miércoles, 2 de enero de 2019

Segundo Frente, el pueblo cubano que se tutea con Raúl Castro

SANTIAGO DE CUBA.- Perdido entre las montañas de la Sierra Maestra, en Santiago de Cuba (este del país), la localidad de Segundo Frente prospera hoy bajo la tutela del expresidente Raúl Castro, que lo ha elegido como su patria chica, lo visita varias veces al año y tiene allí preparado su lugar de descanso final.

Esta comunidad agrícola de 40.000 habitantes es conocida como el "pueblo de Raúl", quien estableció allí su comandancia durante la insurrección que llevó al poder a la Revolución Cubana hace 60 años.
Tras el triunfo del 1 de enero de 1959, el menor de los Castro apadrinó el asentamiento creado alrededor de su puesto de mando, al que representa en el Parlamento cubano y que visita a menudo para supervisar obras y presidir actos.
Esto significa que los habitantes de este remoto lugar se cruzan con el octogenario general mucho más a menudo que los de La Habana, donde aún reside, pero apenas aparece en público.
La reciente renovación de la localidad, que incluye la apertura de un hotel de 4 estrellas y varias obras sociales, parece corroborar las versiones que afirman que el expresidente se retirará allí tras dejar en 2021 su cargo como líder del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC, único).
De momento y debido al secretismo que rodea la vida personal de Castro, los habitantes de Segundo Frente no saben con seguridad si tendrán como vecino al exgobernante, pero de suceder, aseguran, "sería un gran honor para el lugar".
"Ya nos ha visitado este año unas cinco veces. La gente se pone muy contenta cuando lo ve", dijo el primer secretario del PCC en el Segundo Frente, Roger Pérez, quien resaltó que este es el "pueblo cubano que más ve" al líder del partido, que traspasó la Presidencia a su pupilo Miguel Díaz-Canel en abril pasado.
Fue en esta localidad donde el más joven de los Castro comenzó su vida como dirigente y se enamoró de la que luego sería su esposa, la guerrillera Vilma Espín, quien falleció en 2007 y está enterrada en un mausoleo construido a pocos metros del antiguo puesto de mando.
En ese mismo lugar hay un segundo nicho en el que puede leerse el nombre de "Raúl", lo que hace más de una década despejó la incógnita sobre la última morada del general.
La fosa donde reposará Raúl Castro es muy similar a la tumba a su hermano, el fallecido Fidel Castro (1926-2016), en el cementerio de Santa Ifigenia en Santiago de Cuba, aunque, a diferencia de este, el menor de los Castro escogió un ambiente más íntimo y apartado.
Resguardado por decenas de palmas reales y rodeado de montañas, el conjunto funerario sirve de cementerio a más de 200 integrantes del Segundo Frente "Frank País" del Ejército Rebelde y también al bailaor español Antonio Gades, gran simpatizante de la Revolución de la isla y quien en sus últimas voluntades pidió ser enterrado en ese lugar.
"Además de los recorridos oficiales, él (Castro) viene aquí en visitas privadas, a conversar con Vilma, sin nadie alrededor", según una de las cuidadoras del enclave, que ha visto "varias veces" a un dirigente poco dado a las apariciones publicas y muy reservado con su vida familiar.
Precisamente fue el recuerdo de la que fuera su esposa durante más de cuarenta años el que hizo que Castro, en un gesto poco habitual, se emocionara hasta las lágrimas en una sesión reciente del Parlamento, en la que su hija, la sexóloga Mariela Castro, recordó la labor de su madre por los derechos de la mujer en Cuba.
La historia de amor de Raúl y Vilma también se recuerda en Segundo Frente, que mantiene intacta la pequeña casa que sirvió de vivienda a los entonces jóvenes guerrilleros.
Junto a ella también se mantiene la austera oficina de Raúl Castro, amueblada con una mesa, una silla y un retrato de Frank País, mártir santiaguero de la Revolución.
Entre las muestras más curiosas del museo se encuentran una nota dedicada por Vilma a Raúl, una larga trenza, pinzas para rulos y una rosa seca.
Desde las paredes de la vivienda, un jovial y desenfadado Raúl Castro abraza a su novia y aparece junto a compañeros, en imágenes borrosas poco conocidas y conservadas con celo en el pueblo, que recibe al visitante con el mensaje de ser una "tierra que honra a sus héroes".

