LA HABANA.- El príncipe Carlos reveló el lunes una estatua del dramaturgo inglés 
William Shakespeare en el corazón del restaurado centro colonial de La 
Habana, como parte de la primera visita oficial de un miembro de la 
realeza británica a Cuba. 
Eusebio Leal, un historiador reconocido por supervisar una renovación
 del centro histórico de la capital cubana, guió al príncipe de Gales, 
que es un conservacionista, y a su esposa Camila en su visita a la 
ciudad. 
Con gafas de sol para protegerse del feroz sol caribeño, 
el heredero al trono británico de 70 años se detuvo para conversar con 
turistas y cubanos en su caminata.  
Su viaje de tres días apunta a
 fortalecer las relaciones entre Gran Bretaña y Cuba como parte de una 
normalización más amplia de las relaciones de la isla con Occidente, a 
pesar de que el gobierno de Donald Trump ha tratado de terminar con una 
distensión entre Cuba y Estados Unidos. 
“Me dijo que lo mejor de 
mi lugar era el aire acondicionado”, dijo entre risas Josefina 
Hernández, de 58 años, quien dirige una barbería privada en la Habana 
Vieja que Carlos visitó, sentada en uno de los antiguos asientos 
giratorios con tapicería de cuero rojo.  
“Nunca hubiera pensado 
que un príncipe fuera tan sensato y que eligiera un lugar tan humilde 
para sentarse y hablar. Dijo que justo se había cortado el pelo por lo 
que no necesitaba otro corte”, agregó.  
El
 príncipe de Gales se detuvo para hablar con los propietarios de varias 
tiendas privadas que han florecido en la última década desde que Cuba 
comenzó a abrir más su economía controlada por el Estado a la libre 
empresa. 
“Dijo que se veía delicioso, pero que había tomado un 
buen desayuno”, contó Carlos Leiva, de 34 años, quien dirige una parada 
de churros en una calle peatonal adoquinada.  
Carlos también 
visitó un taller que capacita a cientos de jóvenes en técnicas de 
restauración, necesarias para el mantenimiento de La Habana, que fue 
fundada en 1519. Gran parte de la ciudad se ha derrumbado debido a 
negligencia y a la falta de fondos para la restauración. 
“Es una 
persona sensible que claramente tiene conocimientos de restauración”, 
dijo el director del taller, Juan Carlos Botello, de 55 años. “Estaba 
muy interesado en las piezas de yeso para el Capitolio y firmó una pieza
 que se colocará allí. No pintaremos encima de esa pieza. Siempre es 
bueno que haya un intercambio cultural”, agregó.  
La pareja real paró en varios puntos para escuchar a bandas que tocaban música tradicional cubana, incluyendo Guantanamera. 
“Desearía
 que todos los países fueran tan amistosos”, dijo el residente de La 
Habana Alberto Gutiérrez, sorprendido de ver a los integrantes de la 
realeza caminando por la frondosa Plaza de Armas. “Entonces habría paz”,
 añadió.  
Más
 tarde el lunes, la pareja real se reunirá y cenará con el presidente 
cubano, Miguel Díaz-Canel, quien sucedió a Raúl Castro hace un año. 
Carlos conoció a Díaz-Canel el año pasado cuando visitó Londres durante 
una gira por varios países. 
Los miembros de la realeza agregaron a
 Cuba a su gira de casi dos semanas por los territorios británicos 
antiguos y actuales del Caribe a petición del gobierno británico. 
 

