultimátum a un gobierno democrático” para que convocase elecciones. En este sentido, ha sugerido un replantamiento de las relaciones que también espera trasladar al Ejecutivo que surja de la nueva composición del Congreso de los Diputados.
“¿Qué pasaría si alguien del 15-M se hubiese proclamado presidente en la Puerta del Sol?”, ha preguntado el representante de Maduro, quien no obstante ha apuntado que “solo” 54 países han reconocido a Guaidó como presidente legítimo y que no lo han hecho “países importantes” como Rusia, China o India.
Sobre el futuro de Leopoldo López, refugiado en la residencia del embajador español en Caracas, Isea ha insistido en que “el Gobierno venezolano reclama que sea entregado porque es un prófugo de la justicia”, para lo cual “se agotan los canales diplomáticos correspondientes”.
“No llegaríamos nunca a invadir una Embajada”, ha dicho Isea, atendiendo a un “respeto al ordenamiento internacional” que ha echado en falta por ejemplo en el caso de Estados Unidos, donde las fuerzas de seguridad habrían orquestado esta semana una “invasión” de la legación diplomática para cedérsela a los enviados de Guaidó.
Isea ha explicado que habló con el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia, antes de que este viajase a Caracas como parte del Grupo Internacional de Contacto promovido por la Unión Europea. Dicha delegación, que el jueves se reunió con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, tiene por objetivo “explorar ideas que pudiera impulsar el diálogo”.
Según Isea, “el Gobierno de Maduro tiene siempre las puertas abiertas al diálogo”, si bien no tiene información de los contactos exploratorios que están teniendo lugar en Noruega entre el régimen venezolano y la oposición. El embajador sí ha incidido en que el Ejecutivo no tiene “líneas rojas”, pero ha subrayado que “los límites los pone la Constitución”.
Así, ha apuntado que un gesto de “buena fe” podría ser un “acuerdo preliminar” para levantar las “criminales” sanciones internacionales, que ha enmarcado dentro de una “guerra económica” de la que responsabiliza directamente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump. “Si se quiere ayudar al pueblo venezolano, lo que se tiene que hacer es levantar el bloqueo”, ha sentenciado.
Trump es, según Isea, “el loco de la guerra de este tiempo”, e intenta “disimular” con sanciones unos daños contra la población que “rayan los crímenes de lesa humanidad”. Tras los castigos, “solo queda la invasión militar”, ha añadido el embajador, crítico con los contactos que ha mantenido el entorno de Guaidó con el Mando Sur de Estados Unidos.
Isea ha pedido una “reflexión profunda” a los países europeos para que no sigan la estela de Trump, toda vez que considera que les “perjudica” la política adoptada por el inquilino de la Casa Blanca en temas candentes como Irán, la lucha contra el cambio climático o la posible reclamación de daños por las expropiaciones en Cuba.
El régimen de Maduro estima que, desde 2015, el bloqueo estadounidense ha supuesto pérdidas y costes adicionales en Venezuela de 130.000 millones de dólares y calcula que ahora tiene 5.470 millones de dólares “confiscados” en bancos internacionales.
“Por supuesto que el bloqueo causa problemas, pero nuestro Gobierno los resuelve”, ha dicho Isea al ser interrogado por los posibles efectos de las sanciones sobre el funcionamiento de las representaciones diplomáticas en España. El embajador ha asegurado que tanto la Embajada como los cinco consulados venezolanos “están funcionando”.
Isea ha declarado que el martes recibió la llamada de un diputado de la Asamblea Nacional –órgano controlado por la oposición– de visita en España al que le habían robado la documentación. 
Al día siguiente, festivo en Madrid, el Consulado le brindó ayuda “de emergencia” para que pudiese regresar a Venezuela, ha relatado, sin revelar el nombre de dicho diputado.

La tensión con China hunde las bolsas / Guillermo Herrera *

La guerra comercial contra China desatada por el Presidente Trump ha provocado la caída de las bolsas en la mayor parte del mundo. Las diversas medidas tomadas por ambos países con la subida de los aranceles, han estado afectando severamente el comportamiento del sistema financiero, y produciendo grandes pérdidas en los mercados mundiales.

Las empresas más afectadas han sido las tecnológicas, en donde Wall Street ha venido cerrando con fuertes pérdidas. Mientras las bolsas europeas caían de media un 1,2%, el índice Dow Jones de Industriales, principal indicador de Nueva York, caía un 2,4%, igual que el selectivo S&P.

