viernes, 28 de diciembre de 2018

Perciben un año 2019 "brillante" para el sector turístico en el Caribe

SAN JUAN.- El secretario general de la Organización Caribeña de Turismo (CTO, en inglés), Hugh Riley, afirmó hoy que el panorama para dicho sector para el año 2019 se ve "brillante", con un sentido "de optimismo, entusiasmo y mucha esperanza".

Según dijo Riley, ese optimismo se debe a que a pesar de la devastación que causaron varios huracanes sobre el Caribe en el año 2017, entre ellos, Irma y María, en el 2018 todo se revirtió.

"Estamos muy emocionados con nuestras expectativas, debido al increíble cambio que hemos visto en los destinos más golpeados por los ciclones", indicó.
Riley reafirmó su optimismo por el progreso en que países miembros y simpatizantes del CTO continúan progresando sin cesar, manteniendo el ímpetu que desarrollaron tras la temporada de huracanes en el 2017 para mantener firme el sector turístico de la zona.
Ante ello, Riley destacó la reconstrucción y la reapertura de alojamientos, mientras que los aeropuertos volvieron a operar de manera regular con el regreso de algunas aerolíneas a tiempo completo y los diversos servicios en los aeropuertos.
"Todo eso ayuda a que aumente la cantidad de visitantes viajando, mientras que los mensajes positivos y promociones en el mercado han activado a los destinos que no fueron afectados registrando un crecimiento continuo", afirmó Riley.
Riley dijo además que la demanda de turistas internacionales "es fuerte" y que los residentes del Caribe "continúan con su plan de búsqueda de explorar y disfrutar de los placeres de los países vecinos".
Sobre el sector de la llegada de barcos cruceros, el funcionario indicó que la mayoría de los puertos afectados por los huracanes ya fueron reparados y que el número de estas embarcaciones a la zona han regresado a la normalidad.
Riley detalló que la visita de barcos cruceros registró un crecimiento de 13,7 % desde mayo a septiembre y de 17,1 % en el tercer periodo de 2018.
Por ello, es que Riley afirmó que el panorama para dicho sector para el año 2019 se ve "brillante", por lo que esperan declarar el año entrante como "El año de los festivales" en el Caribe.
"Simplemente manifestado, la región cuenta con un ritmo que no se puede replicar en ninguna otra parte del mundo", resaltó.

Cuba registra un récord de 493.169 visitas de cubanoamericanos en 2018

LA HABANA.- Cuba ha recibido 493.169 visitas de cubanoamericanos en lo que va de 2018, una "cifra récord" frente a los 407.633 del año anterior, informó hoy el canciller del país caribeño, Bruno Rodríguez.

En total se registraron este año unos 567.553 viajes de cubanos residentes en el exterior, lo que representa un incremento aproximado del 20 % en relación al 2017, cuando llegaron 480.324 emigrados.
Este aumento "evidencia (la) continuidad de la política de fortalecimiento de los vínculos de Cuba con sus nacionales en el exterior", aseguró el ministro de Exteriores en su cuenta oficial de Twitter.
Más de 2,4 millones de cubanos residen fuera de la isla, la gran mayoría (84 %) en Estados Unidos y Canadá, y el resto en Europa (10 %) y Latinoamérica (5 %), entre otras regiones, de acuerdo a las últimas cifras oficiales disponibles, publicadas en octubre de 2017.
En EE.UU., el principal destino de la migración cubana, viven más de 1,1 millones de personas, de ellas más de un millón nacidas en la isla, indican datos de la Dirección de Asuntos Consulares y de Cubanos Residentes en el Exterior (DACCRE) de la Cancillería cubana.
Sin embargo, las cifras del censo de los Estados Unidos aseguran que en 2013 vivían en ese territorio más de dos millones de cubanoamericanos, números que incluyen también a los hijos de emigrantes.
En enero pasado, la prensa oficial cubana informó de que 819.749 cubanos residentes en la isla viajaron al exterior, muchos de ellos por primera vez, en los cinco años desde la entrada en vigor de la reforma migratoria de 2013, que entre otras cosas eliminó el permiso de salida que restringía la posibilidad de visitar el extranjero.
De ellos, el 11 % estableció su residencia permanente en otro país y pasó a tener estatus de emigrado.
En estos cinco años los isleños realizaron 2,65 millones de viajes al exterior, de los que más de 890.000 tuvieron como destino Estados Unidos.
Entre los estadounidenses, expatriados cubanos y turistas de otras nacionalidades que vuelan desde Estados Unidos, suman más de 1,6 millones de visitantes registrados hasta la primera quincena de diciembre, según datos difundidos este diciembre por el Ministerio de Turismo de Cuba (Mintur).
La isla ha recibido 605.416 visitantes estadounidenses en lo que va de año, la mayoría a bordo de cruceros, una modalidad en auge debido a las nuevas restricciones impuestas por el Gobierno de Estados Unidos, cuyos ciudadanos no pueden viajar como turistas a Cuba ni alojarse en una larga lista de hoteles vinculados al sector militar.
La nueva administración del presidente Donald Trump también suspendió los servicios consulares y la expedición de visas a cubanos tras el retiro del 60 % del personal de la embajada de EE.UU. en Cuba debido a los misteriosos incidentes de salud sufridos por diplomáticos estadounidenses en la isla.

