sábado, 11 de mayo de 2019

Guaidó pide a su representante en EEUU reunirse con el Comando Sur

CARACAS.- El jefe del Parlamento, Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 países, pidió este sábado a su representante diplomático en EE.UU., Carlos Vecchio, reunirse con el Comando Sur de ese país para coordinar una posible cooperación ante la crisis venezolana.

“Hemos instruido a nuestro embajador Carlos Vecchio que se reúna de inmediato” con “el Comando Sur y el almirante para poder establecer relaciones directas en materia de cooperación”, dijo el líder opositor frente a decenas de personas que se concentraron en una plaza del este de Caracas.
Reiteró que junto a gobiernos aliados, liderados por Estados Unidos, mantienen “todas las opciones” sobre la mesa en la búsqueda de una solución a la crisis venezolana que incluya, según dijo, la salida del poder de Nicolás Maduro, a quien considera un mandatario ilegítimo.
Guaidó explicó que la reunión busca “lograr la presión necesaria” para poner fin a la llamada revolución bolivariana, en el poder desde 1999.
“En todo momento he hablado de cooperación (porque) la intervención en Venezuela ya existe”, prosiguió al denunciar la supuesta participación de cubanos en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y la presencia en el país de la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Las declaraciones de Guaidó se producen 48 horas después de que el jefe del Comando Sur de EEUU, Craig Faller, publicase un mensaje en Twitter en el que se ponía a la orden del opositor venezolano.
“Cuando me invite Guaidó y el Gobierno legítimo de Venezuela vamos a hablar sobre nuestro apoyo a aquellos líderes de la (FANB) que tomen la decisión correcta, que respeten a los venezolanos primero, y se restaure el orden constitucional. Estamos listos”, indicó el almirante.
El jefe del Parlamento venezolano dijo el jueves que su país ya pasó la “línea roja” para requerir cooperación militar extranjera, aunque destacó que el mecanismo depende de los países que decidan prestar ayuda en esta materia.
“Sobre la posibilidad o no de cooperación militar en suelo venezolano (…) y si va a ser requerida o no, algunos dirían, o yo diría, que la línea roja la pasamos hace tiempo“, indicó entonces en una rueda de prensa, al señalar que “la emergencia” del país “es obvia”.
“Fíjense la palabra que utilicé, cooperación militar en suelo venezolano, no hay posibilidad de intervención ¿por qué? Porque la intervención ya existe, militares cubanos ejerciendo de inteligencia y contrainteligencia en Venezuela, militares rusos”, continuó.

La Casa Blanca advierte a las empresas que negocien con Venezuela de que se ‘anden con ojo’

WASHINGTON.- La Casa Blanca ha puesto en marcha una iniciativa diplomática para avisar a las compañías extranjeras que estén negociando con el Gobierno de Venezuela de que podrían ser objeto de sanciones, en particular las que se dediquen a los ámbitos de seguridad o defensa.

