LA HABANA.- Someter a un test a cada
visitante extranjero a su arribo y limitar sus contactos con los
cubanos. Esta es la prudente estrategia de Cuba para abrir sus fronteras
al turismo, motor de su economía, lo que no ocurriría antes de agosto.
"Creemos,
y no quiero darlo como una cosa sentada sino como un posible
pronóstico, que a mediados de la semana que viene o principios de la
siguiente podamos estar implementando esta etapa de recuperación", dijo
este jueves el presidente de la isla socialista, Miguel Díaz-Canel.
El plan consiste en permitir, primero sólo el turismo
nacional, y luego, cuando se reabran las fronteras, recibir a los
visitantes extranjeros en los hoteles con ofertas de todo incluido
ubicados en los cayos, los pequeños y paradisíacos islotes que bordean
Cuba, sin que entren en contacto con la ciudadanía.
El resto del país quedará reservado temporalmente solo para los cubanos y los extranjeros residentes.
En
La Habana, su capital de encantos arquitectónicos, aún se concentra "el
epicentro de la pandemia" y "por lo tanto se va a demorar un poco más"
su apertura al mundo y "tendrá un tratamiento diferenciado", agregó
Díaz-Canel.
La isla, de 11,2 millones de habitantes, registró en
marzo sus primeros casos del nuevo coronavirus -tres turistas
italianos-, y reportó este jueves sólo ocho para un total de 2.219, de
los cuales 84 fallecieron.
Pero haberse cerrado al mundo está
golpeando severamente su economía, que tiene en el turismo una de sus
principales fuentes de ingreso de divisas (3.300 millones de dólares en
2018).
Sin esta afluencia de dinero, Cuba, que importa el 80% de
lo que consume, debió reducir drásticamente sus importaciones en un 75%
en el primer trimestre, según datos oficiales.
"Cuba llega a la COVID-19
ya con una crisis, a diferencia de otros países", debido al colapso de
su principal socio, Venezuela, y del reforzamiento de las sanciones de
Estados Unidos, destaca el economista Omar Everleny Pérez.
Y "el turismo, que era una buena locomotora, lo tiene en cero hace tres meses", apunta.
Las filas para abastecerse de alimentos y artículos de
aseo, ya recurrentes, aumentan, mientras la escasez se agudiza y el
emergente sector privado, presente sobre todo en la gastronomía y la
renta de habitaciones al turismo, se ve duramente afectado.
Según
la Unidad de Inteligencia de The Economist, la célula de investigación y
análisis de ese semanario inglés, el PIB de la isla caerá un 8,3% este
año.
El regreso a la normalidad, "una nueva normalidad" según el
primer ministro Manuel Marrero, se realizará en tres fases, y por lo
pronto se mantiene la obligación de llevar mascarilla cuando se anda por
la calle.
"Se mantienen las restricciones de entrada y salida del
país" y "la prohibición de vuelos comerciales durante la primera y
segunda fase", explicó.
Las autoridades no han informado aún sobre
la fecha de reanudación de los vuelos comerciales internacionales,
pero, según la información publicada por la aviación de la isla, no se
espera que sea antes del 1 de agosto.
Cuando se reanuden los
vuelos, los turistas serán examinados a su llegada al país y se les
tomará la temperatura. Asimismo, se reforzará la vigilancia
epidemiológica en los hoteles, donde la ocupación será limitada.
En
la región del Caribe, muy dependiente del turismo, otros países ya
tomaron la delantera, como señaló el lunes en Twitter el economista
cubano Pedro Monreal.
"Cancún y las otras playas del Caribe mexicano -uno de los
principales competidores de Cuba- reiniciaron hoy (...) sus
actividades", dijo Monreal.
Varias islas ya abrieron sus puertas al turismo o lo harán desde julio, como sucede con Jamaica y República Dominicana.
El
miércoles, la cadena española Meliá publicó un video promocional en el
que mostró a sus empleados desinfectando cada rincón de sus hoteles en
Cuba y prometiendo que en ellos los turistas estarían "seguros".
Ese
mismo tono tranquilizador se percibe en un mensaje que colgó en Twitter
el grupo estatal del turismo Cubanacán: "Nuestro grupo ha reforzado sus
protocolos de normas higiénicas sanitarias con más de 150 medidas,
imprescindibles para la reapertura de las instalaciones".
Entre
esas medidas están la instalación de paneles de plástico en la recepción
de los hoteles -para evitar el contacto directo-, mesas más espaciadas
en los restaurantes y dispensadores de gel hidroalcohólico en las
entradas de los ascensores.
La nueva campaña publicitaria del Ministerio de Turismo se basa en el lema "Cuídate".
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