MADRID.- Cuba llevaba más de cuatro décadas sin primer ministro, desde que Fidel Castro
decidió acaparar todos los cargos. Ahora que la nueva Constitución ha
rescatado esa figura en la persona del hasta ahora ministro de Turismo, Manuel Marrero Cruz, los hábitos de la privilegiada casta que lleva las riendas de la dictadura parecen ser los mismos, según el periódico Abc.
No han tardado en correr como la pólvora las fotografías con las que Manuel Alejandro Marrero, hijo del flamante premier
cubano, alardea en las redes sociales de su vida de lujo, en macabro
contraste con la miserables condiciones que padece la gran mayoría de
habitantes de la isla.
Marrero junior, que se define como
«amante de los viajes, del maquillaje y adicto a la fotografía», se
muestra tanto en sus cuentas de Instagram como en Facebook –a las que ha
cerrado el acceso– disfrutando de caprichos inalcanzables para el
cubano medio.
En
unas aparece al lado o en el interior de un avión que el medio «
Cibercuba
» identifica como uno de los tres que regaló el fallecido mandatario
venezolano Hugo Chávez al gobierno cubano, en concreto un Dassault
Falcon 50, valorado en cuatro millones de dólares.
En otras se le ve en
fastuosos hoteles y otras instalaciones turísticas de Cuba. También se
deja fotografiar degustando ricos manjares o saliendo de fiesta con
amigos en diferentes locales.
El
joven Manuel Alendro ejerce como «especialista comercial» en la agencia
de viajes Gaviota Tours, perteneciente a las Fuerzas Armadas. Su padre,
de 56 años y nombrado ministro por Fidel Castro en 2004, fue designado días atrás por unanimidad de la monolítica Asamblea Nacional para el puesto de primer ministro.
El actual presidente, Miguel Díaz-Canel,
destacó de él su «honestidad, capacidad de trabajo y fidelidad» al
Partido Comunista, el único permitido en la isla, y a la Revolución».
En
realidad, el tren de vida de su hijo sigue la tradición de numerosos de
los Castro, de varios de los cuales se han publicado imágenes que
evidencian su gusto por los placeres exquisitos, como las de Tony, el nieto de Fidel , a bordo de un yate o de viaje por Madrid, Barcelona y la Riviera Maya.
Entre
tanto, más de la mitad de las familias cubanas viven por debajo del
índice de pobreza. La tercera parte de la población come dos o menos
veces al día, casi el 70% no dispone de suministro permanente de agua y
el 78,6% dice no recibir ningún tipo de asistencia social del Estado,
según un reciente informe sobre el «estado de los derechos sociales» del
Observatorio Cubano de Derechos Humanos.
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