El mensaje, según un alto cargo de la administración estadounidense es, textualmente, que “se anden con ojo”. Esta fuente de la agencia DPA, bajo condición de anonimato, explica que “si eres una compañía rusa que estás haciendo negocios con ellos, ya sea suministros o piezas de repuesto, o si eres una compañía española que da material al Ejército o a los servicios de seguridad de Venezuela con cualquier producto, serás objeto de sanciones”.
Las medidas fueron anunciadas el pasado viernes por el Departamento del Tesoro y afectan a cualquier empresa, tanto estadounidense como extranjera, comenzando por dos cargueros que transportaban crudo venezolano a Cuba.
“Nos reservamos el derecho a tomar medidas adicionales si Cuba sigue suministrando material adicional a Venezuela a cambio de petróleo”, avisó por su parte el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
Asimismo, el Gobierno estadounidense prepara sanciones contra entidades extranjeras responsables de cortar el acceso a Internet en el país cada vez que habla el líder opositor y autoproclamado “presidente encargado” del país, Juan Guaidó.
Con estas decisiones, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pasa al ataque tras una semana de dudas sobre la viabilidad de un cambio de gobierno en Venezuela tras el fracaso de la llamada ‘Operación Libertad’ encabezada por Guaidó, que pretendía granjearse el apoyo de importantes secciones de las Fuerzas Armadas venezolanas.
De todas formas, y según estas fuentes, la operación “ha puesto a Maduro a la defensiva”, en particular tras la excarcelación del opositor Leopoldo López, uno de los rostros más carismáticos del antichavismo.
Un ejemplo es la reacción a la “traición” protagonizada por el exjefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) Manuel Cristopher Figuera, que la semana pasada retiró su apoyo al mandatario, quien a su vez le acusó de estar detrás del levantamiento del 30 de abril.
Maduro llegó a denunciar que Figuera fue “captado” por la CIA y ha asegurado que iba a ser cesado el mismo 30 de abril, motivo por el que éste habría ordenado el “golpe”, tal y como ha recogido la agencia estatal venezolana de noticias, AVN.
“Tras las investigaciones hemos logrado comprobar que el general Manuel Ricardo Cristopher desde hace más de un año había sido captado por la CIA ¡A este traidor más temprano que tarde le llegará la justicia venezolana!”, increpó Maduro antes de detener en respuesta al vicepresidente de la opositora Asamblea Nacional, Edgar Zambrano.
La fuente estadounidense cree que Maduro dictó esta represalia “por pura desesperación”. “Es el equivalente de dar pataletas cuando te estás ahogando. Solo quiere dar miedo. Es un animal acorralado”, describe la fuente. “Ya no puede fiarse de nadie”, ha añadido.

Cuba dedicará a Rusia su Feria Internacional de Turismo en 2020

LA HABANA.- Cuba tendrá a Rusia como país invitado de honor en la 40 edición de su Feria Internacional de Turismo (FitCuba), el mayor evento del sector en la isla, que se celebrará en mayo de 2020 en el famoso balneario de Varadero, informaron este sábado medios oficiales cubanos.

El ministro cubano de Turismo, Manuel Marrero, dio a conocer la dedicatoria en la clausura el viernes de FitCuba 2019, que se desarrolló esta semana en La Habana con más de 7.000 invitados de 53 naciones y España como país invitado.
Considerado como "prometedor" para el turismo cubano, uno de los principales motores de la economía en la isla, el mercado emisor ruso tuvo un crecimiento del 30 % durante 2018, cuando llegaron a la isla 137.440 turistas rusos en unos 546 vuelos, precisó la web oficial Cubadebate.
El aumento en el número de viajeros rusos también contribuyó al incremento del 7,2 % en las llegadas de turistas extranjeros a Cuba en el primer cuatrimestre de 2019.
Rusia es en la actualidad uno de los diez primeros socios comerciales de Cuba, que define su asociación con el país euroasiático cómo "estratégica".
La exención de visados entre ambas naciones y el amplio conocimiento del idioma ruso, que formó parte del programa de asignaturas obligatorias en las escuelas cubanas hasta la caída de la Unión Soviética en 1991, influyen en el auge de las visitas desde Rusia a la isla, conectadas por varios vuelos directos a la semana.
El ministro cubano de Turismo adelantó que FitCuba 2020 se centrará en la modalidad de sol y playa, el producto estrella del país caribeño, conocido por su clima tropical y la belleza de sus costas.
Marrero destacó el éxito de la edición de este año, dedicada a España -noveno país emisor a la isla con 167.000 visitantes en 2018- y agradeció la visita de su homóloga española, María Reyes Maroto, en la inauguración de la cita el pasado martes.
El ministro insistió en que la alta participación en FitCuba "reflejó que, pese al intento de la Administración estadounidense por aislarnos, el mundo continúa confiando en nosotros", en referencia a las nuevas medidas de reforzamiento del embargo que Estados Unidos mantiene sobre Cuba.
Destacó que a la feria asistieron más de 20 empresas de EE.UU, "propiciando el intercambio entre los dos países", que atraviesan un momento de renovada tensión debido a la activación por el Gobierno de Donald Trump del título III de la ley Helms-Burton, que permite demandas ante cortes de ese país por propiedades confiscadas en Cuba tras 1959.
Los intercambios y rondas de negocio realizadas dentro del mayor evento del turismo en Cuba reafirmaron "la alta responsabilidad del sector con el Gobierno y pueblo cubanos en asegurar una gestión de mayor eficiencia y calidad, con el fin de generar más divisas", precisó Marrero.
El turismo es una de las principales fuentes de ingresos para Cuba, que espera sobrepasar los más de 4,7 millones de turistas recibidos el año pasado y llegar al récord histórico de 5,1 millones a fines de 2019.
La isla, que atraviesa un momento de incertidumbre económica provocado por su ineficiente gestión, las nuevas presiones de Washington y la crisis que sufre su aliado Venezuela, ha situado al Turismo entre las seis "actividades estratégicas" en las que se centrará para tratar de reflotar su maltrecha economía.
Autoridades del Ministerio de Turismo estiman que este año lograrán superar por primera vez los 3.000 millones de dólares en ingresos a pesar de las "zancadillas de EE.UU", que recomienda a sus ciudadanos no viajar a Cuba tras una serie de incidentes de salud que afectaron a diplomáticos estadounidenses en La Habana.

