domingo, 22 de septiembre de 2019

Rusia ¿una tabla de salvación para Cuba?


MOSCÚ.- En medio de la crisis energética que afecta a Cuba en los últimos días y el consiguiente anuncio por parte del mandatario Miguel Díaz-Canel del inicio de una situación “coyuntural» que agrava la maltrecha economía del país, Rusia se refuerza en el horizonte como un barco salvavidas para nuevamente rescatar a la isla y a sus habitantes de un escenario inimaginable, según https://oncubanews.com.

Como hace más de dos años –cuando Rusia comenzó a enviar grandes cantidades de petróleo a Cuba, tras la disminución de los suministros a la isla por parte de Venezuela– reaparece Moscú para intentar paliar la compleja situación y dar un espaldarazo a las autoridades caribeñas.
Y es que Cuba es considerada por los rusos como un aliado estratégico en el hemisferio occidental: “Hay un interés común, no solamente de carácter económico sino también de carácter político”, afirmó a la agencia Sputnik la directora general del Comité Nacional ruso para la Cooperación Económica con los Países Latinoamericanos (CN CEPLA), Tatiana Mashkova, y más adelante acotó: «Sabemos que Cuba está viviendo tiempos bastante difíciles. Pero creo que juntos los vamos a superar».
Esto fue ratificado por el vicepresidente del Consejo de Ministros cubano, Ricardo Cabrisas, quien afirmó que «las relaciones de Cuba y la Federación de Rusia son excelentes y están caracterizadas por el muy alto nivel de diálogo político, las importantes coincidencias en los temas de la agenda internacional y el avance sostenido en los últimos años de los vínculos en los ámbitos comercial y financiero de cooperación».
Es por ello que el Gobierno cubano centra sus esperanzas en las inversiones rusas y en los negocios que se puedan concretar tras una semana intensa de negociaciones con los socios eslavos que incluyó la X Reunión del Comité Empresarial Rusia-Cuba, la primera Exposición Nacional de Cuba en Rusia y la XVII reunión de la Comisión Intergubernamental ruso-cubana.

La energía en el centro de atención

La crisis energética que afecta a la isla es bien conocida por todos y, por tanto, la cooperación en esta materia fue prioridad en la agenda de Cabrisas, que sostuvo una reunión de trabajo con el viceministro de Energía ruso, Pável Sorokin. 
También fue el principal punto de análisis de la Comisión Intergubernamental, que entre otros aspectos concretó la «Hoja de ruta para la participación eficaz de las empresas energéticas rusas en el programa Desarrollo del sector de combustible y energía y el fortalecimiento de la seguridad energética de la República de Cuba«, documento rubricado por el viceministro ruso y su homólogo cubano Yuri Viamontes Lazo.
A principios de este año, ambos países acordaron esta hoja de ruta sobre la cooperación en el ámbito de energía en 2019, y decidieron crear un grupo de trabajo para implementar proyectos destinados a modernizar el sector energético de Cuba con la ayuda de empresas rusas.
Cabrisas informó, en ese momento, de la elaboración de un programa que llegará hasta 2030, con el fin de “aumentar la eficacia de la infraestructura energética y abandonar la dependencia de los suministros de petróleo”.
Un paso más concreto en la materialización de esa cooperación fue el acuerdo firmado este 20 de septiembre entre el grupo ruso INTER RAO y la empresa cubana Energoimport para el mantenimiento técnico capital de las unidades generadoras de tres centrales termoeléctricas de la isla. 
«Este Acuerdo aprueba el calendario de trabajo para el proyecto de recuperación de 10 unidades de 100 MW en las centrales termoeléctricas Ernesto Guevara (este de la Habana), Máximo Gómez (oeste de la capital) y Antonio Maceo (Santiago de Cuba)», señaló en un comunicado INTER RAO Export.

Agricultura a la mesa

El sector agrícola cubano y dentro de él la producción de alimentos en Cuba es cuestión de vida o muerte. Los rusos están interesados en retomar la cooperación agrícola y elevarla a los niveles conseguidos durante la época soviética. «Espero que en el tema de la agricultura por fin podamos colaborar de forma tan activa como se hizo en los años de la Unión Soviética», apuntó Mashkova.
La dirigente rusa recordó que en esos años los soviéticos suministraban a Cuba maquinarias de riego y todo tipo de cosechadoras y que ahora Rusia «perdió mucho de su potencial en la producción de maquinarias para la agricultura”, pero en cuanto tengan el equipamiento adecuado “seguro que vamos a ayudar mucho más a Cuba».
Por la parte cubana, los esfuerzos están centrados en poner en el mercado ruso el Biorat –rodenticida biológico destinado al control de roedores y plagas– el cual ya está registrado en la nación europea.
Mientras, varias empresas del sector agrícola cubano aprovecharon la primera Exposición de Cuba –realizada en la capital rusa del 18 al 20 de septiembre–, para establecer contactos con empresas rusas con el fin de exportar sus mercancías y adquirir tecnologías avanzadas para la producción en Cuba.

