LA HABANA.- El presidente cubano
Miguel Díaz-Canel llamó a una mayor "austeridad y ahorro"
ante una crisis "coyuntural" de combustible que afectará el transporte,
la distribución de mercancías y la generación eléctrica y de la cual
culpó a Estados Unidos.
"Es una situación coyuntural" por "baja
disponibilidad de diésel" en el país debido a la "gran escalada" de la
administración de Donald Trump, "que se empeña en evitar la llegada de
combustible a Cuba", dijo el mandatario en una comparecencia televisada.
Dijo que desde el martes no llega combustible al país y
que esa situación se mantendrá hasta el sábado 14, cuando está prevista
la llegada de un barco petrolero.
El gobierno espera que a finales
de septiembre lleguen más buques con combustible y que la situación se
normalice "relativamente" en octubre, cuando debería llegar a la isla el
combustible previsto.
En los últimos meses, el Departamento del
Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones a varias empresas por
transportar petróleo venezolano a Cuba.
"El petróleo de Venezuela
pertenece al pueblo venezolano, y no debería ser usado como una
herramienta de negociación para respaldar dictadores y prolongar la
opresión", había dicho el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, en un
comunicado en abril.
Venezuela es el principal proveedor de
petróleo a Cuba y Washington acusa a La Habana de ser sostén de su
aliado, el presidente Nicolás Maduro.
Díaz-Canel acusó a Estados Unidos de actuar "con mayor
agresividad hacia Cuba" para propiciar "un estallido social",
"desmotivación" de la población y "para arrancarnos concesiones
políticas".
Asimismo, le reprochó haber "intimidado" y
"presionado" a navieras y armadores para que desistan de transportar
combustible a la isla.
Cuba tiene que importar el 60% del
combustible que consume, alrededor de 9 millones de toneladas anuales, y
logra producir el 40% a partir de un petróleo muy pesado, destinado a
la generación eléctrica y producción de cemento.
Según Díaz-Canel,
esta crisis "coyuntural" provocará afectaciones en la distribución de
mercancías, aunque aclaró que "no es de abastecimiento" pues al país
continúan llegando los barcos con alimentos y otras mercancias.
Cuba
importa el 80% de los alimentos que consume, en los cuales invierte
unos 2.000 millones de dólares anuales. En los meses finales de 2018 y
en los primeros de este año, se produjo un desabastecimiento de aceite,
pollo, harina y otros alimentos.
En un tono distendido con el que buscó transmitir tranquilidad, el
presidente escoltado por tres ministros, dijo que la situación hay que
afrontarla "sin sustos ni miedos".
La falta de combustible
provocará restricciones al ya deficiente transporte público, algunas
actividades productivas que consumen mucha energía así como la
generación de electricidad, aunque Díaz-Canel precisó que se tratarán de
evitar los apagones.
El mandatario trató de alejar el fantasma de
la crisis de los años 90, denominada oficialmente como "Período
Especial", cuya crudeza dejó un trauma en la memoria de los habitantes
de la isla.
"No
estamos en Periodo Especial, y de la manera que hemos trabajado en
estos años no debe conducirnos a un período especial", dijo.
En
los próximos días, el gobierno anunciará medidas específicas de
limitación en el transporte de pasajeros en ómnibus y ferrocarril, la
adecuación de la jornada laboral a horarios que eviten la transportación
masiva, y un ahorro de consumo eléctrico para evitar "apagones".
El
anuncio oficial no tomó por sorpresa a los cubanos, que en los últimos
días habían constatado la ausencia de diésel en las estaciones de
servicio y la disminución del transporte público.
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