LA HABANA.- El Gobierno cubano aprobó un grupo
de medidas para enfrentar el desvío de combustible al mercado negro, un
prolongado problema que cuesta millones a las arcas estatales y agravado
en los últimos años por la reducción de los envíos a la isla de
petróleo subsidiado desde Venezuela.
La decisión la publicó hoy el diario estatal Granma dentro de una
amplia nota sobre los asuntos abordados en el más reciente Consejo de
Ministros encabezado por el presidente del país, Miguel Díaz-Canel,
quien instó a "defender entre todos" un asunto en el que "resulta
fundamental el control".
Entre las decisiones mencionadas figuran el decomiso "de
los medios empleados en las infracciones", incluyendo los vehículos, y
la personalización de las tarjetas magnéticas que las empresas estatales
emplean para abastecerse de combustible, "con el propósito de que el
control llegue hasta el consumidor final" del mismo.
El ministro cubano de Energía y Minas, Raúl García, avanzó en la reunión
que "se elaborarán de inmediato las normas jurídicas que permitan"
aplicar las nuevas medidas y agregó que el problema se analizará cada
mes en los consejos de dirección de todas las entidades estatales.
Frenar la sangría de combustible estatal, que es revendido
fundamentalmente a conductores privados, se ha convertido en uno de los
caballos de batalla del nuevo presidente cubano.
"No
podemos seguir admitiendo que nos roben ese recurso. Eso desmoraliza y
es señal de incapacidad de las entidades estatales. De acuerdo con los
cálculos, la situación no se ha revertido", afirmó el mandatario hace un
mes durante una visita a las instalaciones de Matanzas (oeste) que
guardan la mayoría de las reservas de combustible del país.
Cuba, que en 2016 entró en recesión por primera vez en 23 años al
decrecer su economía en 0,9 %, quiere reducir su dependencia energética
de los combustibles fósiles a la vez que busca nuevas alternativas de
suministro petrolero por la drástica reducción de los envíos subsidiados
de crudo que recibe de Venezuela.
El sistema
energético de la isla, que solo produce el 40 % del combustible que
consume, depende en gran medida desde la pasada década del petróleo
venezolano, que llegó a alcanzar los 110.000 barriles diarios, aunque la
cifra se ha reducido casi a la mitad en los últimos dos años por la
crisis en el país suramericano.
Ante esa situación,
Cuba se ha volcado en la búsqueda de nuevos proveedores, como Rusia y
Argelia, aunque ese petróleo deberá pagarlo a precio de mercado.