El cómputo sigue sin terminar pasados tres días de los comicios y
además es incierto el número de votos que faltan por contar, lo que está
encendiendo una polémica, incluso con declaraciones del presidente
Donald Trump, que la emprendió hoy contra Brenda Snipes, supervisora
electoral del condado Broward, en el sur de Florida.
Entre tanto, los demócratas Bill Nelson y Andrew Gillum,
candidatos respectivamente al Senado y la Gobernación, están cada vez
más cerca de sus respectivos oponentes republicanos, Rick Scott y Ron
DeSantis, que les sacan una ventaja de 14.895 y 36.123 votos, según
datos actualizados.
Nelson presentó hoy una demanda
judicial en la que insta a contar los votos de "papeletas provisionales"
y las enviadas por correo que hayan sido rechazadas debido a que la
firma del votante no coincide con las del registros electoral, al
considerar que los administradores no son expertos en detectar dicha
discrepancia.
El escrutinio debe completarse este
sábado para que los resultados sean certificados por el secretario de
estado de Florida, Ken Detzner, quien deberá declarar oficialmente los
ganadores o anunciar el recuento de todos los votos.
La ley de Florida establece la obligatoriedad de volver a contar todos
los votos cuando la diferencia entre dos candidatos es de 0,50 puntos o
menos al finalizar el escrutinio, e incluso obliga a contarlos
manualmente si es de 0,25 puntos o menos.
El senador
Nelson, que busca su reelección, cuenta con un 49,91 % de los votos
contados hasta ahora, 0,18 puntos porcentuales por debajo de Scott
(50,09 %), actual gobernador de Florida.
Mientras,
Gillum, alcalde saliente de Tallahassee, está 0,44 puntos por detrás de
DeSantis (49,17 % y 49,61 %), quien renunció a su escaño en la cámara
baja para dedicarse por completo a la campaña por la Gobernación,
avalado por el presidente Trump.
Scott y DeSantis
pasaron de la proclamación del triunfo a la incertidumbre e incluso la
cólera, que ha dejado ver el gobernador republicano, que ya presentó una
demanda contra los supervisores electorales de los condados Broward y
Palm Beach, al norte de Miami, por retrasos en el recuento de los
sufragios.
Por el lado demócrata, la derrota
reconocida por Gillum, el primer candidato afroamericano para la
Gobernación de Florida, la misma noche de las elecciones es ahora
esperanza, mientras que el veterano senador Nelson, que nunca aceptó la
derrota, emprendió una campaña para que todos los votos sean contados y
adelantó que presentará una demanda en caso contrario.
El abogado de Nelson, Marc Elias, ha denunciado una "posible" falta de
calibración de las máquinas y fallos del diseño de la papeleta en
Broward.
El gobernador Scott dijo hoy que urgió a la
policía estatal investigar, porque ningún grupo de "activistas liberales
o abogados de DC (Washington) podrá robar esta elección".
Florida, unos de los estados más "indecisos" del país, se une así a
Arizona, donde está pendiente de definir un escaño por el Senado, y
Georgia, que aún no tiene definido el cargo de gobernador.
El posible recuento en Florida ha devuelto a la palestra el caos
electoral de 2000, cuando hubo que recontar los votos de las elecciones
presidenciales.
Varias semanas después ganó la
Presidencia el republicano George W. Bush (2001-2009) por haber logrado
537 votos más en Florida que el demócrata Al Gore, que fue
vicepresidente de Bill Clinton.
En defensa de su
aliado Scott, el presidente Trump arremetió hoy contra la supervisora
electoral de Broward, de quien dijo que "tiene una historia horrible" y
está "encontrando votos de la nada".
En su calidad de
candidato, no de gobernador, Scott presentó el jueves una demanda
contra Snipes y contra la supervisora electoral de Palm Beach, Susan
Bucher.
El republicano denunció que "liberales sin
ética están tratando de robar estas elecciones", mientras que la campaña
de Nelson reprochó que su acción este "motivada políticamente" cuando
el objetivo es que se cuenten con "precisión" todos los votos.
"El alcalde Gillum concedió (...) y ahora el condado de Broward lo ha
puesto 'de nuevo en juego'. Bill Nelson admitió la elección, ¿ahora está
de nuevo en juego? ¡Esto es una vergüenza para nuestro país y para la
democracia", manifestó hoy Trump en su cuenta de Twitter.
A lo que Gillum contestó por Twitter: "lo que es vergonzoso para la democracia es no contar cada voto y usted (Trump)".