A por los rusos

Hasta la feria cubana llegaron la empresa Tecnoazúcar y la corporación Cuba Ron S.A, dispuestas a posicionarse en el mercado ruso. La primera ofrece su conocida Mulata, mientras la otra invita a un traguito de Cubay.
También estuvo BioCubaFarma, con medicamentos, tecnologías y equipos de salud innovadores que podrían tener demanda en el mercado ruso.
Artex, Suchel Camacho, Textil Ducal, la empresa de soluciones informáticas Desoft y un largo etc., hasta sumar un total de 50 entidades caribeñas, se hicieron presentes en la fría capital rusa con la intención de abrirse a un mercado con posibilidades ilimitadas.
Sin dudas es grande el potencial ruso y son muchas sus oportunidades de inversión y negocios en Cuba, más allá de la exportación de petróleo, locomotoras, Ladas y Kamaz. Ya lo adelantó el vice primer ministro ruso Yuri Borísov al afirmar que para finales de 2019, “nos esforzaremos por alcanzar un nivel cercano a los 500 millones de dólares», en el intercambio comercial entre ambos países.
Pero –y siempre hay un pero– hay que ver cuánto están dispuestas las autoridades de la isla a acelerar los mecanismos de aprobación y a aligerar los términos burocráticos para dar entrada a la inversión rusa en diversas ramas de la economía, una inyección de capital imprescindible para que el país logre salir adelante.
También está el tema pagos, pues aunque el Gobierno cubano ha manifestado en varias ocasiones que va a honrar las deudas contraídas, lo cierto es que actualmente le debe a la parte rusa –unos 3.000 millones de dólares, según un reporte de la empresa de servicios financieros RBC–, y no cuenta con la liquidez necesaria para amortizar lo recibido. No se puede olvidar que más allá de la amistad, están los dineros de las empresas implicadas y como dicta el viejo dicho, negocios son negocios.

Uniformes en Miami, clases en La Habana: la educación pública cubana se desmorona



LA HABANA.- Pocos asuntos despiertan mayor triunfalismo oficial en Cuba y críticas más unánimes por parte de sus opositores fuera de la isla que la educación pública, que junto con el sistema de salud constituyen las dos grandes “conquistas de la Revolución”. Pero el régimen castrista tiene cada vez más difícil mantener los estándares que una vez hicieran su sistema la envidia de los países emergentes: escasez de docentes, aulas cochambrosas, profesores sustitutos de primero de carrera y uniformes comprados en Miami hace que la otrora joya del socialismo cubano se desmorone, se escribe en El Confidencial, de Madrid. 

Un buen ejemplo es Yanelys. Cuando se enteró que la escuela de su hijo no había sido seleccionada para el ERCE (un examen similar al informe PISA), se temió lo peor. Un mes más tarde le informaban que la maestra de su pequeño de ocho años debía ser trasladada a otro centro que sí pasaría la prueba debido a que faltaban los docentes de varios grados. 
La solución para el hijo de Yanelys y sus compañeros fue una estudiante de tercer año de Pedagogía para darles clase tres días por semana, alternando esa responsabilidad con sus propios estudios universitarios. Al final, tres sustitutas pasaron por ese curso.
"Nos enfrentamos a un curso de retos", reconoció hace pocos días la ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez, tras recorrer las provincias verificando los preparativos del calendario lectivo, que ha comenzado este septiembre. 
Ante la difícil situación para lograr maestros, el presidente Miguel Díaz-Canel anunció en junio un inesperado aumento salarial que benefició especialmente a los casi 300.000 maestros y profesores del país, con incrementos que duplicaron –y en muchos casos triplicaron– los pagos. 
Como consecuencia de la medida, 8.000 docentes que habían abandonado al sector solicitaron reincorporarse, permitiendo –por primera vez en muchos años– que la "cobertura docente" sea casi total (los datos más recientes la estiman en alrededor de un 98%).
Mientras, en Cuba florecen las academias privadas de "repasadores", a las que muchos padres envían a sus hijos para que refuercen –o incluso reciban– parte de los contenidos que debieron haber adquirido en clase. 
A pesar de los buenos resultados del país en pruebas internacionales, la percepción generalizada es que “las escuelas de ahora no enseñan como las de antes”, y la profesión de maestro se cuenta entre las peor valoradas desde el punto de vista social.
"Algo debiera hacerse. Tal vez este aumento de salario contribuya a cambiar las cosas", especula Yanelys. Cualquiera sea el caso, no le gustaría que su hijo –al crecer– se inclinara por la Pedagogía, ni siquiera en la enseñanza superior.

