LA HABANA.- El presidente de Cuba,
Miguel Díaz-Canel, se ha mostrado dispuesto al
diálogo con Estados Unidos, si bien ha dejado claro que este debe
producirse en pie de igualdad entre los dos países y sin condiciones
impuestas desde Washington.
En su primera entrevista desde que llegó al cargo el pasado mes de
abril, concedida a la cadena TeleSUR, el nuevo presidente cubano ha
reconocido que se ha producido un retroceso en la relación con Estados Unidos con la llegada de Donald Trump
a la Casa Blanca tras el acercamiento de los últimos años propiciado
por Barack Obama. Además, ha criticado las medidas respecto a la isla
adoptadas por Trump.
Pese a ello, ha dicho que está dispuesto a dialogar mientras no se condicione la soberanía de Cuba,
“porque nosotros no aceptamos imposiciones, menos con Estados Unidos”.
“Si se mantiene esta aberrante actitud del Gobierno de Estados Unidos
contra Cuba, no hay diálogo”, ha recalcado.
En este sentido, ha defendido que el diálogo debe construirse entre dos en pie de igualdad. “No se puede aspirar a un diálogo donde una parte condiciona a la otra de que tienes que renunciar a tu soberanía e independencia”, ha insistido.
Por otra parte, ha reiterado una vez más que Cuba no tiene nada que ver en el caso de los supuestos ataques sónicos contra personal de la Embajada de Estados Unidos
en la isla. “Nosotros tenemos mucha ética para atacar a otros (…) Cuba
no ataca, Cuba defiende, Cuba comparte, es solidaria”, ha asegurado.
El bloqueo, el principal obstáculo
En línea con lo que ha sido el leitmotiv del ‘castrismo’ durante las últimas cinco décadas, Díaz-Canel ha insistido en que el bloqueo impuesto por Estados Unidos sobre Cuba es “el principal obstáculo para el desarrollo del país, la cosa que más golpea la vida cotidiana de los cubanos y cubanas, y también la vida económica”.
El presidente cubano ha sostenido que el bloqueo “es una práctica brutal”.
“Yo diría que es un hecho de lesa humanidad. Atenta contra un pueblo
(el cubano), condenado a morir de hambre, de necesidades”, ha adjuntado.
Díaz-Canel también se ha referido a la reforma de la Constitución en curso,
que ha considerado necesaria tras llegarse a la conclusión de que
“tenemos que actualizar nuestro modelo económico y social en las
condiciones del bloqueo”.
Asimismo, ha aclarado que el futuro texto no renunciará a la
ideología y los valores de la Revolución cubana y se ha mostrado
partidario de las uniones entre personas del mismo sexo.
“Yo
defiendo que no haya ningún tipo de discriminación”, ha sostenido, si
bien ha dejado claro que “la última palabra la dará el mandato popular y
la soberanía del pueblo”.
Por otra parte, Díaz-Canel ha insistido
en que su Gobierno es una continuidad de los de sus antecesores, los
hermanos Raúl y Fidel Castro.
Es “un Gobierno del pueblo, para el pueblo, que es lo mismo que ser un
Gobierno para la Revolución”, ha defendido, precisando que habla de
forma continuada con Raúl Castro y le consulta “sobre las directrices
del país”.
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