LA HABANA.- Cuba
garantizó estabilidad para las inversiones extranjeras en turismo,
vitales para su economía y lideradas por firmas europeas dispuestas a
dar la batalla a una administración Trump que amenaza con demandarlas.
En
la Fortaleza colonial San Carlos de La Cabaña, antiguo punto de defensa
de La Habana ante ataques marítimos, se realiza la 39ª Feria
Internacional del Turismo en Cuba. Desde allí se observa el malecón
lleno de antiguos hoteles con vista al mar.
Varios
de ellos, nacionalizados por la revolución de 1959, pertenecieron a
firmas estadounidenses y están actualmente bajo gestión de empresas
extranjeras que trabajan en sociedad con el gobierno.
Contra
ellos apunta una ley que Washington activó en mayo y que permite que
estadounidenses y cubano-estadounidenses que se consideren afectados por
las confiscaciones, acudan a tribunales federales para pedir
indemnizaciones a los nuevos administradores.
"Este
engendro jurídico, que a quien primero afecta es a las propias
compañías estadounidenses, no podrá ser aplicado dentro del país. Todas
las empresas que tienen negocios en Cuba tienen total seguridad
jurídica", dijo el último martes el ministro de Turismo, Manuel Marrero.
La
aplicación del capítulo III de la ley Helms-Burton estuvo suspendida
desde 1996, para evitar choques entre Washington y sus aliados.
Sin
embargo, Trump activó la ley y recrudeció el embargo que Estados Unidos
aplica contra la isla desde 1962, cuestionando el sistema socialista,
acusando a Cuba de violar derechos humanos y de apoyar militarmente a
Nicolás Maduro en Venezuela.
La
primera demandada fue la línea de cruceros Carnival, con sede en Miami,
por el uso de los puertos que una familia cubano-estadounidense reclama
como suyos. Los cruceros son la mayor vía de viaje de estadounidenses a
Cuba.
El
presidente Miguel Díaz-Canel se reunió con los empresarios turísticos, a
quienes les garantizó sus inversiones. España reaccionó primero.
"En
Cuba contamos con una importante presencia de empresas españolas en el
sector turístico que son agentes dinamizadores de la economía cubana",
dijo la ministra de Industria, Comercio Exterior y Turismo de España,
Reyes Maroto, de visita en Cuba para la feria.
Firmas
como Meliá, Iberostar o Barceló "están inmersas en procesos de
expansión", agregó. "España ha liderado dentro de la Unión Europea la
resistencia a la activación esta medida y rechazamos enérgicamente esta
decisión", dijo Maroto.
Pese
a las tensiones, acuden a la feria 26 empresas de Estados Unidos, entre
ellas representantes de Expedia Group, que prefirieron no hacer
comentarios.
El turismo estadounidense a Cuba creció un 93% en el primer cuatrimestre de 2019, con más de 257.000 visitantes.
El
total de turistas en ese período asciende a 1,93 millón y Cuba espera
recibir unos 5 millones en 2019. La actividad le generó el año pasado
ingresos por 3.300 millones de dólares.
Varios
inversionistas europeos que están en Cuba tienen intereses en Estados
Unidos, por lo que el demandante tendría forma de cobrar posibles
indemnizaciones.
La
española Barceló, con hoteles en paradisíacas playas cubanas, hizo
estudios para asegurarse de no administrar áreas en disputa, basados en
un registro de empresas de 1959.
Sin
embargo, "hoy hay cubanos que son ciudadanos americanos y como tal
pueden reclamar (por algún terreno). No existe un registro donde puedas
decir al cien por ciento que no haya sido de alguien", explica el director general de Barceló para Cuba, Juan Antonio Montes.
"Tenemos
intereses en Estados Unidos y cualquier tipo de actuación es
precipitada. Nos gustaría seguir tal y como estamos y no vamos a
modificar nada. Creemos que Cuba es un destino único en el Caribe",
agregó.