LA HABANA.- Una Habana desbordada, foco del interés
mediático mundial desde que el viernes pasado se anunció la muerte de
Fidel Castro, se recompone y toma aliento para acoger a las numerosas
delegaciones internacionales que en las próximas horas llegarán para despedir al líder de la Revolución.
Los cubanos comenzaron este lunes por cientos a rendir tributo al líder de la Revolución, fallecido el 25 de noviembre a los 90 años
tras diez años retirado del poder, pero los mandatarios y
personalidades arribados de otros países no lo harán hasta este martes,
en un acto que se espera multitudinario.
El
escenario elegido ha sido la mil veces retratada Plaza de la Revolución.
Allí, bajo la atenta mirada de las esculturas de los revolucionarios Ché Guevara y Camilo Cienfuegos,
fallecidos mucho más jóvenes, Fidel Castro desgranó buen número de sus
afamados discursos, diatribas tan largas como incendiarias.
Hasta el momento han confirmado su
asistencia al acto de este martes unos veinte presidentes y primeros
ministros de todo el mundo, a los que se sumarán delegaciones
encabezadas por autoridades de menor rango como presidentes de
Parlamentos y ministros de Exteriores.
Como se esperaba, allí
estarán los aliados ideológicos, algunos también económicos, de Cuba:
los bolivarianos presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; Bolivia, Evo Morales; Ecuador, Rafael Correa; y Nicaragua, Daniel Ortega.
De la región latinoamericana llegarán asimismo los mandatarios de Colombia, Juan Manuel Santos; México, Enrique Peña Nieto; Panamá, Juan Carlos Varela; El Salvador, Salvador Sánchez Cerén; y Honduras, Juan Orlando Hernández.
El rey emérito de España, Juan Carlos I; el primer ministro griego, Alexis Tsipras; el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, y el gobernador general de Canadá, David Johnston, son otros de los dignatarios que acudirán a despedir a Castro.
También
confirmaron su asistencia varios vecinos gobernantes caribeños, así
como los líderes de Namibia, Guinea Ecuatorial, Uganda y Zimbabue, lo
que ilustra la estrecha e histórica relación de Cuba con los países
africanos, a los que Fidel apoyó en momentos críticos con el envío de
tropas unas veces, y de médicos otras.
Pero también hay ausencias llamativas, como la del presidente ruso, Vladimir Putin,
que adujo "problemas de agenda" y no estará presente en la despedida de
Castro, el revolucionario que con la ayuda de la extinta Unión
Soviética convirtió a una isla caribeña en punta de lanza del comunismo a
escasos kilómetros de Estados Unidos.
Está previsto que el acto institucional comience a las 19.00 hora local (la una de la mañana en España), aunque esa es la única información que han adelantado hasta ahora las autoridades cubanas.
Al
día siguiente, miércoles, las cenizas de Fidel Castro dejarán La Habana
para iniciar un recorrido de cuatro días hasta la ciudad de Santiago,
en la otra punta de Cuba, en una caravana que reproduce a la inversa el
camino triunfal que siguieron los barbados insurrectos, con su
comandante al frente, tras el triunfo de la Revolución en 1959.
El
entierro de las cenizas de Castro tendrá lugar el domingo, 4 de
diciembre, en el cementerio santiaguero de Santa Ifigenia, donde también
reposan los del prócer cubano José Martí.
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