LA HABANA.- Cuba,
que entró en recesión en 2016 por primera vez en 23 años, volvió a
crecer discretamente en el primer semestre de este año, un dato
"alentador" para el presidente Raúl Castro, quien hoy ratificó ante la
Asamblea del país que el trabajo por cuenta propia llegó para quedarse.
La
isla cerró el año pasado con números negativos (-0,9 %) y se recuperó
entre enero y junio hasta alcanzar un crecimiento del 1,1 % en su
Producto Interior Bruto (PIB), según informó el Gobierno durante la
primera de las dos sesiones ordinarias que celebra cada año la Asamblea
(Parlamento, unicameral).
En
su discurso de cierre del pleno, Raúl Castro advirtió de que no se
permitirán "estigmas o prejuicios" hacia el sector "cuentapropista",
aunque exigió que éste respete las leyes y cumpla sus obligaciones
tributarias.
En
Cuba, donde durante décadas el Estado mantuvo el control absoluto sobre
la fuerza de trabajo, hay hoy más de medio millón de autónomos y 400
cooperativas cuyo florecimiento se enmarca en las reformas impulsadas
por el presidente cubano para actualizar el modelo socialista.
El
Gobierno cubano anunció recientemente nuevas medidas de control para
regular el sector privado y atajar las ilegalidades, entre las que
Castro mencionó hoy, entre otras, el uso de materias primas y equipos de
procedencia ilícita y la evasión fiscal.
La
reivindicación del mandatario sobre el papel del trabajo autónomo llega
un mes después de que el Parlamento aprobara la versión definitiva de
sus reformas económicas, que reconocen la existencia de la empresa
privada dentro del nuevo modelo socialista de la isla aunque proscriben
la acumulación de riqueza.
Antes
de la intervención del presidente, los diputados cubanos analizaron la
situación económica en la primera mitad del año, marcada por "una
desfavorable situación con la disponibilidad de divisas y combustibles",
la inestabilidad en el suministro de crudo y la vigencia del embargo
económico que Estados Unidos mantiene sobre Cuba, según el titular de
Economía, Ricardo Cabrisas.
El
turismo, la construcción, el transporte, las comunicaciones y la
agricultura -a excepción del sector azucarero- incidieron en el repunte
de la economía, sumado a una balanza comercial positiva (1.980 millones
de dólares), a pesar de que la previsión de exportaciones se incumplió
en 417 millones de dólares.
Según
los datos aportados por Cabrisas, en el primer semestre Cuba pagó 2.306
millones de dólares a acreedores, en el empeño de cumplir con los
compromisos contraídos tras el reordenamiento de la deuda externa
mediante un acuerdo logrado en diciembre de 2015 con los países
prestamistas del Club de París.
La
inversión extranjera fue de 1.346 millones de dólares, aún por debajo
de las cifras que el Gobierno cubano estima necesarias para garantizar
el desarrollo económico de la isla, aunque se aprobaron once nuevos
proyectos con capital foráneo, cinco de ellos en la Zona Especial de
Desarrollo del Mariel.
El
ministro de Economía avanzó que el segundo semestre del año será "de
intensa labor, no exento de tensiones" y sostuvo que "el conjunto de
problemas acumulados no podrá resolverse en toda su magnitud en el corto
plazo".
La
economía cubana se ha visto lastrada desde el año pasado por la crisis
en Venezuela, país que envía petróleo subsidiado a la isla a la vez que
compra servicios profesionales, fundamentalmente médicos y docentes.
El
Gobierno de Nicolás Maduro, según estimaciones externas, ha reducido a
la mitad sus envíos de crudo a la isla, lo que en los últimos meses
provocó restricciones en la venta de gasolina prémium y
desabastecimiento de combustible.
También
afectaron al país caribeño la caída de los precios de las materias
primas en los mercados internacionales y la insuficiencia de las
inversiones extranjeras.