Cuba: 60 años de "revolución invencible"


MADRID.- "La revolución cubana es invencible, crece, perdura". Misión cumplida, Comandante. Pasados 60 años del triunfo de los barbudos de Sierra Maestra, uno de los grandes hitos del siglo XX, la revolución castrista permanece sólida en el poder pese a la crisis económica perpetua, la ausencia de libertades y la persecución de los disidentes. 

Todo ello en medio de unas reformas que avanzan a ritmo de jicotea, la tortuga cubana. Miguel Díaz-Canel, el relevo generacional, ya no se llama Castro, ni siquiera es militar ni tampoco estaba vivo cuando Fulgencio Batista huyó apresuradamente de La Habana en la madrugada del 1 de enero de 1959.
Empeñado en demostrar todos los días que no se trata del Gorbachov cubano, el nuevo presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros repite mensajes como el que abre esta crónica, muy parecidos a los de sus antecesores. 
Díaz-Canel evita recordar, no obstante, que en La Habana no se encuentra pan hace días, que otros alimentos escasean, que los taxistas han mantenido un pulso inédito con las autoridades en busca de tarifas más altas y que una parte del sector cultural se ha vuelto a revelar contra un decreto gubernamental, todo un clásico en revolución.
Nada de ello importa, ni siquiera la anorexia endémica de su economía a la hora de festejar los 60 años de la revolución. Durante las seis décadas transcurridas no se ha dejado de celebrar la victoria del 59 ni un solo día y de todas las maneras posibles: en los medios, en los colegios, en los discursos, en la vida diaria. La revolución invencible, como la denomina el oficialismo, convertida en la revolución perpetua.
"Lo que más ha sobrevivido de la revolución es la revolución misma, que ha sabido transformarse en la medida que el orden mundial, donde Cuba es un actor menor en términos de poder, se lo exigió", resume el politólogo Arturo López-Levy. 
"Hubiese sido imposible sin el Estado que nació de la revolución, su capacidad redistributiva y el poder que desarrolló para alistar por coacción o por consenso a la sociedad cubana tras de sí".
Han pasado 60 años de lo que fue una formidable lucha contra una dictadura, que durante mucho tiempo surtió de esperanza y sueños a rebeldes e izquierdistas de todo el continente. Una epopeya de sueños truncados que el nuevo presidente ha glosado a través de Twitter, uno de sus medios de comunicación favoritos. 
"Santa Clara, la ciudad donde nací, resistió bombardeos, derribó las paredes de sus casas y levantó barricadas en apoyo a las tropas del Che. La audacia rebelde descarriló el tren blindado el 29 de diciembre y aceleró la victoria", rememoró. Faltaban pocas horas para el gran triunfo, la huida del dictador y el recorrido triunfal de Fidel desde Santiago hasta La Habana, ciudad a la que entró el 8 de enero.
En el cementerio santiaguero de Ifigenia, donde descansan los restos de Fidel y de José Martí, se concentra la gran celebración de hoy. Las autoridades presentes recordarán las grandes gestas con su lenguaje retórico y grandilocuente, sabedores de que la que tienen por delante es igual de compleja: cómo enamorar a los nietos que ya no sienten la lealtad de sus abuelos.
De la pasión del 59 a la desesperanza presente, que ha arrojado a generaciones enteras fuera del país hasta convertir a la isla en el segundo país más viejo de América Latina. La economía, que no crece más allá de un sospechoso 1% anual, es el factor clave, y por eso la nueva Constitución, que se refrendará con absoluta seguridad en febrero, oficializa las reformas de Raúl Castro y abona el embrión de capitalismo, a través de los cuentapropistas.
"Cuba es una prisión mental", certifica Amnistía Internacional en su informe sobre la isla, en el que detalla "décadas sucesivas de uso desproporcionado y arbitrario del derecho penal y de campañas de discriminación promovidas por el Estado contra quienes se atreven a protestar o tratan de abandonar el país". 
Más de un centenar de presos políticos avalan las denuncias de los organismos de derechos humanos y confirman la persecución contra los disidentes, según una crónica de El Mundo.

