BUENOS AIRES.- La médica disidente cubana y exdiputada Hilda Molina,
exiliada en Argentina desde 2009, afirma que en su país coexiste
una dictadura "dinástica militar estalinista" y un "capitalismo salvaje
militar de Estado" encabezado por los Castro, cuya única ideología "es
el dinero y el poder".
"Nosotros creíamos en las
prédicas de Fidel Castro y sus promesas. Nos convocó al sacrificio pero
nos dijo que si nos sacrificábamos íbamos a lograr una Cuba mejor. Y yo
sencillamente me lo creí. Ciertamente nos engañó, pero para que alguien
engañe a uno, uno tiene también que dejarse engañar", reconoce.
Especialista en neurocirugía, Molina (Camagüey, 1943), quien asegura
conocer "bien personalmente" a los hermanos Raúl y Fidel Castro, se sumó
con 15 años a la revolución castrista a pesar de ser una adolescente
"de la alta sociedad" y fue condecorada en Cuba con las máximas
distinciones que se confieren a científicos y a mujeres.
Pero en 1994 se incorporó al Comité Cubano Pro-Derechos Humanos y
decidió renunciar a todo lo que la vinculaba al régimen, decepcionada, y
en protesta por la discriminación que dice empezaron a recibir los
enfermos cubanos en privilegio de los extranjeros que pagan servicios
médicos en dólares.
En represalia por su renuncia y
su disidencia, cuenta que el expresidente Fidel Castro personalmente la
condenó sin juzgarla a una variante de cautiverio sin rejas al interior
del país, lejos de su familia, afincada en Argentina.
Tras 15 años de espera, y con la intercesión del entonces presidente
argentino Néstor Kirchner, en 2009 el Gobierno cubano le permitió viajar
al país austral, donde ahora reside.
Convencida de
que todos sus compatriotas, incluida ella, han incurrido en un
"gravísimo pecado de omisión" al permitir que les "robaran la patria",
remarca que Cuba es "para la dinastía Castro, sus generales, sus
elegidos y los extranjeros".
"Y los cubanos, sin derechos", matiza. "Negocios de
verdad e inversiones en serio el cubano, por ser cubano, no puede. Tiene
que ser extranjero. Por eso digo que nos han robado la patria", destaca
la médica, segura de que hay muchos interesados en invertir en Cuba, y
eso puede conllevar mejores trabajos y mejor situación económica.
"Lo que nadie dice es que los inversionistas extranjeros son asociados a
los Castro", argumenta, para considerar que dichos inversores no pueden
contratar directamente a cubanos y que tampoco esos trabajadores pueden
cobrar directamente, ya que el dinero pasa por el Gobierno, que
finalmente paga "una miseria" al trabajador.
Esos
cubanos son según ella "empleados de los Castro en asociación con firmas
extranjeras", y no pueden ir a huelga ni pedir paritarias. "Y si
protestan van presos o los reprimen", añade.
De la
reciente visita a la Isla del presidente estadounidense, Barack Obama,
cree que no supone ninguna "apertura" por parte del Ejecutivo de Raúl
Castro.
"La situación política idónea es que los
Castro permitan elecciones", señala, convencida de que en Cuba sí hay
presos políticos.
"Lo que pasa es que los Castro a todos los que nos oponemos a sus políticas nos llama delincuentes comunes. Por eso dicen que no hay presos políticos", afirma.
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