lunes, 4 de marzo de 2019

Cuba , dependiente, 1 / Patxi Andión *

La gente sabe un montón de cosas sobre Cuba. Puede que venga desde el post colonialismo, cuando se independizó y como se instaló en el lenguaje popular: “se perdió Cuba” Ese término de haber perdido algo propio no es un regusto del lenguaje colonial, no desciende de la acción política de la metrópoli con la colonia. Expresaba el dolor de haber dejado por el camino la perla del Caribe, lo mas preciado, probablemente, de las posesiones españolas en América. 

Con Cuba se acabó el sueño de España como potencia mundial y la depresión consecuente fue de caballo. El país entero entro en una espiral de melancolía y desánimo cuyas consecuencias, creo, aún seguimos sufriendo. El complejo de gente venida a menos, de decadencia es tremendamente desolador y muy gráfico para los demás que observan los pantalones deshilachados, la camisa raída o el pobre abrigo. Esa España que dejó de soñar, lo es, desde que Cuba “se perdió”.

Cuba, dependiente de la metrópoli española, se independizó con la ayuda capital de los Estados Unidos de América, que no dudó en emplear las mas vergonzosas y desleales prácticas para conseguirlo. Desde que en 1812 propuso al Reino de España la compra de la Isla, estuvo detrás de hacerse con ella como fuese. En enero de 1898 mando el Maine a La Habana, donde lo hizo explotar hasta que atacó las posiciones españolas y en julio España solicitó el armisticio. Con ello, empezó la segunda etapa de Cuba. 

Tras independizarse, pasó a depender de los EEUU. Pasó de los amantes brazos españoles a los implacables desmanes americanos. Hasta que en 1902 se proclamó la República, el gobierno efectivo fue de los Estados Unidos que entre otras cosas favoreció la salida de los productos cubanos a los Estados Unidos con una rebaja del 20% de aranceles y a sus propios productos para entrar en Cuba con un 40%. En 1903 firma la cesión para instalar la base militar de Guantánamo, aún hoy tristemente célebre.

Desde ese momento Cuba se convierte en un país dependiente y sus sucesivos gobiernos mas o menos constitucionales, gobiernos títeres de los Estados Unidos que no tardo sino 16 días en reconocer al General Batista su golpe militar del 10 de marzo de 1952. En 1955 Batista ofreció Licencia de juego a quien invirtiera 1.000.000 de $ en un Hotel y 250.000 en un Casino, para cuyas construcciones anunció generosas ayudas gubernamentales. El juego, la prostitución y el tráfico de drogas se enseñorearon del país y Cuba pasó a depender no de los Estados Unidos. Pasó a depender de la Mafia.

Entre 1898 y 1961 USA controló 2/3 del tejido empresarial cubano, el 90% de la extracción de minerales, el 90% de la telefonía y la electricidad, proporcionaba el 80% del combustible que se consumía y el 50% de la Industria azucarera, que no era ni mucho menos el monocultivo que impuso por razones estratégicas en la II Guerra Mundial. 

Pasó a ser el prostíbulo americano y su dependencia económica fue igualando su declive moral. La dignidad dejó de tener su plaza en el diccionario de la vida social de la isla y ese patio trasero fue testigo de las prácticas mas ignominiosas que se recuerdan en la región. 

Los cruceros de placer que llegaban de Miami cargados de dólares incontrolados impusieron una forma de vida vergonzante, donde la trata de personas y la violación de leyes y prácticas vitales mas elementales, fueron retratadas de manera ingenua pero eficacísima por Carlos Puebla:


Aquí pensaban seguir

Ganando el ciento por ciento

Con casas de apartamentos

Y echar al pueblo a sufrir

Y seguir de modo cruel

Contra el pueblo conspirando

Para seguirlo explotando

Y en eso llegó Fidel

Se acabó la diversión

Llegó el comandante

Y mandó a parar.

Faltan tantas salmodias que Toledo se reduce a una sola mirada. Febrero
 

(*) Profesor Ayudante de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid

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