La Revolución cubana cumple 60 años atrincherada nuevamente ante Estados Unidos

LA HABANA.- La Revolución cubana, que este martes cumple sesenta años, “no ha envejecido” y está “curada de espantos”, aseguró el expresidente Raúl Castro, quien ante el empeoramiento de las relaciones con EEUU llamó a la población a prepararse “para todos los escenarios, incluyendo los peores”.

El líder del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC, único) encabezó, acompañado del presidente Miguel Díaz-Canel y las cúpulas del Partido Comunista y las Fuerzas Armadas, un acto oficial en Santiago de Cuba (oriente), “cuna de la Revolución” liderada por su hermano mayor, el fallecido exmandatario Fidel Castro (1926-2016).
En un discurso de casi 40 minutos, Raúl Castro repasó en primera persona más de medio siglo de historia y criticó a Estados Unidos, eterna némesis de la isla comunista y cuyo actual Gobierno se mueve “nuevamente en un rumbo de confrontación”, aseguró Castro, quien insistió en su confianza en la “nueva generación de revolucionarios”.
“Se cumplen 60 años del triunfo el 1 de enero de 1959, sin embargo la Revolución no ha envejecido, sigue siendo joven”, dijo ante mil santiagueros reunidos en el cementerio de Santa Ifigenia frente a la gran roca que sirve de tumba a Fidel Castro.
El general de 87 años confirmó su “satisfacción” por la gestión de su pupilo, el actual presidente Miguel Díaz-Canel (58 años), que llegó al poder en abril pasado, y subrayó que “el proceso revolucionario no esta circunscrito a la vida biológica de quienes lo iniciaron, sino a la voluntad y el compromiso de los jóvenes”.
Con voz quebrada pero en aparente buen estado de salud, Castro recordó el “periodo especial”, la seria crisis económica que sufrió Cuba inicios de 1990, cuando tras el derrumbe de la Unión Soviética el país caribeño se quedó “solo en medio de Occidente, a 90 millas de EEUU”.
“Nadie en el mundo habría apostado un centavo por la supervivencia de la Revolución, sin embargo, sí se pudo enfrentar y vencer el reto”, indicó el expresidente cubano, que inició en 2014 un histórico “deshielo” bilateral con el entonces ocupante de a Casa Blanca, Barack Obama.
Ahora, de regreso a la hostilidad tras la llegada a Washington de Donald Trump, Raúl Castro reiteró la disposición de la isla a “convivir civilizadamente pese a las diferencias, en una relación de paz, respeto y beneficio mutuo” para enseguida cambiar a un tono más belicista, poco usual en sus últimas apariciones.
Acusó a Washington de intentar repetidamente forzar un “cambio de régimen” en la isla y pidió a “las mentes más equilibradas” del Gobierno estadounidense evitar “un escenario de confrontaciones que no deseamos”, pero para el que Cuba está preparada.
El país continuará “priorizando las tareas de preparación de la defensa” dijo el general de ejército, quien instó a lo cubanos a reforzar la defensa y prepararse “para los peores escenarios”.
“A 60 años del triunfo de la Revolución podemos afirmar que estamos curados de espanto. No nos intimidan ni el lenguaje ni la amenazas”, aseguró el líder del Partido Comunista en el acto, que duró poco más de una hora y tuvo lugar en medio de fuertes medidas de seguridad.
La celebración comenzó con una ceremonia de cambio de la guardia de honor en el “altar de la patria” del camposanto, en el que sobresale el mausoleo del Héroe Nacional cubano, José Martí, y a la derecha la gran piedra donde reposan los restos de Castro, que quiso descansar en la ciudad donde se gestó su insurrección.
Una unidad de artillería disparó 21 salvas que rompieron la habitual paz del cementerio, convertido en parada obligada desde que Raúl Castro depositó allí las cenizas de su hermano en noviembre de 2016.
El expresidente, uno de los últimos sobrevivientes de la generación histórica que luchó en la Sierra Maestra, ofreció un recorrido por la historia de la insurreción en la que participó junto a Fidel Castro y los guerrilleros Camilo Cienfuegos y Ernesto ‘Che’ Guevara.
“Puedo decir que tengo confianza en el futuro”, dijo Castro, que auguró un “provenir próspero” para la nación, “siempre con la guía del Partido”, cuyo liderazgo también cederá en 2021 a Díaz-Canel.
Por último, manifestó su “seguridad” de que la nueva Constitución que irá a referendo el próximo 24 de febrero obtendrá un “respaldo mayoritario” del pueblo, que “demostrará en las urnas el respaldo mayoritario a su Revolución y al socialismo”.
El nuevo texto que actualizará la Carta Magna vigente (1976) ratifica la aspiración al comunismo aunque reconoce la propiedad privada y a la inversión extranjera como necesaria.