Las amenazas rusas al orden europeo / Anders Aslund *

La actitud de Rusia hacia Occidente se ha modificado de forma radical y ha pasado de la amistad a la hostilidad. Ese giro ha sido especialmente brusco en relación con Europa. Al
mismo tiempo, Rusia ha abandonado las tradicionales reglas de juego internacionales y utiliza ahora instrumentos ilícitos novedosos. Europa puede esperar todo tipo de trucos sucios y debe enfrentarse a esa nueva Rusia delincuente con sus fortalezas, la economía y la apertura. 


En las últimas tres décadas, Rusia ha cambiado con rapidez, en un sentido y en otro. La política exterior de la Rusia de Vladímir Putin se parece difusamente a la de la Unión Soviética de Leonid Brézhnev; sin embargo, en la década de 1990, fue un país muy diferente, abierto y libre. La Rusia de Yeltsin aspiraba a la integración con Occidente. Rusia lo intentó, pero era demasiado grande para sus vecinos europeos, y la Unión Europea no tenía nada que ofrecer.

En un principio, incluso Putin adoptó un punto de vista positivo acerca de la OTAN. En el 2000, declaró: “No veo razón alguna para que no quepa desarrollar más la cooperación entre Rusia y la OTAN”. Ahora bien, como observó Strobe Talbott, antiguo subsecretario de Estado de Estados Unidos: “Rusia quería unirse a Occidente, pero en unos términos que fueran más respetuosos con los intereses y las inquietudes nacionales de Rusia”. Putin obra según una Realpolitik extrema, mientras que Europa insiste en ciertos valores.

La revolución naranja ocurrida en Ucrania en noviembre-diciembre del 2004 hizo que Putin cambiara de actitud con respecto a Occidente. Percibió esos acontecimientos como un ataque a su poder por parte de Estados Unidos y Europa: “Nuestros socios europeos y estadounidenses decidieron respaldar la revolución naranja incluso contra la Constitución”. En un famoso discurso pronunciado en Munich en febrero del 2007, manifestó su sentimiento antiestadounidense: “Somos testigos hoy de un hiperuso no contenido de la fuerza –la fuerza militar– en las relaciones internacionales... Un Estado y, por supuesto, ante todo, Estados Unidos, ha sobrepasado sus límites nacionales en todos los sentidos”.
El comunicado de la cumbre de la OTAN celebrada en Bucarest en abril del 2008 declaró audazmente: “La OTAN saluda las aspiraciones euroatlánticas de Ucrania y Georgia a adherirse a la OTAN. Hemos acordado hoy que esos países se conviertan en miembros de la OTAN”. Aunque la OTAN no hizo nada para hacer creíble ese compromiso, Putin lo percibió como un casus belli.  