Los uniformes de la crisis
La educación pública es una prioridad fuera de discusión para el Gobierno cubano. De hecho, la Carta Magna cubana promulgada en abril ratifica el papel preponderante del Estado en la tarea de "garantizar servicios de educación gratuitos, asequibles y de calidad". Esto se traduce en partidas presupuestarias que solo son superadas por las destinadas a la atención sanitaria. 
Durante la última década, las escuelas y universidades han recibido entre un 20% y un 25% del presupuesto total del país. Alrededor de un 1,7 millones alumnos pasaron por las aulas durante el curso pasado (la población cubana supera por poco los 11 millones de personas, más de una quinta parte de las cuales son ancianos).
Pero estas cifras son difícilmente sostenibles en un país que en los últimos dos años ha visto menguar radicalmente sus principales fuentes de divisas: el turismo, la exportación de servicios profesionales y las remesas familiares (a comienzos de 2019 el Gobierno de Trump les fijó un límite de 1.000 dólares mensuales y ha amenazado con continuar reduciéndolas). Las recientes dificultades en la entrega de los uniformes escolares son solo el síntoma más visible de los problemas más profundos y complejos que amenazan al sistema de educación.
Más de 3,7 millones de prendas habían sido encargadas a la industria nacional, pero las dificultades financieras retrasaron la importación de los materiales para confeccionarlas. Como resultado, las ventas –que tradicionalmente se iniciaban en junio– debieron postergarse hasta agosto. 
Los incumplimientos se registraron también en la elaboración de los textos docentes (se alcanzó a imprimir el 80% de los libros y cuadernos solicitados).
Ante los retrasos en la distribución y las menguadas asignaciones establecidas, miles de cubanos prefieren comprar los uniformes escolares para sus hijos y otros familiares residentes en la isla en Miami, donde los grandes centros comerciales de la ciudad hacen su agosto atendiendo ese singular nicho de mercado.

Formación ideológica
La educación cubana es laica y manifiestamente política. Los maestros son considerados "trabajadores ideológicos", y se encuentran sometidos a un escrutinio similar al que rige sobre los periodistas y los funcionarios del Partido y el Gobierno. La formación de las nuevas generaciones en la doctrina revolucionaria es la misión primordial del sistema, según han reconocido en innumerables ocasiones los principales dirigentes del país.
El mensaje es el mismo desde la enseñanza primaria a la formación de posgrado. La Organización de Pioneros José Martí (que agrupa a los niños y adolescentes de hasta 15 años) comienza cada jornada escolar entonando el ilustrativo lema de "Pioneros por el Comunismo, ¡seremos como el Che!" y en los centros de estudios superiores es habitual encontrar murales con una frase pronunciada por el guerrillero argentino en la década de los sesenta: “La universidad es de los revolucionarios”.
La historia reciente confirma que poco cambió desde entonces. Durante las últimas semanas ha cobrado intensidad un debate digital acerca de los "requisitos" que debe cumplir un docente universitario cubano.
El detonante fue el despido de la profesora Omara Ruiz Urquiola, a finales de julio, de su cátedra en el Instituto Superior de Diseño de La Habana. Para muchos, la fundamentación burocrática que avaló la decisión (cambios en el sistema de contratos del Instituto) fue solo una justificación para llevar adelante la medida como castigo por las posiciones no siempre ortodoxas de Ruiz Urquiola en cuestiones políticas, además de el hecho de ser hermana de Ariel Ruiz Urquiola, un biólogo y activista de derechos ambientales y de la comunidad LGTBI con una larga historia de desencuentros con las autoridades. Entre los más significativos estuvo su expulsión –años atrás– del puesto que ocupaba como profesor de la Universidad de La Habana.
Otros profesores también apartados de la enseñanza superior, como el abogado Julio Antonio Fernández Estrada y el periodista José Raúl Gallego Ramos, han trazado paralelismos entre sus experiencias y la que ahora afronta Omara Ruiz. 
La conclusión es que el gobierno busca cerrar toda brecha a posibles cuestionamientos. De poco valen las reclamaciones ante los organismos oficiales, no se trata de decisiones administrativas sino políticas, coinciden.
Como para corroborar su interpretación de los hechos, a mediados de agosto la viceministra primera de Educación Superior, Martha del Carmen Mesa Valenciano, publicó en la página oficial del organismo un militante artículo cuya premisa puede resumirse en el siguiente párrafo: “El que no se sienta activista de la política revolucionaria de nuestro Partido, un defensor de nuestra ideología, de nuestra moral, de nuestras convicciones políticas, debe renunciar a ser profesor universitario”.

