miércoles, 30 de noviembre de 2016

Fidel Castro convirtió a Cuba en la meca mundial de la Revolución / Luis Manuel Arce Isaac

El Comandante en Jefe Fidel Castro convirtió a Cuba en la meca mundial de la Revolución, por ello peregrinos de todos los continentes y países acudieron a La Habana a rendirle homenaje en su descanso como soldado de la patria. 
  Así lo patentizaron los líderes africanos Sam Nujoma, Jacob Zuma, Hage Geingob, Robert Mugabe, y latinoamericanos como Daniel Ortega, Nicolás Maduro, Evo Morales, Rafael Correa y Salvador Sánchez Cerén con las experiencias revolucionarias en sus países.

Igualmente más de medio centenar de delegaciones de todos los continentes estuvieron presentes anoche en la histórica Plaza de la Revolución, en La Habana.

Hasta allí llegaron también cientos de representantes de los pueblos de África, Asia, América Latina y Europa, incluidos médicos y maestros, científicos y técnicos, formados en Cuba como expresión del internacionalismo que Fidel inculcó con tanto amor.

El cementerio Santa Ifigenia en Santiago de Cuba, donde reposarán sus cenizas junto a los restos del Maestro, José Martí, el autor intelectual del asalto al Cuartel Moncada que dio inicio a la lucha revolucionaria, será lugar de peregrinaje obligado de ahora en adelante para todos los revolucionarios del mundo.

Su estatura política, que ya en vida era de gigante, se acrecienta para demostrar que su muerte no es cierta porque las ideas son imperecederas, y siempre estará al frente de la Revolución y del pueblo como su glorioso, invencible e invicto Comandante en Jefe.

Quien ilusoriamente y con perversa intención crea o proclame que ha muerto se equivoca de plano. Hombres como él son inmortales, inmoribles como dijo la intelectual argentina Stella Calloni.

Nada ni nadie podrá reducirlo a una tumba, o a un monumento, porque ni siquiera un movimiento telúrico político de máxima intensidad ni toneladas de mentiras de sus enemigos podrán sepultarlo.

Fidel es eterno y vivirá siempre en el corazón de todos los hombres y mujeres buenos y honestos en el mundo, y su concepto de Revolución, que millones de cubanos a lo largo y ancho del país acaban de suscribir como compromiso moral personal y colectivo, trascenderá hasta la vida misma del ser humano y su obra por los siglos de los siglos.

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