En agosto del 2008, Rusia y Georgia combatieron en una guerra de cinco días. Rusia reforzó su dominio sobre las dos regiones autónomas de Abjasia y Osetia del Sur y amplió ligeramente sus territorios. A continuación, reconoció unilateralmente esos pequeños territorios georgianos como estados independientes. La excusa rusa fue que Kosovo se había declarado independiente en febrero del 2008. La guerra con Georgia desató el fervor patriótico en Rusia y disparó la popularidad de Putin hasta un nuevo récord de un 88%, según la empresa demoscópica independiente Levada Center.

El conflicto de Ucrania

En el 2009, la Unión Europea lanzó la Asociación Oriental, dirigida a las seis antiguas repúblicas soviéticas europeas. En el 2013, la Unión Europea se dispuso a firmar acuerdos de Asociación, incluidos acuerdos de Libre Comercio Completo y Profundo, con Ucrania, Moldavia y Georgia. Hasta ese momento, Rusia había considerado la Unión Europea como un irrelevante tigre de papel (a diferencia de la OTAN), pero en junio del 2013 empezó de pronto a percibir esos acuerdos como una amenaza mayor. En septiembre del 2013, Putin convenció al presidente armenio Serzh Sargsián para que abandonara su acuerdo de Asociación con la Unión Europea. A continuación, se centró en Ucrania.

A partir de julio del 2013, Moscú llevó a cabo una intensa política de intimidación contra Ucrania, imponiendo duras sanciones comerciales a los empresarios ucranianos europeístas y presionando al presidente prorruso Víktor Yanukóvich. Después de que el Gobierno de Yanukóvich declarara que no firmaría el acuerdo de Asociación, estallaron en Kiev protestas a gran escala, el euromaidán, igual que en el 2004, en una repetición de la peor pesadilla de Putin; sin embargo, en esa ocasión, Putin estaba preparado.

Ofreció a Yanukóvich gas barato y créditos abundantes en condiciones aparentemente ventajosas. Yanukóvich intentó imponer leyes autoritarias, pero las protestas masivas continuaron. En enero y febrero, Yanukóvich ordenó a las fuerzas especiales de la policía que dispararan contra los manifestantes, tras lo cual hubo un centenar de muertos; sin embargo, la reacción política fue que dos tercios de los parlamentarios ucranianos se volvieron en contra del presidente y lo destituyeron de modo sumario después de que huyera del país el 22 de febrero de 2014, y el Parlamento instaló un nuevo Gobierno democrático.

El 27 de febrero, fuerzas especiales rusas sin identificación tomaron por sorpresa el Parlamento regional de Simferopol, la capital de Crimea, y en el plazo de unos pocos días ocuparon toda la península sin derramamiento alguno de sangre. El 18 de marzo, el Parlamento ruso se anexionó Crimea violando con ello toda una serie de acuerdos interna-cionales. La opinión pública rusa se mostró exultante. De nuevo, un 88% de los rusos respaldó a Putin, según el Leva-da Center.

Dio entonces la impresión de que, por medio de pequeñas guerras victoriosas, Putin había dado con el modo de mantener su popularidad personal y de mantener también a los rusos tranquilos. El truco consistía en lograr que las guerras fueran pequeñas y victoriosas, de forma que Rusia pudiera asumir sus costes. Con ello, Putin esperaba evitar reformas económicas de mercado que interfirieran con su corrupto Gobierno.

Sin embargo, la euforia del Kremlin por la posesión de Crimea llevó a Moscú a un error de precipitación. En abril-mayo del 2014, intentó instigar alzamientos en la mitad meridional y oriental de Ucrania con predominio de la población rusófona, pero fracasó. La revuelta sólo tuvo éxito en algunas partes de las dos regiones más orientales de Donetsk y Lugansk, y exige un gran despliegue permanente de tropas equipadas y dirigidas por militares rusos. Esa guerra no ha sido pequeña ni victoriosa, ni tampoco popular en Rusia.