Diplomáticos cubanos expulsados por EEUU regresan a La Habana

LA HABANA.- Los dos diplomáticos de la misión de Cuba ante la ONU que fueron expulsados por el gobierno de los Estados Unidos regresaron este viernes a La Habana acompañados de sus respectivas familias, según informó la televisión de la Isla.

Se trata de el ministro consejero, Jorge Peña Argilagos, y el primer secretario de la misión diplomática cubana ante la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, Rolando Vergara Sito, cuyas identidades no habían sido reveladas hasta ahora.
Los diplomáticos fueron recibidos por la viceministra de Relaciones Exteriores, Anayansi Rodríguez, y el director de temas bilaterales y de la dirección general de Estados Unidos de la Cancillería cubana, Yuri Gala, a su llegada al aeropuerto internacional José Martí de La Habana.
El gobierno de EE.UU. exigió el jueves la salida del país de los dos diplomáticos cubanos por haberse «involucrado en actividades dañinas para la seguridad nacional estadounidense» y restringió los movimientos del resto de la misión cubana ante la ONU que, a partir de ahora, solo podrá moverse por Manhattan, donde se encuentra la sede del organismo multilateral.
El reporte de la televisión cubana señaló que los diplomáticos «vuelven a casa con la satisfacción del deber cumplido aunque el gobierno norteño les acuse de realizar supuestos actos incompatibles con su estatus diplomático».
Cuba sostiene que ambos funcionarios se desempeñaron en el cumplimiento de su misión durante su estancia en EE.UU. en «total apego» a lo estipulado en la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas y al acuerdo sobre la sede de las Naciones Unidas.
El ministro de Relaciones Exteriores de la isla, Bruno Rodríguez, afirmó que Cuba responderá «de manera apropiada y oportuna» a la expulsión de los dos diplomáticos y reiteró que estas decisiones de Washington son «acciones injustificadas e ilegítimas sobre la base de calumniar» a los diplomáticos de la Isla y a su misión ante la ONU.
Consideró que el movimiento del Departamento de Estado «establece un precedente peligroso para las relaciones diplomáticas y el derecho internacional» y que con ello se busca provocar una escalada diplomática que lleve a la ruptura de relaciones bilaterales y al cierre de las respectivas embajadas, reabiertas en 2015 durante el «deshielo» con la Administración de Barack Obama.
Desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, el presidente Donald Trump ha endurecido la política hacia Cuba con reducciones del personal diplomático, nuevas sanciones que agudizan el embargo comercial, restricciones a los cruceros y más límites a los viajes de estadounidenses a la Isla, aunque los vuelos comerciales han seguido operando con normalidad.

Cuba, detenida en el tiempo


LA HABANA.- Lo primero que se percibe cuando se llega al aeropuerto internacional José Martí de La Habana es el calor. Y nada más salir de sus instalaciones, el olor. El mal olor que desprenden las gasolinas baratas que los carburadores de los coches antiguos digieren mal. “Y el asfalto, señor –dice Julián– que es de mala calidad y el clima lo derrite...”, en una crónica del diario La Vanguardia, de Barcelona

