MOSCÚ.- En medio de la crisis energética que afecta a Cuba en los últimos
días y el consiguiente anuncio por parte del mandatario Miguel
Díaz-Canel del inicio de una situación “coyuntural» que agrava la
maltrecha economía del país, Rusia
se refuerza en el horizonte como un barco salvavidas para nuevamente
rescatar a la isla y a sus habitantes de un escenario inimaginable, según https://oncubanews.com.
Como
hace más de dos años –cuando Rusia comenzó a enviar grandes cantidades
de petróleo a Cuba, tras la disminución de los suministros a la isla por
parte de Venezuela– reaparece Moscú para intentar paliar la compleja
situación y dar un espaldarazo a las autoridades caribeñas.
Y es
que Cuba es considerada por los rusos como un aliado estratégico en el
hemisferio occidental: “Hay un interés común, no solamente de carácter
económico sino también de carácter político”, afirmó a la agencia Sputnik la
directora general del Comité Nacional ruso para la Cooperación
Económica con los Países Latinoamericanos (CN CEPLA), Tatiana Mashkova, y
más adelante acotó: «Sabemos que Cuba está viviendo tiempos bastante
difíciles. Pero creo que juntos los vamos a superar».
Esto
fue ratificado por el vicepresidente del Consejo de Ministros cubano,
Ricardo Cabrisas, quien afirmó que «las relaciones de Cuba y la
Federación de Rusia son excelentes y están caracterizadas por el muy
alto nivel de diálogo político, las importantes coincidencias en los
temas de la agenda internacional y el avance sostenido en los últimos
años de los vínculos en los ámbitos comercial y financiero de
cooperación».
Es por ello que el Gobierno cubano centra sus
esperanzas en las inversiones rusas y en los negocios que se puedan
concretar tras una semana intensa de negociaciones con los socios
eslavos que incluyó la X Reunión del Comité Empresarial Rusia-Cuba, la
primera Exposición Nacional de Cuba en Rusia y la XVII reunión de la
Comisión Intergubernamental ruso-cubana.
La energía en el centro de atención
La crisis energética que
afecta a la isla es bien conocida por todos y, por tanto, la cooperación
en esta materia fue prioridad en la agenda de Cabrisas, que sostuvo una
reunión de trabajo con el viceministro de Energía ruso, Pável Sorokin.
También fue el principal punto de análisis de la Comisión
Intergubernamental, que entre otros aspectos concretó la «Hoja de ruta
para la participación eficaz de las empresas energéticas rusas en el
programa Desarrollo del sector de combustible y energía y el fortalecimiento de la seguridad energética de la República de Cuba«, documento rubricado por el viceministro ruso y su homólogo cubano Yuri Viamontes Lazo.
A
principios de este año, ambos países acordaron esta hoja de ruta sobre
la cooperación en el ámbito de energía en 2019, y decidieron crear un
grupo de trabajo para implementar proyectos destinados a modernizar el
sector energético de Cuba con la ayuda de empresas rusas.
Cabrisas
informó, en ese momento, de la elaboración de un programa que llegará
hasta 2030, con el fin de “aumentar la eficacia de la infraestructura
energética y abandonar la dependencia de los suministros de petróleo”.
Un
paso más concreto en la materialización de esa cooperación fue el
acuerdo firmado este 20 de septiembre entre el grupo ruso INTER RAO y la
empresa cubana Energoimport para el mantenimiento técnico capital de
las unidades generadoras de tres centrales termoeléctricas de la isla.
«Este Acuerdo aprueba el calendario de trabajo para el proyecto de
recuperación de 10 unidades de 100 MW en las centrales termoeléctricas
Ernesto Guevara (este de la Habana), Máximo Gómez (oeste de la capital) y
Antonio Maceo (Santiago de Cuba)», señaló en un comunicado INTER RAO
Export.
Agricultura a la mesa
El sector agrícola cubano y
dentro de él la producción de alimentos en Cuba es cuestión de vida o
muerte. Los rusos están interesados en retomar la cooperación agrícola y
elevarla a los niveles conseguidos durante la época soviética. «Espero
que en el tema de la agricultura por fin podamos colaborar de forma tan
activa como se hizo en los años de la Unión Soviética», apuntó Mashkova.
La
dirigente rusa recordó que en esos años los soviéticos suministraban a
Cuba maquinarias de riego y todo tipo de cosechadoras y que ahora Rusia
«perdió mucho de su potencial en la producción de maquinarias para la
agricultura”, pero en cuanto tengan el equipamiento adecuado “seguro que
vamos a ayudar mucho más a Cuba».
Por la parte cubana, los
esfuerzos están centrados en poner en el mercado ruso el Biorat
–rodenticida biológico destinado al control de roedores y plagas– el
cual ya está registrado en la nación europea.
Mientras, varias
empresas del sector agrícola cubano aprovecharon la primera Exposición
de Cuba –realizada en la capital rusa del 18 al 20 de septiembre–, para
establecer contactos con empresas rusas con el fin de exportar sus
mercancías y adquirir tecnologías avanzadas para la producción en Cuba.
A por los rusos
Hasta la feria cubana llegaron la empresa
Tecnoazúcar y la corporación Cuba Ron S.A, dispuestas a posicionarse en
el mercado ruso. La primera ofrece su conocida Mulata, mientras la otra
invita a un traguito de Cubay.
También estuvo BioCubaFarma, con
medicamentos, tecnologías y equipos de salud innovadores que podrían
tener demanda en el mercado ruso.
Artex, Suchel Camacho, Textil
Ducal, la empresa de soluciones informáticas Desoft y un largo etc.,
hasta sumar un total de 50 entidades caribeñas, se hicieron presentes en
la fría capital rusa con la intención de abrirse a un mercado con
posibilidades ilimitadas.
Sin dudas es grande el potencial ruso y
son muchas sus oportunidades de inversión y negocios en Cuba, más allá
de la exportación de petróleo, locomotoras, Ladas y Kamaz. Ya lo
adelantó el vice primer ministro ruso Yuri Borísov al afirmar que para
finales de 2019, “nos esforzaremos por alcanzar un nivel cercano a los
500 millones de dólares», en el intercambio comercial entre ambos
países.
Pero –y siempre hay un pero– hay que ver cuánto están dispuestas las
autoridades de la isla a acelerar los mecanismos de aprobación y a
aligerar los términos burocráticos para dar entrada a la inversión rusa
en diversas ramas de la economía, una inyección de capital
imprescindible para que el país logre salir adelante.
También está
el tema pagos, pues aunque el Gobierno cubano ha manifestado en varias
ocasiones que va a honrar las deudas contraídas, lo cierto es que
actualmente le debe a la parte rusa –unos 3.000 millones de dólares,
según un reporte de la empresa de servicios financieros RBC–, y no
cuenta con la liquidez necesaria para amortizar lo recibido. No se puede
olvidar que más allá de la amistad, están los dineros de las empresas
implicadas y como dicta el viejo dicho, negocios son negocios.