La gente sabe casi toda la historia oficial del periodo
revolucionario cubano. Una revolución mediática y romántica que se
interpuso entre el gran coco americano y los pobres de la tierra en
América. Castro fracasó en su intento de asalto al Cuartel Moncada y fue
encarcelado por Batista, pero fue finalmente liberado por
intermediación de su madre, amiga personal de la primera dama, esposa de
Batista (otra dependencia).
Finalmente Castro, el Che, Raúl y Camilo
Cienfuegos junto a 78 revolucionarios subieron al Granma y desembarcaron
para iniciar la revolución que terminó con la entrada de las tropas
revolucionarias (Los barbudos) el 1 de enero de 1959 en La Habana.
Desde 1959 a 1961, el gobierno revolucionario cubano no se definió
ideológicamente, tanto que cuando los rusos preguntaron al Partido
Comunista Cubano por Castro, estos le tildaron de pequeño burgués y
posible agente de la CIA. Pero en 1961 Castro proclama que la revolución
cubana es socialista y en julio de 1962 mas de 60 barcos soviéticos
zarpan hacia la isla para comenzar el siguiente periodo de dependencia.
Desde ese instante, Cuba pasa a depender de la URSS. Su relación
significa el 35% del PIB, el 85% del comercio exterior, la venta del 85%
de la producción de azúcar a los soviéticos, que provee el 63% de los
alimentos y la totalidad del consumo de petróleo del régimen (13
millones de toneladas anuales)
Mientras, la revolución fue poco a poco
dilapidando su prestigio. Fue una época de política sentimental
sustentada mas en los lemas brillantes revolucionarios y su estética
anti imperialista que en otras cosas. Se cuenta que a Castro, nunca le
faltó la ayuda española por la simpatía que por el sentía el General
Franco, que en una ocasión dijo de el: “es comunista, pero es un gallego
con dos cojones”.
La URSS es liquidada en 1991 y Cuba se queda sola frente al mundo,
asfixiada por el cruel e ignominioso bloqueo americano. Comienzan unos
años terribles de escasez en la isla, hasta que en 1999 viaja el
comandante Chávez a La Habana. Las relaciones diplomáticas las había
restablecido el presidente Carlos Andrés Pérez en 1974, a quien derrocó
Chávez.
Y desde 2002 la dependencia de Cuba es con el Estado venezolano
que empezó por una donación diaria de 53.000 millones de toneladas de
petroleo, que mas tarde se convirtieron en 90.000. Y desde 2005, la
aportación es de 25.000 toneladas, firmado hasta 2020 sin costo alguno.
Cuba reexporta parte de esa donación ya que la propia isla produce
80.000 toneladas y consume 120.000.
Venezuela es un barco a la deriva en el que el régimen bolivariano
está cada vez mas aislado socialmente y bajo una decidida presión
internacional para que se convoquen elecciones democráticas.
¿De quién dependerá Cuba en el futuro? No parece que la Venezuela
resultante de esas elecciones libres vaya a tener con ella la misma
consideración. Puede, entonces, que Cuba quede sin nadie que la
subvencione. Las condiciones de vida en la isla son cada vez mas
incongruentes con el entorno socio político y geográfico y la victoria
se acerca mas a la muerte de sus lemas.
Cuba tiene un enorme problema
por delante que siempre fue diferido porque su vida social fue
subvencionada por otros. España, USA, la URSS o Venezuela. Y da miedo.
Da miedo porque la posibilidad de que las palabras de Carlos Puebla se
inviertan es cada vez mas plausible. La época soviética de 1917 a 1991
parece que terminó sirviendo mas bien de poco. ¿Qué pasará con esos años
de 1959 a 201… en Cuba?
Manglares azúcar y ron tiemblan desde El Vedado. Febrero.
(*) Profesor Ayudante de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid
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