Estas son algunas de las figuras en Washington a la
sombra del presidente estadounidense, Donald Trump, que han influido o
influyen en las políticas del país respecto a Venezuela.
- John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Trump.
Desde
su llegada a la Casa Blanca en abril pasado, Bolton ha adoptado un
papel más público y agresivo que su predecesor, el general H.R.
McMaster, y ha espoleado una guerra ideológica contra el socialismo en
Latinoamérica.
Como subsecretario de Estado para el
control de armas y después embajador ante la ONU durante el Gobierno de
George W. Bush (2001-2009), Bolton abrazó la teoría del "eje del mal"
sobre Corea del Norte, Irán e Irak; y ahora ha ideado un nuevo enemigo:
una "troika de la tiranía" compuesta por Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Es
un ardiente defensor del derecho de EE.UU. a actuar unilateralmente,
que en muchos casos ha respaldado el recurso a los ataques militares
como estrategia preventiva, y por eso la nota de "5.000 tropas a
Colombia" en su cuaderno generó especial revuelo.
Su
campaña contra Maduro se ha trasladado últimamente a Twitter, desde
donde le ha recomendado exiliarse a una playa fuera de Venezuela y ha
ofrecido una exención de sanciones a los militares que rompan con el
presidente venezolano.
- Mauricio Claver-Carone, director para Latinoamérica en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
Claver-Carone,
un funcionario de origen cubano nacido en Miami, llegó en septiembre
pasado al Consejo de Seguridad Nacional que dirige Bolton, tras pasar
por el Departamento del Tesoro y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Conocido
en Washington por su antiguo blog "Capitol Hill Cubans", desde el que
criticaba ferozmente la política de apertura a Cuba, Claver-Carone
conectó rápidamente con la línea dura que promovía Bolton hacia
Venezuela y con su argumento de que el Gobierno cubano ayuda a mantener
en el poder a Maduro.
"Esa democracia (en Venezuela)
ha sido usurpada por un grupo francamente criminal, que no tiene ni
ideología ni religión ni nada", dijo Claver-Carone en una entrevista en enero.
En 2003, fundó un grupo de acción
política para promover un cambio de Gobierno en Cuba, US-Cuba Democracy
PAC, que ha donado fondos a las campañas de los legisladores
republicanos Marco Rubio y Mario Díaz-Balart.
- Elliott Abrams, enviado especial de EE.UU. para Venezuela.
Abrams,
nombrado a finales de enero enviado especial de EE.UU. para Venezuela,
es un exdiplomático conservador al que los chavistas acusan de haber
apoyado el intento de golpe de Estado de 2002 contra el líder Hugo
Chávez, ya fallecido.
De 71 años, Abrams, que ejerció
varios cargos en el Departamento de Estado durante la Presidencia de
Ronald Reagan (1981-1989), ha llegado a la Administración de Trump
marcado por su controvertida trayectoria.
En 1991, este abogado de profesión se declaró culpable de haber ocultado información al Congreso sobre el caso Irán-Contra.
El
detonante de ese caso fue la financiación de Washington a los rebeldes
antisandinistas de Nicaragua ("contras") a través de la venta de armas
-operación que burló una prohibición del Congreso- para derrocar al
Gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y, a la
vez, lograr la liberación de rehenes estadounidenses en poder de
extremistas islámicos vinculados a Teherán.
Durante el
Gobierno de George W. Bush (2001-2009), fue asistente Especial del
presidente y director principal para la Democracia, los Derechos Humanos
y Organizaciones Internacionales del Consejo de Seguridad Nacional de
la Casa Blanca y más tarde ocupó otros cargos en la Administración.
- Marshall Billingslea, secretario asistente sobre Financiación del Terrorismo del Tesoro de EE.UU.
Billingslea
forma parte del equipo del Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin,
encargado en diseñar la estrategia de presión económica sobre Venezuela,
más allá del petróleo.
El funcionario, con
experiencia previa en los Departamentos de Defensa y Estado, fue el
encargado de advertir a finales de 2018 que Venezuela recurre de manera
creciente al comercio de oro "sin control medioambiental ni de
contabilidad" para financiar las supuestas redes de corrupción que
sostienen a Maduro.
"Tras saquear totalmente Petróleos
de Venezuela (Pdvsa), donde no queda nada más por robar, hemos visto un
cambio en la atención del régimen de Maduro hacia el oro, es el nuevo
recurso que están buscando", afirmó en una conferencia en octubre
pasado.
Billingslea apuntó directamente a Turquía como
principal comprador del oro venezolano. Pocos después, en noviembre,
Washington anunciaba sanciones contra las exportaciones ilegales
venezolanas de este metal precioso.
- Marco Rubio, senador republicano por Florida
Marco
Rubio, de origen cubano, ha sido la voz del Congreso estadounidense más
contundente y crítica con Maduro. El día antes de que Guaidó se
proclamara presidente interino de Venezuela el pasado 23 de enero, Rubio
y otros legisladores se reunieron en la Casa Blanca con Trump, y le
pidieron que le reconociera como mandatario legítimo.
"Escucho
mucho al senador Rubio sobre Venezuela, está cerca de su corazón", dijo
Trump en declaraciones a medios regionales. Sin embargo, fuentes
cercanas a Rubio aseguraron que Trump "nunca ha tenido que ser
convencido del tema de Venezuela".
Aparte de pedir el
reconocimiento de Guaidó, Rubio ha aplaudido las sanciones al Gobierno
de Maduro y ha promovido una ley bipartidista para otorgar un amparo
migratorio temporal a los venezolanos que han sido desplazados y que
temen regresar a su país.
- Mario Díaz-Balart, legislador republicano de la Cámara Baja por el Distrito 25 de Florida
Mario
Díaz-Balart, de origen cubano, forma parte del grupo de legisladores
que Trump ha escuchado en temas relacionados con Venezuela. Díaz-Balart
representa en el Congreso a Doral, la ciudad estadounidense con el mayor
porcentaje de venezolanos de todo el país y conocida como un bastión de
la oposición al bolivarianismo.
Lejos del Gobierno de Maduro, los exiliados han mostrado su respaldo a Guaidó.
Desde
su posición, Díaz-Balart ha pedido a Trump que designe al Ejecutivo de
Maduro como "Estado patrocinador del terrorismo". También ha introducido
una ley en la Cámara Baja para otorgar un amparo migratorio temporal,
conocido como Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés), a los
miles de venezolanos que huyeron de su país y que residen ahora en
EE.UU.
- Carlos Trujillo, embajador de EE.UU. ante la Organización de Estados Americanos (OEA)
Carlos
Trujillo, de origen cubano, ha sido uno de los artífices de la
estrategia de Washington para aglutinar apoyos para Guaidó en
Latinoamérica.
Logró que la OEA se reuniera el mismo
10 de enero, cuando Maduro tomó posesión de su cargo, para aprobar una
resolución en la que desconocía su "legitimidad" como mandatario. Con
Trujillo como embajador ante este organismo, EE.UU. ha visto en la OEA
un foro muy útil para desplegar su estrategia contra Maduro.
Una
fuente diplomática ha descrito a Trujillo como
el "brazo ejecutor" de Marco Rubio, al que conoció en Florida cuando
era legislador en la Cámara estatal de Representantes (2010-2018).
Otra fuente lo considera un "estratega con mucha capacidad" que ha puesto orden en el "caos latinoamericano" del organismo.