LA HABANA.- La pasión por el novelista estadounidense Ernest Hemingway vuelve a unir a estudiosos de Cuba y EE.UU., que llegan a La Habana para participar esta semana en un coloquio sobre el premio nobel de Literatura a pesar de las recientes restricciones de viaje impuestas por Washington.
"Algunas
personas que venían al evento cancelaron, pero fueron los menos.
Hemingway es un puente importante entre las dos naciones y hace muchos
años nos está uniendo", dijo a Efe Grisell Fraga, presidenta del comité
organizador del encuentro, al que asisten también investigadores de
Japón, Israel, Argentina y España.
Fraga,
directora de la casa-museo Finca Vigía, el hogar habanero donde el
escritor pasó sus últimos 20 años, agregó que pese a las nuevas
prohibiciones de la Administración del presidente Donald Trump, muchos
estadounidenses "hace tiempo tienen vínculos muy cimentados en Cuba y
siempre encuentran la vía para llegar".
El
afán por preservar el legado del cronista (1899-1961) -muy querido en
la isla, donde fue bautizado como "Papa Hemingway"- ha mantenido abierto
un canal de diálogo entre Cuba y EE.UU. aún en momentos de gran tensión
entre ambos países, que restablecieron vínculos en 2015 tras más de
medio siglo de enemistad acérrima.
Por
17 años, la fundación estadounidense Finca Vigía ha sorteado los
escollos del embargo económico de Washington para trabajar junto a
especialistas cubanos en la restauración y conservación de los 22.000
objetos personales que Hemingway dejó en su casa habanera, donados por
su viuda, Mary, tras el suicidio del novelista.
"Cuba
fue muy importante para Hemingway. No sé si en Estados Unidos se dan
cuenta de eso. Él vivió aquí mucho más tiempo que en cualquier otro
lugar (...). Su corazón estaba aquí", aseguró a Efe la profesora Sandra
Spanier, al frente del ambicioso proyecto editorial que recopila y
publica todas las cartas conocidas de Hemingway.
Spanier,
una habitual en el coloquio desde sus primeras ediciones, explica que
la devoción compartida hacia el narrador sirve para tender "puentes a un
nivel humano", al margen de los vaivenes de la política, a la que el
propio autor "no era muy apegado".
La
investigadora adelantó que el "Hemingway Letters Project" espera
publicar en 2020 el quinto de los 17 volúmenes previstos, que ofrecen
una perspectiva única del mundo interior de una de las personalidades
más interesantes del siglo XX, testigo además de acontecimientos clave
de la historia moderna.
La
edición 17 del Coloquio Internacional Ernest Hemingway tendrá lugar
hasta el próximo domingo con ponencias tan variadas como la influencia
del cronista en el lenguaje legal estadounidense, su escritura como acto
de catarsis frente al trauma, y la historia de sus piscinas, escenarios
de legendarias juergas.
La
estancia de Hemingway en el hotel Ambos Mundos -"conocida en Cuba, pero
relativamente desconocida en España"- y su estrecha relación con su
propietario, el gallego Manuel Asper, será contada por el periodista
español Pablo López, que espera arrojar luz sobre este momento previo al
establecimiento del escritor en Finca Vigía.
El
paso por Ambos Mundos ha "quedado a la sombra de su estancia en Finca
Vigía", advirtió López, que explica que en este hotel "modesto",
"familiar" y "muy gallego" Hemingway escribió numerosos artículos, parte
de los primeros capítulos de "Por quien doblan las campanas" y tuvo
contacto con la Cuba real.
La
conexión gallega del novelista estadounidense resuena de manera
personal en López, pariente de Manuel Asper y para quien este capítulo
en la vida de Hemingway forma parte de su historia familiar.
Agrega que en la isla existe "una auténtica pasión" por el legendario cronista, convertido en "patrimonio de Cuba".
"Cuando
recibió el premio Nobel dijo que era el primer escritor cubano en
recibirlo. Se consideraba un escritor cubano y entonces Cuba tiene todo
el derecho del mundo, es casi su obligación, en reivindicar a
Hemingway", señaló.