La clave de la caída de las bolsas a nivel mundial se debe a que los mercados habían dado por hecho de que iban a arribar a buen puerto las negociaciones entre Estados Unidos y China para lograr un acuerdo comercial.

La posibilidad de que la economía mundial se vea fuertemente impactada por una confrontación aún más agresiva de Estados Unidos contra China ha afectado a los mercados financieros. El temor a una recesión en EEUU o en Europa, o a una presunta desaceleración en China, o a una crisis de los mercados emergentes, se vuelve a reinstalar en la economía mundial con una paralización del crecimiento económico.

EUROPA
También las bolsas europeas caían el jueves, después de que Washington incluyera en su lista negra al gigante chino de las telecomunicaciones Huawei, añadiendo otro frente de confrontación a la disputa comercial entre Estados Unidos y China. Pero la Bolsa española cerró el jueves con un alza del 1,39%, la mayor desde hace dos meses.

También el euro se apreciaba el jueves contra el dólar y la libra esterlina, ante una menor preocupación por un aumento de aranceles de Estados Unidos a las importaciones de autos, aunque el ascenso era limitado por la ansiedad en torno a las elecciones parlamentarias de Europa de este mes.

Por su parte el banco de inversión más grande de Alemania, el Deutsche Bank, puede provocar la próxima crisis mundial, según reveló el Fondo Monetario Internacional. Por sus colosales proporciones, que caiga como lo hizo Lehman Brothers es un peligro no sólo para la UE, sino para la economía mundial.

UN AS EN LA MANGA
Uno de los ases bajo la manga de China son los 1,13 billones de dólares en deuda pública de EE.UU. El gigante asiático sigue siendo el mayor tenedor del mundo de bonos del Tesoro. Si deja de comprarlos o comienza a venderlos, esto podría derribar los precios de los bonos en EE.UU. y subir su tasa de interés. De este modo, el mercado sufrió un 'terremoto' en 2018, cuando los funcionarios chinos recomendaron desacelerar o parar la compra de bonos estadounidenses.

Como resultado, le sería mucho más complicado a Estados Unidos pagar su deuda, y a los empresarios y prestatarios individuales obtener préstamos. Esto complicaría el crecimiento de la economía estadounidense, aunque la medida sería contraproducente para el gigante asiático, y también tendría consecuencias devastadoras para los mercados financieros mundiales.

Varios analistas han catalogado esta eventual decisión como la “opción nuclear” de China, motivada por los aranceles impuestos por EE.UU. en el marco de la guerra comercial que libran ambos países desde hace varios meses. En tal caso, habría un caos absoluto en los mercados mundiales de divisas, y posteriormente en los mercados de valores mundiales.

OTRAS REPRESALIAS
También Pekín podría devaluar el yuan para reducir el impacto del aumento de los aranceles sobre la economía china. En 2018 la divisa china se devaluó un 5,5% frente al dólar, provocando la ira de Trump, y las especulaciones acerca de que el país asiático podría haber estado detrás de esta depreciación.

Hay varias esferas en donde China puede golpear a EE.UU. con fuerza. Sin ir más lejos, el primer objetivo para las represalias chinas podría ser una de las prioridades de Trump antes de las elecciones presidenciales de 2020: la agricultura, incluido el trigo, el maíz, la soja y la carne de cerdo.

China iba a comprar cien aviones Boeing 737 como parte de un esfuerzo por satisfacer las demandas de Estados Unidos para reducir el déficit comercial, pero al final acabó comprando a Europa aviones Airbus. Sin embargo, ahora Pekín puede apuntar a los fabricantes de aviones y vehículos de EE.UU., lo que dificultaría la entrada de estos productos al mercado chino.

Las guerras comerciales que se basan en la subida de aranceles, como la presente, se quiera o no influyen negativamente en los precios de bienes y servicios. A la larga, el proteccionismo es una amenaza para los consumidores y perjudica negativamente los efectos positivos de la globalización.

Las tarifas pueden influir a corto plazo y positivamente en la economía de un país, pero a medio y a largo plazo las perspectivas no son nada halagüeñas: las naciones se aíslan y pierden competitividad, de modo que el consumidor es quien sale perdiendo siempre. Esperemos que se arregle este problema.



 (*) Periodista español