miércoles, 27 de marzo de 2019

El príncipe Carlos disfrutó de la exhibición de coches clásicos británicos en Cuba


LA HABANA.- El museo rodante de autos clásicos estadounidenses en Cuba puede ser famoso en el mundo, pero el martes el interés se concentró en la colección de vehículos británicos de la isla, desde Jaguars hasta MG, exhibidos para el príncipe Carlos y su esposa, que visitaban La Habana. 

En su tercer día en Cuba, el heredero al trono del Reino Unido llegó conduciendo un MG TD color negro de 1953, uno de los lujosos autos británicos mostrados en el parque donde está la estatua del exBeatle John Lennon, cerca del bar Yellow Submarine.
Mientras músicos locales interpretaban canciones de The Beatles, Queen y Sting, el príncipe de Gales dialogó con propietarios de los vehículos que, al igual que los autos antiguos de Estados Unidos de antes de 1959, bien podrían integrar la colección de un millonario o estar en un museo.
La visita de tres días de la familia real ocurre cuando Gran Bretaña busca fortalecer relaciones con Cuba como parte de la normalización más amplia de la isla con Occidente, pese al distanciamiento del gobierno de Donald Trump.
Carlos y su esposa Camila se reunieron el lunes por la noche con el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, quien calificó la visita como “un honor” para la isla y subrayó el buen estado de las relaciones bilaterales.
“Esta visita es un verdadero impulso para el club que se ha reunido solo unas cuantas veces”, dijo Lupe Fuentes, de 66 años, quien fundó el grupo de autos clásicos el año pasado tras constatar de que había una gran cantidad de automóviles británicos en el país.
Muchos de los aproximadamente 50 propietarios de los autos son cubanos que los heredaron de sus padres y abuelos, y son objetos familiares de mucho valor en un país donde los vehículos son caros y difíciles de conseguir.
“Nos preguntó (el Príncipe) cuántos años tenía el auto y cómo logramos preservarlo”, dijo Fuentes. “Los autos británicos son más difíciles de mantener que los de Estados Unidos (...). Pero muchos de los británicos ya ni se fabrican”, dijo el socio de Fuentes, Ricardo Medell, de 63 años. 
“Terminamos inventando mucho”, señaló.

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