PIB estancado

Desde el 2009, el PIB ruso permanece casi estancado con un crecimiento medio en torno al 0,5% anual. El Kremlin ya no puede justificar su represión con un aumento del nivel de vida. Los ingresos disponibles reales han caído en un 17% en el quinquenio 2014-2018. Rusia se enfrenta a unos fuertes recortes presupuestarios. El PIB ruso en dólares corrientes es de 1,5 billones aproximadamente, mientras que el de la Unión Europea supera los 20 billones. 

Las guerras de Georgia y Ucrania muestran la nueva dirección de la política exterior rusa, cada vez más audaz o arriesgada. Putin se dedica a edificar su legitimidad sobre la movilización patriótica. El Kremlin ha abandonado las viejas reglas de la guerra. Se adentra en los ámbitos de la ciberguerra (iniciada en Estonia en el 2007) y la manipulación de las redes sociales (con gran éxito en la elección de Trump). También recurre a viejos métodos soviéticos, como la desinformación y los asesinatos. Sin embargo, el método más importante probablemente sea la corrupción de altos funcionarios.

La doctrina Guerásimov

Todas esas tácticas pueden resumirse en la doctrina Guerásimov. Tras el inicio de la guerra con Ucrania, un artículo publicado un año antes por Valeri Guerásimov, el poderoso jefe del Estado Mayor ruso, fue objeto de gran atención. El punto de partida del análisis era que la frontera entre la guerra y la paz se había difuminado, puesto que ya nadie declaraba la guerra. Guerásimov también observaba que “el papel de medios no militares para alcanzar objetivos políticos y estratégicos ha crecido y, en muchos casos, ha superado en eficacia el poder de las armas”. 

Dado que los recursos económicos de Rusia son limitados y el equipo militar caro, Rusia tendrá que librar las guerras en gran medida con medios militares no convencionales. Los enfoques novedosos incluyen el comercio energético, la corrupción, las redes sociales y el sistema judicial. 

Gazprom ha cortado de modo intermitente el gas y elevado de modo desorbitado su precio a los antiguos países comunistas, mientras que ha sido un socio fiable en sus relaciones con los países de Europa occidental. Los dos cortes de suministro llevados a cabo por Gazprom a muchos países europeos en enero del 2006 y enero del 2009 tuvieron el efecto positivo de hacer que la Unión Europea aprobara su tercer paquete energético y la Unión de la Energía, que busca la seguridad del suministro, la diversificación y la comercialización. 

Por desgracia, el proyecto del gasoducto Nord Stream 2, actualmente en construcción, va en contra de esos principios. Un 80% de todo el gas que Rusia suministra a la Unión Europea llegará por un solo sistema de gasoductos a través del mar Báltico hasta Alemania, con el consiguiente peligro para la seguridad del suministro y la competencia de los mercados. La Comisión Europea debería prohibir ese proyecto puesto que viola la política energética de la Unión Europea.

Una cleptocracia autoritaria

La gran diferencia entre el sistema soviético y la Rusia de Putin es que Putin gobierna sobre una cleptocracia autoritaria. Ese sistema de capitalismo mafioso es financieramente sofisticado y está integrado en el sistema financiero global, aunque Rusia no tiene verdaderos derechos de propiedad. En consecuencia, todos los rusos con recursos transfieren sus ahorros al extranjero, donde están seguros. La mayoría de los fondos rusos van a países con un Estado de derecho, compañías anónimas y mercados financieros profundos. 

Las propiedades privadas rusas en el extran-jero ascienden, como mínimo, a 800.000 millones de dólares, algo más de la mitad del PIB del país. Se trata de una ingente cantidad de dinero. Según una conjetura razonable, un tercio de esos fondos pertenecen a Putin y sus amigos. Además, el Kremlin controla las grandes corporaciones estatales y los fondos soberanos rusos.

Con sus ingentes fondos internacionales, el Kremlin ya no compra partidos ni países. En vez de eso, compra a unas pocas personas influyentes de cada país europeo, lo cual es mucho más barato y más efectivo. Para un político europeo uno o dos millones de dólares es mucho dinero, pero no para lo cleptócratas del Kremlin. 