Julián, el conductor enviado desde el hostal de la Habana Vieja, donde hemos alquilado una habitación, conduce un Geely, un coche chino de color azul en el que nada indica que se dedique al transporte público. Pero la liberalización de la economía cubana va rápido en sectores como la hostelería, la restauración, el transporte… Aunque sea a trompicones: nada más abrir el maletero, aparece un adolescente bajito embutido en un uniforme de color verde de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), coge del brazo a Julián y empieza a discutir con él.
–Usted me muestra la licencia y todo arreglado. Si no, el coche no se mueve de aquí…
–Ya te digo que llevo meses haciendo esto, Manuel sabe…
–Manuel hoy no trabaja, y usted no tiene licencia…
–Llama a Manuel…
–Llámelo usted si quiere, que me lo diga él…
Julián llama a Manuel. Pero Manuel no sabe nada. Y al final, Julián, el coche y los pasajeros acabamos en un puesto de control de la PNR a centenares de metros del aeropuerto. Dos guardias se llevan escoltado a Julián, y el joven policía nos sermonea. “Todo esto lo hacemos por la seguridad de ustedes” repite con ganas de convencernos y tranquilizarnos. Después llama a un taxi.
La capital cubana es una ciudad grandiosa. A finales del XIX y principios del XX se hizo mucho dinero en Cuba con el ron y el tabaco. La burguesía habanera construyó palacetes, mansiones y el Capitolio más grande de Centroamérica. Pero en el barrio del Vedado, por el que circula el taxi, apenas se ve nada. No hay iluminación en las calles y de los caserones art déco emerge una luz débil y azulada. Entre la oscuridad y el olor, es como si la ciudad acabara de salir de una guerra.
–Julián tiene licencia, no se preocupen por él... –dice al día siguiente Leonardo, un empleado del hostal que nos sirve el desayuno–. Lo que pasa es que siempre hay gente que busca que le den unos pesos…
Nunca más sabremos de Julián. Pero así son las cosas en Cuba. Hay una economía privada, la de las habitaciones que se alquilan, la de los restaurantes privados (como el chic O’Reilly 304 en la Habana Vieja), la de los conductores y guías que se contratan por días. Es la economía que funciona con el dólar, la del turismo (el país es abrumadoramente hermoso). Se ve en la ropa de algunos, sobre todo en los jeans. Como los de Leonardo, que con una cadena dorada colgada del cuello parece salido de un Grammy Latino. Y después están los otros, la mayoría, los que malviven del salario del estado (el equivalente a unos treinta dólares mensuales) y están obligados a buscarse la vida para acabar el mes.
–¿Quieren un huevo? –pregunta Leonardo
No. No queremos huevo porque el desayuno se ha acabado. Pero es la pregunta de cada día. Dicen que no hay desayuno cubano sin huevos. Pero los huevos escasean y en el sector privado los ofrecen con la boca pequeña. En la economía socialista hay tiendas llenas de productos (champús, jabones, pañuelos de papel) que nadie parece querer. 
Hay tiendas con las estanterías llenas de salsas, ron, cerveza, pero no de agua mineral o galletas. Y hay colas. Colas que los cubanos aprovechan para conversar y hacer pasar el tiempo. También en las gasolineras. No para la gasolina especial, la de los turistas. Pero sí para la que usan los viejos coches cubanos.
–¿Usted estuvo aquí hace treinta años? ¿De verdad? ¿Y qué le parece? ¿Le parece bien cómo estamos?
A él, desde luego, no se lo parece. Debe tener 40 años, dice que es profesor de Bellas Artes y se desplaza en bicicleta a gran velocidad por las calles de La Habana Vieja sorteando escombros y charcos. “Este mes han bajado la cantidad de la canasta mensual. Eso no está bien” explica. “Si le preguntan a mi papá, mi papá lo ve de otra manera”. Pero su papá tiene ochenta años y una relación personal con la Revolución.
La revolución cubana. Seguramente la más redonda del siglo XX. Todavía hoy es difícil encontrar un relato tan potente y perfecto. Dice así: un puñado de jóvenes barbudos desembarcan en 1957 en el sureste de Cuba, sobreviven como guerrilla en la sierra Maestra y dos años después, en la Nochevieja de 1959, entran en La Habana, de la que el dictador Fulgencio Batista acaba de huir. Es la revolución heroica, la que, para sobrevivir a la hostilidad del vecino del Norte (invasión de bahía de Cochinos, embargo comercial), se escora progresivamente hacia el bloque soviético. La revolución de Fidel Castro y del Che .
Pero de eso, ¡hace tanto tiempo! Después vino todo lo demás: el exilio a Miami, la exportación de la revolución a África, la vulneración de los derechos humanos, el fin de la amistad soviética... 
