SANTIAGO DE CUBA.- Santiago
de Cuba, la "cuna de la Revolución", festeja hoy los sesenta años del
triunfo de la insurrección de los rebeldes de Fidel Castro entre el olor
del cerdo asado y la música de las celebraciones por el Año Nuevo, dos
acontecimientos que se solapan en la capital caribeña de la isla.
En
el parque Céspedes, escenario principal de los festejos y el mismo
donde Castro recibió el año 1959 con una arenga de victoria, cientos de
santiagueros dieron vivas mientras se izaba una bandera cubana gigante,
tradición de más de 115 años que demuestra la larga historia de rebeldía
de la "Ciudad Héroe".
La
costumbre, que data del siglo XIX, cuando los mambises (guerrilleros
independentistas) luchaban en la cercana Sierra Maestra contra España,
se ha fundido con la simbología revolucionaria a través las décadas.
"No
lo podemos separar. En Santiago se baila por el Año Nuevo y por la
Revolución, que es una sola, desde las guerras de independencia hasta
ahora", aseguró a Belkis, una santiaguera que todos los años acude
con su familia a ver la ceremonia en la plaza "en lugar de quedarse en
la casa".
Para
esta maestra, la celebración "tiene más sentido si se comparte con los
demás, sobre todo esta fecha, para la que nos hemos venido preparando
por meses", dijo mientras admiraba los fuegos artificiales que
alumbraron el cielo santiaguero durante casi media hora.
En
las calles de acceso al parque Céspedes los puestos de frutas, bebidas y
el tradicional pan con lechón se mantuvieron abiertos hasta bien
entrada la madrugada, en la que se quemaron cientos de muñecos de tela
como símbolo del Año Viejo.
"Es
costumbre quemar el muñeco para acabar con todo lo malo y atraer la
buena suerte que tanto nos hace falta", explicó Surelys, quien dio a su
monigote rasgos femeninos y le prendió fuego entre vítores de sus
vecinos.
Para
Santiago, la ciudad donde Fidel Castro (1926-2016) comenzó su
insurrección con el asalto al cuartel Moncada en 1953 y luego entró
triunfante seis años después, la celebración de cada año de la
Revolución no es algo que se tome a la ligera.
Desde
hace meses un gran cartel con la imagen del fallecido líder
revolucionario descuenta los días que faltan para la fecha, en medio de
un ambiente de expectación.
En
Santiago, la abundancia y diversidad de productos en las calles
contrasta con ciudades como La Habana, donde continúa la escasez de pan y
las ventas especiales para la fecha son más modestas.
"Los
santiagueros están contentos; todo el mundo esta contento en la calle.
En los últimos días ha habido ferias donde se han vendido muchos de los
productos que necesitamos para las fiestas, sobre todo carne", contó
Mirta, una vendedora que ha trabajado extra durante los festivos.
Sin
embargo, a pesar del entusiasmo, muchos santiagueros tienen "los pies
en la tierra", porque después de aclararse el humo de los fuegos
artificiales "la vida vuelve a la normalidad y se nota que hay que
trabajar mucho para prosperar", insistió Daniel, un maestro jubilado que
nació "con la Revolución".
"Hemos
llegado a estos sesenta años con mucho trabajo, con bastante trabajo,
pero bueno, hay mucho optimismo en la población ahora con el nuevo
presidente (Miguel Díaz-Canel), con lo que se va a hacer en la economía,
a ver si mejora. Él pide trabajar y trabajar", señaló por su parte Raúl.
Más
tajante, Yoendris, de 27 años, asegura que siente a Cuba "paralizada si
la comparo con otros países. No se ha avanzado en nada, pero asímismo
las personas son felices y tratan de dar lo mejor de ellos para
continuar".
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