LA HABANA.- Cuba y la Unión Europea
(UE) reforzaron sus vínculos políticos y de cooperación este lunes en La
Habana, y volvieron a rechazar la ley estadounidense Helms-Burton, que
permite demandar a empresas extranjeras que administren bienes
nacionalizados en la isla por la Revolución de 1959.
"Hemos
acordado fortalecer el seguimiento de nuestros diálogos políticos y al
mismo tiempo hemos lanzado nuevos diálogos sectoriales", dijo la jefa de
la diplomacia europea, Federica Mogherini, al término del segundo
Consejo Político entre ambas partes.
Mogherini, quien también se reunió este lunes con el
presidente cubano Miguel Díaz-Canel, inició el domingo en la isla una
gira regional que incluirá a México y Colombia, con la situación en
Venezuela en su agenda.
Estados Unidos apuesta por la caída de
Nicolás Maduro en Venezuela y ha enfilado sus baterías contra Cuba y
Nicaragua, países aliados del chavismo.
Mogherini destacó el
diálogo mantenido con Cuba "sobre la situación y la cooperación en la
región y de Venezuela en particular", sin ofrecer detalles.
Por su
parte, el canciller cubano Bruno Rodríguez afirmó que "se ha ratificado
una vez más que el diálogo abierto, respetuoso, siempre bajo los
principios de igualdad, reciprocidad y no injerencia, permite abordar
cualquier tema y aceptar, o al menos entender, mejor" las posiciones
respectivas.
El Consejo revisó la
marcha del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC), que Cuba y
la UE firmaron en diciembre de 2016, un mes antes de la llegada de
Donald Trump a la Casa Blanca, y ratificaron en 2017, cuando comenzaron
relaciones plenas.
Desde 2008 la UE "ha comprometido 200 millones
de euros para apoyar el desarrollo de Cuba" en agricultura sostenible,
seguridad alimentaria, medio ambiente y cambio climático, "así como para
acompañar la modernización del país", destacó Mogherini.
Y precisó que en los dos años del acuerdo la colaboración se triplicó, al pasar de 50 millones de euros a 140 millones.
"Cuba es un socio clave para nosotros, porque puede servir como puente entre América Latina y los países del Caribe", apuntó.
Rodríguez
reconoció que "hubo avances" en varias esferas y en el intercambio de
expertos para la modernización de la economía cubana.
El embajador
de la UE en La Habana, Alberto Navarro, declaró que el bloque y
Cuba están "en el mejor momento" de sus relaciones en los últimos 25
años.
Por su parte, la ilegal oposición cubana llamó a "repudiar"
el acuerdo con una manifestación pública el domingo, porque no ha
producido "cambios concretos en el sistema político-económico del país
que garanticen el cese de la represión y el respeto a las libertades
básicas".
Revirtiendo el
histórico acercamiento que inició su antecesor Barack Obama, Donald
Trump ha recrudecido el embargo que Estados Unidos aplica contra la isla
desde 1962. En vísperas del arribo de Mogherini, Washington anunció
nuevas restricciones sobre el envío de remesas y la prohibición de
transacciones bancarias.
Trump activó en mayo el título III de la Ley Helms-Burton, congelado desde su promulgación en 1996.
"La
Unión Europea rechaza firmemente la reactivación plena de la ley
Helms-Burton (...), considera ilegal la aplicación extraterritorial de
las medidas coercitivas unilaterales y recurrirá a todas las medidas
apropiadas para proteger sus intereses legítimos, a sus ciudadanos y a
sus empresas", subrayó Mogherini.
El bloque europeo es el
principal inversionista en Cuba y su mayor socio comercial, con un
intercambio que superó los 3.470 millones de dólares en 2018.
"Cuba
otorga gran relevancia al papel de la Unión Europea como actor global y
esperamos que puede ejercer toda su capacidad e influencia (...) para
preservar los intereses económicos y soberanía (...), ante la aplicación
extraterritorial de las leyes estadounidenses, dijo Rodríguez.
Washington
justifica sus nuevas presiones alegando que Cuba es el sostén de Maduro
en Venezuela, principal aliado político y económico de la isla.
Venezuela
es también su primer suministrador de petróleo y acoge a más de 20.000
médicos, paramédicos y maestros cubanos, cuya labor deja sustanciales
ingresos a la isla.
La UE encabeza un Grupo de Contacto de varios países para contribuir a una solución pacífica de la crisis de Venezuela.
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