La "batalla económica" de la Revolución Cubana: adaptarse o perecer

LA HABANA.- De una gestión completamente estatal a la gradual apertura hacia la inversión extranjera y el impulso al emergente sector privado, los cambios en la política económica en la isla sirven para ilustrar el complejo recorrido de la Revolución Cubana, que ya entra en su sexta década de existencia.

El único país comunista de América Latina ha tenido que aprender a sortear escollos, primero políticos y luego principalmente económicos, y flexibilizar la mayoría de sus férreas posturas iniciales para mantenerse a flote sin "volver al capitalismo".

La "batalla económica" es hoy prioridad para la nación caribeña, sobre la que se cierne el fantasma de la recesión, reaparecido en 2017 por primera vez en 23 años.
Empeñado en resucitar una economía frágil, que se tambalea entre la insuficiente liquidez, el embargo estadounidense, la falta de autonomía y la corrupción interna, el hoy expresidente Raúl Castro impulsó a poco de su llegada al poder en 2008 una serie de reformas pensadas para "actualizar" el modelo centralizado de la isla.
Su hermano, el fallecido Fidel Castro (1926-2016), nacionalizó las industrias de propiedad extranjera y borró completamente la actividad privada del país en la primera de las más de cinco décadas que se mantuvo en el poder, tras el triunfo revolucionario de 1959.
Durante esos años Cuba centralizó su economía, adoptó el sistema de la empresa estatal socialista y se lanzó a cumplir planes quinquenales, lastrada por errores de previsión y la excesiva burocracia.
El "cuentapropismo" reapareció tímidamente en 1978 para luego regresar de forma definitiva tras el colapso de la Unión Soviética a principios de 1990, un antes y un después para Cuba, que dependía casi enteramente de los productos subsidiados enviados por el gigante comunista.
Para la Revolución Cubana significó el despertar a una nueva era, en la que había que adaptarse para no perecer.
En medio de la crisis, bautizada por Fidel Castro como "periodo especial en tiempo de guerra", Cuba abrió su maltrecha economía a la inversión extranjera y despenalizó el uso del dólar.
También amplió las modalidades en el sector privado, estigmatizado aún por no "aportar a la construcción del socialismo" y en su lugar contribuir al "enriquecimiento personal".
El impulso definitivo vino durante el mandato de Raúl Castro (2008-2018), que promovió reformas para dar un respiro a las arcas cubanas y "desinflar" las abultadas plantillas estatales.
El pequeño de los Castro también derogó en 2008 prohibiciones de décadas, como las que impedían a los cubanos alojarse en sus propios hoteles, comprar teléfonos celulares, computadoras y tener líneas móviles a su nombre, además de iniciar en 2015 la aún insuficiente apertura de internet en Cuba.
Impensable en las décadas de los 70 y 80, hoy trabajan en el país 1,3 millones de autónomos - de 4.474.800 cubanos empleados-, responsables en gran medida del cambio en la geografía de la isla, donde casi cada semana surge un negocio privado diseñado para cubrir los vacíos dejados por el Estado.
De ofrecer cortes de pelo en portales y cocinar modestas comidas en sus propias casas a un límite de 12 clientes, los cubanos han pasado a regentar "spa" y salones de belleza, y administrar "paladares" o restaurantes privados cubanos que han desbancado por su calidad la oferta estatal, más escasa y menos especializada.
Los emprendimientos cubanos cada vez son más variados y van desde peluquerías para mascotas, pequeños hoteles boutique, servicios de decoración personalizada de eventos, directorios y mapas en línea, hasta bares cosmopolitas que rivalizan con cualquier establecimiento de Nueva York o Madrid.
Al cierre de 2018, más de 588.000 isleños poseían licencias para el trabajo por cuenta propia, cifra que representa el 13 % de la población activa del país y casi cuadruplica los 157.000 de 2010, a pesar del freno de más de un año y medio a la concesión de nuevos permisos.
La regulación del sector privado estuvo entre las primeras medidas del nuevo Gobierno de Miguel Díaz-Canel, el primer presidente que no lleva apellido Castro en 60 años de Revolución, tras su llegada al poder en abril pasado.
El malestar entre los "cuentapropistas" cubanos hizo que el Gobierno diera un paso atrás y suavizara su posición en el último momento, reconociendo el poder del sector emergente en el destino económico del país.
"Los trabajadores por cuenta propia no son enemigos de la Revolución, son resultado del proceso de actualización, y han resuelto problemas que recargaban al Estado. Su funcionamiento tiene que ser fruto de la legalidad, contamos con ellos para impulsar la economía. Hay que eliminar los prejuicios, la desconfianza y la inseguridad", pidió recientemente Díaz-Canel a la Asamblea Nacional.
En la misma sesión del 22 de diciembre pasado, el Parlamento cubano aprobó el borrador final de la nueva Constitución cubana, que por primera vez reconoce "otras formas de propiedad como la cooperativa, la propiedad mixta y la propiedad privada".
De ser ratificada la nueva Carta Magna en el referendo de febrero próximo, esta inclusión representará un importante cambio respecto al texto vigente de 1976 que solo reconoce la propiedad estatal y la cooperativa agropecuaria.