LA HABANA.- La Asamblea Nacional de Cuba declaró
este sábado su "absoluto rechazo" a la "política hostil" de Estados
Unidos y su "total condena" a la ley Helms-Burton, cuyo título III
permitiría a los cubano-estadounidenses reclamar propiedades en la isla
confiscadas hace más de cinco décadas.
"Declaramos el
absoluto rechazo a la política hostil del Gobierno de EE.UU. contra Cuba
y la total condena a la Ley Helms-Burton, proyecto genocida promovido
abierta y descaradamente contra el pueblo cubano", indica el texto
aprobado por el Parlamento unicameral cubano en sesión extraordinaria.
La proclamación fue aceptada de manera unánime por los
572 diputados presentes en la reunión, encabezada por el expresidente
Raúl Castro y el actual mandatario de la isla, Miguel Díaz-Canel, y
trasmitida con dos horas de diferido por la televisión estatal.
Cuba
reitera así su rechazo a la "ilícita" ley Helms-Burton y la posible
reactivación total de su título III, aún suspendido con excepciones por
la Administración del presidente Donald Trump, que al contrario de sus
antecesores decidió resucitar la polémica medida, firmada en 1996.
Este
acápite de la ley Helms-Burton fue creado para permitir que los
estadounidenses, incluidos los cubanos naturalizados, pudieran demandar
ante cortes de EE.UU. a las compañías que supuestamente se están
beneficiando de propiedades en Cuba que eran suyas hace 60 años, antes
de la Revolución de 1959.
Desde su aprobación, la
disposición ha sido suspendida por todos los Gobiernos estadounidenses
cada seis meses, pero el Ejecutivo de Donald Trump ha acortado cada vez
más esos plazos: primero lo anuló por 45 días, luego durante un mes y
más recientemente por solo dos semanas.
La Asamblea
cubana insistió en que la ley Helms-Burton es "inaplicable" y no tiene
"efecto jurídico" en la isla, según la Ley de Reafirmación de la
Dignidad y la Soberanía Cubanas aprobada en 1996 como respuesta a la
legislación estadounidense.
El Parlamento de la isla
confirmó además su "compromiso irrevocable con la voluntad de la inmensa
mayoría del pueblo de Cuba, decidido a defender su derecho a la paz y
la autodeterminación".
Por último, agradeció a los
parlamentarios del mundo que han expresado su rechazo a la activación
del Título III y al embargo que Washington mantiene hace más de 60 años
sobre el país caribeño, recrudecido desde la llegada de Trump, contrario
al "deshielo" bilateral impulsado por su antecesor, Barack Obama.
Cuando
la Ley Helms-Burton se aprobó hace 23 años, el bloque europeo y otros
países con intereses empresariales en la isla se opusieron ferozmente
porque temían que sus compañías fueran demandadas en EE.UU. y, por ello,
la Unión Europea denunció a Washington ante la Organización Mundial del
Comercio.
El litigio concluyó entonces con el
compromiso de EE.UU. de mantener el título III suspendido a cambio de la
retirada de la querella.
El Gobierno estadounidense
cumplió su parte del trato hasta marzo pasado, cuando anunció que
impediría la entrada en vigor de la provisión hasta al menos el 1 de
mayo, pero que permitiría las demandas de cubanoestadounidenses contra
las más de 200 compañías cubanas que aparecen en una "lista negra" del
Departamento de Estado.
Esa "lista negra" incluye
entidades relacionadas con la inteligencia cubana, efectivos de
seguridad y las Fuerzas Armadas, que controlan la gran mayoría de los
hoteles de la isla, gestionados en régimen de empresa mixta por
corporaciones extranjeras, como las compañías españolas Meliá, Barceló e
Iberostar.
El ministro español de Exteriores, Josep
Borrell, en su visita a Washington a inicios de este mes, transmitió a
su homólogo estadounidense, Mike Pompeo, el rechazo del Gobierno de
Pedro Sánchez a la activación del Título III.
No hay comentarios:
Publicar un comentario