La revolución es hoy un fósil. Sobrevive en los murales de las carreteras, el “Patria o Muerte”. O en el Museo de la Revolución, donde Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos son exhibidos como muñecos de plástico que simulan un ataque al enemigo. Sobrevive en los Comités de Defensa de la Revolución (los CDR), organizados por barrios y que abren sus locales al atardecer para la gente mayor.
La revolución, el régimen que nació de ella, que desilusionó a tantos y que, para otros ha degenerado en dictadura, mantiene a la sociedad detenida en los años sesenta. Ir a Cuba es viajar al pasado. A un país sin publicidad, sin GPS con el que orientarse, un país vintage. Pero también a un país único. Cuba es pobre, pero no hay miseria y es fácil andar de noche. Es un país pobre, pero de pobres educados, con los niños escolarizados, en el que muchas personas pueden sostener una conversación interesante. Es una sociedad que en algún momento inició un camino hacia alguna parte, pero que hoy parece extraviada.
Tan extraviada como los miles de personas que se reúnen cada noche en las plazas para poder acceder al wifi. “Es una escena de la nueva realidad cubana que se ha hecho entrañable y popular” dice una web turística. Cuando lo lees, parece un mal chiste. Pero a fuerza de ir una, dos, tres noches, acabas por socializar: “Eh, amigo, de dónde viene?”.
Alquilar un coche es fácil en Cuba. Pero viajar es una aventura. Los baches son infinitos (“amigo, no vaya más allá de Camagüey, ya no se puede”). Y en la autopista hay que sortear a perros, a coches tirados a caballo y a la gente. Miles de personas que pierden horas cada día para que alguien las lleve de un sitio a otro. Escolares, gente que regresa o va al trabajo, mujeres que van a ver a un familiar... Cuba es un país en autoestop permanente.
–¡Alto ahí! ¡La transmisión de mi coche se ha roto y deben llevarme a la empresa para informar de ello! –grita un tipo corpulento, en los cincuenta. Lleva gorra y un silbato y se ha plantado en medio de la autopista con los brazos abiertos. Lo hace con tanta convicción que tardamos unos minutos en descubrir que no es un militar. Sólo es un tipo listo que se aprovecha de unos turistas. Es Humberto, ingeniero agrónomo.
La falta de transporte público, agravada ahora por la escasez de combustible, es una carencia crónica de Cuba, como también el mal estado de las carreteras. Eso y un parque automovilístico obsoleto y surrealista: los Lada rusos que tanto atormentaron a los conductores de la Europa del Este se venden aquí por hasta 30.000 dólares.
–Cuba tiene sus cosas, pero la transportación está mal –dice Humberto, que es de los que ve el vaso medio lleno.
–Mi mujer es ginecóloga. Yo me dedico a la planta del tabaco, y tenemos dos hijos, chico y chica... El presidente, Don Miguel Díez Canel, ha hecho buenos cambios. Antes, la Constitución protegía a los que trabajaban y a los que no trabajaban. Ahora los que no trabajan no están protegidos, y no tienen el mismo trato en las colas de productos.
Miguel Díez Canel es presidente desde el 19 de abril del 2018, día en que sucedió a Raúl Castro, el hermano pequeño. Cabello blanco y bien parecido, es el primer presidente nacido después de la revolución. Y también el burócrata forzado a gestionar la desilusión de los últimos años. 
La frustración que dejó la visita de Barak Obama en marzo del 2017, el día en que pensaron que todo iba a cambiar y las reformas iban a acelerarse. No fue así.
–Habla muy bien –dice doña Nora, mientras mira distraída al televisor. Doña Nora vive en una de esas grandes casas de techos altos y muchas columnas en Cienfuegos. Pero toda su vida transcurre en una única habitación llena de recuerdos.
Díaz Canel está dando un largo discurso a través de la televisión para decir que no ha podido ser. Que el petrolero que tenía que descargar en el puerto no ha podido hacerlo (el 60% de la energía cubana procede de Venezuela y la Administración Trump ha endurecido el embargo). Díaz Canel advierte que vendrán días difíciles. Pero que después las cosas irán mejor. Doña Nora suspira con resignación.
Los cubanos están nerviosos. Ya hace días que la gasolina escasea y han habido apagones. Hablan del temor al regreso de un nuevo Periodo Especial. Cuando la Unión Soviética entró en colapso, a finales de 80, dejó de subvencionar a los cubanos. No quedó más remedio que implantar un periodo de austeridad brutal. La dieta de los cubanos se hundió. Y sólo el buen humor y el sentido igualitario de la vida explican que los cubanos pudieran salir de aquel pozo.
Doña Nora dice que lo superaron porque “no hemos pasado todo lo que hemos pasado para caer ahora en manos de los gringos”. Pero la sociedad que venció al periodo especial era diferente. El turismo ha hecho a los cubanos más desiguales. Y a los jóvenes muy escépticos... Cuba no se rinde. Quizás. Solo en una cosa sí lo ha hecho: en la patria del son y de Benny Moré, el reguetón es hoy la única música de fondo.

