La
guerra comercial contra China desatada por el Presidente
Trump ha provocado la caída de las bolsas en la mayor parte del
mundo. Las diversas medidas tomadas por ambos países con la
subida de los aranceles, han estado afectando severamente el
comportamiento del sistema financiero, y produciendo grandes pérdidas
en los mercados mundiales.
Las empresas más afectadas han sido las tecnológicas, en
donde Wall Street ha venido cerrando con fuertes pérdidas. Mientras
las bolsas europeas caían de media un 1,2%, el índice Dow Jones de
Industriales, principal indicador de Nueva York, caía un 2,4%, igual
que el selectivo S&P.
La clave de la caída de las bolsas a nivel mundial se debe a
que los mercados habían dado por hecho de que iban a arribar a buen
puerto las negociaciones entre Estados Unidos y China para lograr un
acuerdo comercial.
La posibilidad de que la economía mundial se vea fuertemente
impactada por una confrontación aún más agresiva de Estados Unidos
contra China ha afectado a los mercados financieros. El temor a una
recesión en EEUU o en Europa, o a una presunta desaceleración en
China, o a una crisis de los mercados emergentes, se vuelve a
reinstalar en la economía mundial con una paralización del
crecimiento económico.
EUROPA
También las bolsas europeas caían el jueves, después
de que Washington incluyera en su lista negra al gigante chino de las
telecomunicaciones Huawei, añadiendo otro frente de confrontación a
la disputa comercial entre Estados Unidos y China. Pero la Bolsa
española cerró el jueves con un alza del 1,39%, la mayor desde hace
dos meses.
También el euro se apreciaba el jueves contra el dólar y la libra
esterlina, ante una menor preocupación por un aumento de aranceles
de Estados Unidos a las importaciones de autos, aunque el ascenso era
limitado por la ansiedad en torno a las elecciones parlamentarias de
Europa de este mes.
Por su parte el banco de inversión más grande de Alemania, el
Deutsche Bank, puede provocar la próxima crisis mundial, según
reveló el Fondo Monetario Internacional. Por sus colosales
proporciones, que caiga como lo hizo Lehman Brothers es un peligro no
sólo para la UE, sino para la economía mundial.
UN AS EN LA MANGA
Uno de los ases bajo la manga de China son los 1,13
billones de dólares en deuda pública de EE.UU. El
gigante asiático sigue siendo el mayor tenedor del mundo de bonos
del Tesoro. Si deja de comprarlos o comienza a venderlos, esto
podría derribar los precios de los bonos en EE.UU. y subir su tasa
de interés. De este modo, el mercado sufrió un 'terremoto' en 2018,
cuando los funcionarios chinos recomendaron desacelerar o parar la
compra de bonos estadounidenses.
Como resultado, le sería mucho más complicado a Estados Unidos
pagar su deuda, y a los empresarios y prestatarios individuales
obtener préstamos. Esto complicaría el crecimiento de la economía
estadounidense, aunque la medida sería contraproducente para el
gigante asiático, y también tendría consecuencias devastadoras
para los mercados financieros mundiales.
Varios analistas han catalogado esta eventual decisión como la
“opción nuclear” de China, motivada por los aranceles
impuestos por EE.UU. en el marco de la guerra comercial que libran
ambos países desde hace varios meses. En tal caso, habría un
caos absoluto en los mercados mundiales de divisas, y
posteriormente en los mercados de valores mundiales.
OTRAS REPRESALIAS
También Pekín podría devaluar el yuan para reducir el
impacto del aumento de los aranceles sobre la economía china. En
2018 la divisa china se devaluó un 5,5% frente al dólar, provocando
la ira de Trump, y las especulaciones acerca de que el país asiático
podría haber estado detrás de esta depreciación.
Hay varias esferas en donde China puede golpear a EE.UU. con fuerza.
Sin ir más lejos, el primer objetivo para las represalias chinas
podría ser una de las prioridades de Trump antes de las elecciones
presidenciales de 2020: la agricultura, incluido el trigo, el
maíz, la soja y la carne de cerdo.
China iba a comprar cien aviones Boeing 737 como parte de un esfuerzo
por satisfacer las demandas de Estados Unidos para reducir el déficit
comercial, pero al final acabó comprando a Europa aviones Airbus.
Sin embargo, ahora Pekín puede apuntar a los fabricantes de aviones
y vehículos de EE.UU., lo que dificultaría la entrada de estos
productos al mercado chino.
Las guerras comerciales que se basan en la subida de aranceles, como
la presente, se quiera o no influyen negativamente en los precios de
bienes y servicios. A la larga, el proteccionismo es una amenaza
para los consumidores y perjudica negativamente los efectos
positivos de la globalización.
Las tarifas pueden influir a corto plazo y positivamente en la
economía de un país, pero a medio y a largo plazo las perspectivas
no son nada halagüeñas: las naciones se aíslan y pierden
competitividad, de modo que el consumidor es quien sale
perdiendo siempre. Esperemos
que se arregle este problema.
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