A veces, esas compras son abiertas y legales. Un destacado ejemplo es el antiguo canciller alemán Gerhard Schröder, que se convirtió en presidente del consejo de supervisión de Nord Stream nada más tener que abandonar su cargo. Toomas Ilves, antiguo presidente de Estonia, ha acuñado el término la “schröderización de Europa”. 

Muchos otros relevantes políticos europeos retirados trabajan como miembros de consejos de supervisión o como asesores de compañías estatales rusas. Un ejemplo notorio es el grupo Hapsburg de Paul Manafort, que respaldó al presidente Yanukóvich. En otros casos, grandes empresarios rusos proporcionan sus servicios al Kremlin en el exterior, como hacen de modo destacado Oleg Deripaska en Estados Unidos e Ivan Savvidis en Grecia, pero hay muchos otros.

La UE debe acabar con la “schröderización de Europa”

La Unión Europea debe acabar con todo esto. La mejor forma de hacerlo es mediante la transparencia. En primer lugar, ningún país comunitario debería seguir permitiendo la propiedad anónima. De acuerdo con el cuarto paquete de lucha contra el blanqueo de dinero adoptado por la Unión Europea, esa práctica debería quedar prohibida a finales del 2020. En segundo lugar, todos los políticos europeos de cierta categoría deberían ser obligados a hacer públicos sus bienes e ingresos, como hacen todos los ciudadanos escandinavos desde el siglo XVIII. 

Esas declaraciones deberían ponerse a disposición pública y no estar limitadas, como ocurre en el Parlamento Europeo, a la entrega de un docu-mento a una secretaría que no comprueba ni comenta nada. En tercer lugar, la Unión Europea y todos sus países miembros deberían aprobar una ley de Registro de Agentes Extranjeros como hizo Estados Unidos en 1938 para defenderse de la Alemania nazi, y dicha ley debería hacerse cumplir de modo adecuado.

Los organismos de inteligencia rusos y sus contratistas han demostrado ser muy hábiles en la utilización de las redes sociales para manipular los debates públicos en muchos países. Hay que poner fin a todo eso. Las redes sociales deben asumir su responsabilidad en el control de sus plataformas o, de lo contrario, ser cerradas. La mayor parte del blanqueo de dinero cesó cuando se obligó a los bancos a aplicar el principio del “conocimiento del cliente”. 

Del mismo modo, las redes sociales deberían estar obligadas a realizar un adecuado control de identidad de sus usuarios. Estar obligadas a bloquear los bots y trols anónimos, y a asumir la responsabilidad editorial normal de cualquier publicación. De modo similar, la publicidad política en las redes sociales tiene que regularse, como ocurre en la televisión.

La Rusia de Putin no se preocupa por el Estado de derecho, pero explota el sistema judicial internacional para extender la represión más allá de sus fronteras. Rusia se ha hecho tristemente famosa por su mal uso de Interpol y las notificaciones rojas. Ha emitido al menos siete contra el banquero de inversión Bill Browder, quien ha denunciado las flagrantes violaciones de los derechos humanos en Rusia. 

Browder fue detenido en España en el 2018 a petición de unas autoridades rusas que actúan sin someterse a la ley. La Unión Europea debe poner orden a su relación con la Interpol y las autoridades judiciales rusas. Podría sencillamente abandonar ese organismo y usar sólo Europol, podría censurar a Interpol o no hacer caso sin más de las notificaciones de países como Rusia que no cumplen la ley.

El nuevo conflicto de Europa con Rusia presenta múltiples facetas. El Kremlin lleva a cabo todo tipo de guerras híbridas innovadoras que no llegan a convertirse en una guerra de verdad. La mejor respuesta de la Unión Europea es el máximo de transparencia. La Unión Europea tiene que centrarse en poner fin a la financiación política ilegal, la manipulación de las redes sociales y el mal uso del sistema judicial.



(*) Economista sueco