Cuba hace un guiño a Meliá y a las hoteleras en plena tormenta por la Ley 'Helms-Burton'

MADRID.- Cruce de guiños en Cuba. Cuando han pasado cuatro meses desde el levantamiento del título III de la Ley Helms-Burton por parte del gobierno de Donald Trump, el ejecutivo de la isla empieza a inclinarse a favor de uno de los actores principales en el asunto: las hoteleras.

Se inauguró en la isla el Hotel Meliá Internacional Varadero, un evento que contó con la presencia de directivos de la empresa, entre los que se encontraba su presidente, Gabriel Escarrer Juliá, representantes de otras cadenas, y miembros del cuerpo diplomático cubano, entre los que se encontraban el presidente del país, Miguel Díaz-Canel, y el ministro de Turismo, Manuel Marrero, apuntan los medios locales.
La presencia del Gobierno hacía presagiar su apoyo a las empresas que operan en la isla y que han sido denunciadas por ocupar terrenos expropiados a familias cubanas durante la Revolución Castrista. Era el primer guiño de un intercambio que dejaría más claro todavía de qué parte está el Ejecutivo.
Pero la certeza llegó cuando el ministro de Turismo tomó la palabra. "Estamos contentos y orgullosos de la presencia de Meliá en Cuba", una empresa que contribuye "de manera importante al desarrollo turístico del país".
Palabras de agradecimiento, recogidas por la prensa cubana, hacia el presidente de la empresa, el artífice de la presencia de la hotelera en la isla, quien devolvió el guiño a las autoridades cubanas. 
Gabriel Escarrer trasmitió su alegría y gratitud por la presencia del presidente de Cuba en el acto y enfatizó en que es en los momentos difíciles cuando los verdaderos socios deben mantener lealtad mutua.
Cuba lleva casi 30 años en el ADN de Meliá. A lo largo de todo este tiempo, "tuvimos que soportar dificultades y vicisitudes", además de la "incompresión, intolerancia y presiones de algún país", ha explicado el presidente de la hotelera.
Escarrer siente un gran cariño a Cuba, que "está estrechamente arraigado a nuestra historia". Es por eso que "nunca, ni un solo día, nos hemos arrepentido de apostar con fuerza por este país". Algo que seguirá haciendo porque "el turismo de Cuba estará siempre unido al nombre de Meliá", ha añadido.
El Hotel Meliá International Varadero, de cinco estrellas, cuenta con 946 habitaciones distribuidas en 11 plantas, y una importante oferta gastronómica y de servicios. Dispone de 15 restaurantes y 16 bares, un Spa, una infinity pool y una zona de convenciones de 1.000 metros cuadrados con siete espacios de reuniones y un salón de baile.
Las palabras del gobierno cubano durante la inauguración del hotel han supuesto un soplo de aire fresco para las hoteleras con actividad en el país. Hasta hace poco, su posición era una incógnita porque, en función de sus intereses, podría inclinarse a favor de estas o de los demandantes.
Como explicó un experto en la materia a principios de este mes a El Español, si al gobierno cubano le interesase más tener a las empresa allí, no se metería en el asunto o incluso les facilitaría el camino para garantizar su permanencia en el país. Si por el contrario le interesase recuperar esos terrenos, se inmiscuiría y pelearía por ellos.
Afortunadamente, se está dando el primer supuesto. Muestra de ello es que, según medios oficialistas, Cuba cerró junio con 72.965 habitaciones hoteleras. De ellas, 2.081 fueron construidas en 2019 y a esa cifra se sumarán otras 4.197 antes de finalizar el año.
Y es que, pese al bloqueo de Estados Unidos, que tiene al turismo entre sus principales blancos, Cuba sigue apostando por esta actividad económica como fuente generadora de divisas, al igual que los hoteles siguen apostando por la región.

Maduro sortea el bloqueo de EEUU y entrega más petróleo a Cuba

LA HABANA.- Las sanciones de Estados Unidos no detuvieron al Manuela Sáenz, el carguero de PDVSA que atracó hace una semana en Cuba. El petróleo que el régimen de La Habana necesitaba para aliviar la crisis energética.

