PARÍS.- El número de países
seguros para los periodistas continúa reduciéndose en todo el mundo,
debido a una hostilidad hacia la profesión, según el informe anual de
RSF que apunta que el mayor deterioro se dio en América del Norte y del
Sur.
"La hostilidad hacia los periodistas, e incluso el odio del
que se hacen eco dirigentes políticos en muchos países, ha acabado
provocando agresiones más graves y frecuentes" contra estos
profesionales, lo que suscita un "clima de miedo inédito en algunos
lugares", deploró este jueves la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF).
En su clasificación de 180 países, únicamente un 24% (un 26% en 2018) se encuentra en una situación buena o más bien buena.
Noruega
conserva por tercer año consecutivo el primer puesto, seguido de
Finlandia y Suecia. Cierra la lista Turkmenistán, precedido de Corea del
Norte.
También en la cola, China pierde un puesto (177), así
como Rusia (149), donde el Kremlin "acentuó la presión" sobre los medios
independientes e internet, "con arrestos, registros arbitrarios y leyes
liberticidas".
Estados
Unidos (48) pierde tres puestos y entra en la zona "problemática". Más
allá de las declaraciones de Donald Trump contra los medios, "los
periodistas estadounidenses nunca habían sido objeto de tantas amenazas
de muerte" ni recurrido de tal manera a la seguridad privada para su
protección personal, según RSF.
La ONG basada en París
destaca que la persecución de periodistas que incomodan a las
autoridades en cualquier parte del mundo "parece ahora no tener
límites". Cita el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en el
consulado de su país en Turquía, que "envió un mensaje aterrador a los
periodistas más allá de las fronteras de Arabia Saudí".
España
subió dos puestos (29) y Francia, uno (32). El informe apunta que
América del Norte y del Sur registraron el mayor deterioro regional.
La ligera mejora
en 2018 en América Latina "fue breve", puesto que el entorno en el que
trabajan los periodistas es "cada vez más hostil". Las elecciones en
países como México (144), Brasil (105), Venezuela (148) y Colombia (129)
engendró un "recrudecimiento de los ataques contra los periodistas,
perpetrados sobre todo por la clase política, los funcionarios y los
cibermilitantes".
Estos incidentes "contribuyeron a reforzar un clima de desconfianza generalizada - a veces de odio - contra la profesión".
Nicaragua registró una de
las caídas más significativas (114, -24 puestos), según RSF, que
denuncia que los periodistas que cubren las manifestaciones contra el
gobierno de Daniel Ortega, considerados como opositores, son agredidos
con frecuencia. "Muchos se han exiliado para evitar ser acusados de
terrorismo", indica el informe.
Aunque la llegada al poder del
presidente Andrés Manuel López Obrador "calmó un poco" las relaciones
entre el poder y la prensa, México sigue siendo el país más peligroso
del continente para los periodistas, con 10 asesinatos en 2018.
Venezuela perdió cinco puestos, acercándose a la zona
negra de la clasificación. La "deriva autoritaria" del gobierno de
Nicolás Maduro intensificó la represión contra la prensa independiente,
apunta RSF, que registró un número récord de arrestos arbitrarios y
actos de violencia perpetrados por las fuerzas del orden y los servicios
de inteligencia. Muchos periodistas tuvieron que exiliarse y hubo
reporteros extranjeros detenidos o expulsados.
Cuba se mantiene
como el peor alumno de la región (169), pese a ganar tres puestos, una
senda por la que se desliza Bolivia (113, -3), cuyo presidente, Evo
Morales, sigue el "modelo cubano", controlando la información y
censurando "las voces demasiado críticas", señala RSF.
"Blanco
frecuente" de ataques armados, de presiones y de tentativas de
intimidación por parte de la clase política, El Salvador perdió 15
puestos y se colocó en el 81.
Brasil
pierde tres puestos y se acerca a la zona roja, con cuatro periodistas
asesinados. La elección del ultraderechista Jair Bolsonaro, tras una
campaña marcada por "el discurso del odio, la desinformación, la
violencia contra los periodistas y el desprecio por los derechos
humanos, augura un periodo sombrío para la democracia y la libertad de
prensa".
"Independientemente del color político, hay gobiernos
cada vez más fuertes que tratarán de controlar la información o de
censurarla, recurriendo a métodos más o menos finos, más o menos
visibles", dijo Emmanuel Colombié, director de RSF para América
Latina, tras presentar el informe en Rio de Janeiro.
RSF recuerda
el papel primordial de WhatsApp en la campaña electoral brasileña,
canal por el que circularon informaciones falsas destinadas sobre todo a
desacreditar el trabajo de los periodistas críticos con Bolsonaro.
Bolsonaro quiso enviar el jueves un mensaje de apaciguamiento a la prensa.
"Estimados
integrantes de los medios, pese a algunos percances entre nosotros, los
necesitamos para que la llama de la democracia no se apague. Los
precisamos cada vez más. Palabras, letras e imágenes que sean una
emanación perfecta de la verdad. Juntos, trabajando con ese objetivo,
haremos un Brasil mayor, grande y reconocido en todo el escenario
mundial", declaró Bolsonaro en una ceremonia militar en Sao Paulo.