Raúl Castro urge a resolver los problemas económicos y a captar la inversión foránea

LA HABANA.- El exgobernante y líder del Partido Comunista de Cuba (Pcc, único legal), Raúl Castro, consideró hoy que mejorar la economía es el principal reto del país, e instó al Gobierno a buscar soluciones a los múltiples problemas en este ámbito e impulsar la inversión extranjera.

La "batalla económica" es "la que más exige, porque es la que más espera nuestro pueblo", afirmó el expresidente, de 87 años, en un discurso en Santiago de Cuba durante el acto central por el 60 aniversario de la Revolución Cubana de 1959 que llevó al poder a su hermano menor, Fidel Castro, fallecido en 2016.
Para mejorar la maltrecha economía de la isla -que apenas crece un 1 % anual y arrastra una crónica crisis de liquidez y divisas- Castro planteó desde adoptar una "actitud más proactiva" y dar "soluciones a los problemas con respuestas ágiles y eficientes" hasta "ser más coherentes, sistemáticos y precisos en la implementación de los lineamientos económicos".
Con esto, afirmó, se lograrán objetivos como "reducir gastos no imprescindibles", incrementar las exportaciones o fomentar la inversión extranjera.
Sobre el capital foráneo, el que fue presidente desde 2008 hasta abril pasado, cuando cedió el mando a Miguel Díaz-Canel, insistió en que "no es un complemento, sino un elemento fundamental para el desarrollo" del país.
Castro denunció, una vez más, el embargo comercial y económico que EE.UU. mantiene sobre Cuba y que de acuerdo a estimaciones del Gobierno de la isla provocó al país pérdidas por valor de más de 4.000 millones de dólares solo el año pasado.
En 2018 la economía de Cuba creció poco más del 1 %, por debajo del 2 % inicialmente previsto, según datos oficiales.
En el mismo ejercicio el país caribeño vio reducidos sus ingresos por exportaciones y en sectores fundamentales como el turismo, una situación agravada por los daños provocados por la sequía y los huracanes.
Además de la crisis que sufre su aliado Venezuela, que provocó un desplome en los envíos de crudo venezolano subsidiado a la isla, La Habana dejará de recibir unos 300 millones de dólares anuales por la exportación de servicios profesionales a Brasil como consecuencia de su salida del programa "Más Médicos".