Nicolás Maduro esquivó el bloqueo de Estados Unidos y pudo cumplir con el régimen de La Habana. Atracó en el puerto de Cienfuegos el tanquero venezolano Manuela Sáenz. Un barco de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) con capacidad para 47.144 toneladas, según el registro de Marine Traffic y C4ADS.org, portales que suministran información en tiempo real sobre los barcos que navegan por el mundo.
De acuerdo con los registros, el Manuela Sáenz estaba el 29 de agosto en el Complejo Petroquímico General de División José Antonio Anzoátegui, en el estado venezolano de Anzoátegui. El 3 de septiembre se movió hasta la refinería de Amuay, en el estado Falcón. De ahí partió a Cuba, donde arribó el día 14.
Concretamente, el carguero es propiedad de Venfleet Products y lo opera la filial de PDVSA, PDV Marina S.A., precisa el Diario de Cuba. En el pasado, este barco fue reparado por los cubanos en uno de los contratos que mantenía con el chavismo.
En mayo de 2019 este barco fue noticia. Según el portal Infobae, funcionarios del servicio de inteligencia de Maduro, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), intimidaron a la tripulación del Manuela Sáenz para que trasportara un cargamento de crudo a Cuba.
Según declaró la semana anterior a la pasada el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en septiembre intentaron atracar dos barcos en el país, pero les fue imposible. Uno de los motivos es el bloqueo de EEUU. Y otro es que cada vez son menos los buques dispuestos a transportar el petróleo que envía Maduro. 
Así lo informó Bloomberg, notificando que un pedido se tuvo que aplazar hasta octubre porque el comprador no encontró barcos dispuestos.
Según Infobae, el capitán del barco se negó a realizar el envío ante el bloqueo de EEUU. Fue ahí cuando los funcionarios del Sebin bajaron al capitán del barco y lo “intimidaron” para que realizara el envío.
Ahora, al igual que en aquella ocasión, se desconoce cuántas toneladas de crudo llevó el Manuela Sáenz a La Habana. Las últimas informaciones apuntan que Maduro envía una media de 40.000 barriles diarios a Cuba. No obstante, el régimen venezolano cada vez tiene más problemas para realizar esos envíos.
Sobre el arribo del Manuela Saénz a Cuba también llama la atención que ninguno de los medios oficialistas lo haya reseñado. Ni el diario Granma, ni la agencia Prensa Latina, ni el portal Juventud Rebelde, informaron sobre el atraco del barco de Maduro. 
Son estos mismos medios los que como Díaz-Canel, prefieren usar la palabra “coyuntura” en vez de “crisis” para referirse a la situación de ese país, con apagones constantes, escasez de diésel y caos ciudadano por el mal funcionamiento del transporte.

La Fed está salvando de la quiebra a los principales bancos de EE.UU. / Guillermo Herrera *

Alerta de inteligencia de Operación Revelación del domingo 22 de septiembre de 2019:
  1. La República se está restaurando gradualmente.
  2. Se espera la aprobación de varias leyes, que ya se han presentado, una vez que se complete la desclasificación, y se haya purgado el Gobierno de la corrupción profunda de la camarilla oscura del Estado.
  3. Estas leyes están en el Plan Gesara de la Alianza Terrestre: Ley de Impuestos Justos HR25, Ley de Soberanía HR193, Ley para Auditar a la Reserva Federal HR24, Ley para poner fin a los rescates bancarios HR10, y Ley de Solución para la Recuperación Económica, Cambios Bancarios y Protección al Consumidor S2155.
  4. En otras noticias, se espera que El Salvador convierta con tecnología Tesla una planta de energía nuclear no terminada e introduzca la energía libre.
  5. Esto creará nuevas oportunidades de inversión en tecnologías de energía libre.
  6. Mientras tanto, la Reserva Federal está prestando miles de millones de dólares a los principales bancos para mantenerlos a flote artifialmente.
  7. Un nuevo tipo de sistema monetario respaldado por activos es la única solución.
  8. Según fuentes, varios indicadores sugieren que Irak revalorizará pronto su moneda.
  9. Se espera que otras monedas también se revaloricen una vez que cada país adopte el patrón oro o un tipo de sistema monetario respaldado por activos.
INYECCIÓN DE LA FED

La Reserva Federal terminó la semana con otro intento de calmar a los mercados monetarios y con la inyección de otros 75.000 millones de dólares, y el anuncio de que más inyecciones estaban en camino. Esta semana ha sido la primera vez que el banco central ha tomado medidas de este tipo desde la crisis financiera mundial de hace diez años.

Después de bombear otros 75.000 millones de dólares a los mercados financieros el viernes, la Reserva Federal de Nueva York anunció que continuaría con sus operaciones especiales en un intento de mantener las tasas de interés en el rango previsto. Los tipos a corto plazo se habían disparado hasta el 10% a principios de semana, amenazando con perturbar el mercado de bonos y el sistema general de préstamos.

El banco central dijo que ofrecería una serie de acuerdos de recompra diarios y a 14 días, o ‘repos’, en las próximas semanas por un monto total de al menos 30.000 millones de dólares cada uno. También anunció ‘repos’ diarios por un importe total de al menos 75.000 millones de dólares cada uno hasta el 10 de octubre. En tres operaciones de mercado distintas, del martes a jueves, el banco central había ofrecido un total de 203.000 millones de dólares en ‘repos’.

Los ‘repos’ son operaciones financieras que consisten en la compra/venta de unos valores -generalmente renta fija a corto plazo como bonos, letras u obligaciones- con el pacto de revenderlos o volverlos a comprar al cabo de un tiempo, es decir, concurren dos operaciones de signo contrario con distinta fecha de ejecución.


 (*) Periodista español