MADRID.- El homicidio, en octubre de 2018, del concejal Fernando Albán, de quien Nicolás Maduro y su gobierno dijeron que se suicidó
bajo custodia policial, marcó un punto de inflexión para
numerosos altos mandos civiles y militares del régimen de Venezuela que
en ese momento tomaron la decisión de colaborar en precipitar un cambio
político en la cúpula de gobierno.
Uno de ellos fue el general Manuel Cristopher Figuera,
que hoy se encuentra en Estados Unidos colaborando con las autoridades y
que ha revelado al diario ABC que hizo varias recomendaciones verbales y
escritas a Maduro para que efectuara cambios urgentes y evitara una
crisis como la que finalmente vive Venezuela, con millones de refugiados
y una asfixia económica sin precedentes que ha provocado hambruna y
muertes.
Precisamente Cristopher Figuera se hizo
cargo del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) el 30 de
octubre de 2018, tres semanas después de la muerte del concejal Albán,
cuyo cuerpo fue lanzado desde la décima planta del edificio de Caracas
donde tiene sus oficinas y prisiones esa agencia de espionaje.
El
abogado del concejal opositor, Joel García, informó a
ABC de que las actas del expediente policial identificaron como motivo
de la muerte de su cliente el homicidio. El régimen y la fiscalía
siempre mantuvieron que este pidió ir al baño y se lanzó al vacío desde
un décimo piso.
El general Cristopher Figuera dijo en una
conversación mantenida con ABC en Miami el miércoles que a los días de
tomar las riendas del Sebin llegó a la conclusión de que era «un centro
de extorsión y secuestro» y así se lo dijo a Maduro. Apenas dos meses
meses después el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, juró
la constitución tras declarar a Maduro usurpador por fraude electoral.
El general, que duró apenas seis meses al frente del Sebin, dice hoy que
le hizo entrega a Maduro de un documento, que facilita a ABC, en el que
hace cuatro recomendaciones para evitar el deterioro ulterior del país y
posiblemente un baño de sangre.
Cristopher Figuera dice que le
pidió a Maduro que desmantelara el poder legislativo paralelo creado a
su medida; que eligiera una nueva junta electoral para convocar
elecciones, y se emplearan esos pasos pata pedir una retirada de las
sanciones. En el documento pide que:
«a) La Asamblea Nacional Constituyente, cese sus funciones, por cuanto no ha cubierto las expectativas para las que fue elegida.
b) Se hagan las gestiones para nombrar un nuevo Consejo Nacional Electoral.
c) Se planteen unas elecciones generales, sin que ello sea interpretado como una muestra de debilidad del Gobierno.
d) De manera firme y determinada se comience a exigir a la Comunidad Internacional, el levantamiento de las sanciones que le han impuesto a nuestro país».
Incidente revelador
ABC
no ha podido comprobar de forma independiente que Maduro recibiera ese
documento, pero Cristopher Figuera y quienes trabajan con él aseguran
que el presidente venezolano le llamó derrotista y cobarde y desde ese
momento perdió su confianza en él. Si el jefe máximo de la inteligencia,
que había sido subdirector de la inteligencia militar durante cuatro
años, hizo semejantes recomendaciones, el aislamiento de Maduro en su
propio régimen es ya máximo.
Según Cristopher Figuera, el presidente está cada vez más solo,
rodeado por un círculo estrecho de unos 200 altos mandos cubanos que le
dan seguridad y le mantienen en el puesto, mientras crece la distancia
con sus propios subalternos, como la vicepresidenta Delcy Rodríguez o el ministro de Defensa Vladímir Padrino.
Por eso se fraguó el pronunciamiento programado para el 1 de mayo, en
el que participaron, según Cristopher Figuera, el propio ministro
Padrino y el presidente del Supremo venezolano, el juez Maikel Moreno.
Fue este último, según mantienen el general y la inteligencia de
EE.UU., quien abortó el relevo por sus ambiciones de presidir el país.
El
general revela además varios incidentes que reflejan el aislamiento de
Maduro, entre los que destaca un episodio que llevó a su ascenso a jefe
del Sebin.
«Hubo una situación irregular con unos escoltas que hacen su
trabajo en el Sebin y que además cumplen funciones con el capitán
Diosdado Cabello [jerarca del régimen y presidente de la Asamblea
Nacional Constituyente de Venezuela]», recuerda Cristopher Figuera.
«Ellos interceptaron el vehículo de Maduro y este se bajó y les ordenó
que rindieran las armas y ellos se negaron. Él les dijo que si no le
habían reconocido, que era el presidente. Los soldados le dijeron que sí
sabían quién era, pero que no era su jefe. Al final no pasó nada pero
así quedaron las cosas», añade el general.
Maduro depende cada vez más de Cuba
Según estas revelaciones, Maduro se encuentra cada vez más aislado y dependiente de los 15.000 cubanos que
han sido enviados a Venezuela para labores que van desde la asistencia
técnica al espionaje, incluida su guardia pretoriana y contactos
directos de forma habitual con Raul Castro.
El
secretario general de la OEA, Luis Almagro, volvió a pedir el viernes
que la comunidad internacional presione a Cuba para que desista de sus
injerencias a favor del régimen en Venezuela. «No conozco ningún país en
el mundo, mucho menos en este continente, en el que Cuba haya
intervenido para restaurar la democracia. Nunca ocurrió y nunca
ocurrirá», dijo Almagro.
Por su parte, EE.UU. está todavía
convencido de que el cambio en Venezuela ocurrirá en los próximos meses,
sobre todo por las presiones de las sanciones económicas contra el
régimen. «No hay dictadura que dure para siempre»,
asegura Elliott Abrams, representante especial de la Casa Blanca para
Venezuela. «Cada día que dura la dictadura de Maduro es un día más de
represión, tortura y sufrimiento».
Es la institución Foro Penal,
que sigue los abusos sistemáticos de los derechos humanos en Venezuela,
la que informa de que en 2018 el régimen mató a 5.200 personas a las que
se añaden más de 1.500 en los primeros cinco meses de este año.
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