CARTAGENA DE INDIAS.- La
prensa en Cuba vive reprimida y amordazada, situación que no cambia con
la nueva Constitución de la isla aprobada el pasado 24 de febrero,
afirmó en Cartagena la Sociedad Interamericana de Prensa
(SIP).
Según
el informe de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP
presentado en su Reunión de Mitad de Año, la nueva Carta Magna "no
retrocede en términos de libertades de expresión o prensa, pero repite
la mayoría de las limitaciones a ellas establecidas por el anterior
texto legal".
El
informe, presentado por el vicepresidente para Cuba de la SIP, Henry
Constantín, indica que "una nueva Constitución para asegurar la mordaza y
mantener la libertad de expresión y la prensa independiente como
conductas delictivas", es el hecho más notorio de la isla en los últimos
seis meses.
"La
Constitución aprobada el 24 de febrero en un referéndum sin garantías
democráticas y plagado de irregularidades reconoce la libertad de
expresión, pero la subordina a la legislación vigente o a leyes y
reformas a discutirse en el mismo ambiente represivo y en el que se ha
gestado la anterior legislación", asegura.
La
represión está detallada en el informe de la SIP, que destaca "los
casos más graves" del último semestre, concentrados en la región
oriental del país.
"Los
periodistas Osmel Ramírez, Niober García Fournier y Roberto de Jesús
Quiñones continúan con estricta prohibición de salir del país, e
incluso, a veces, de salir de la provincia en que residen", además han
sido detenidos o citados en diversas ocasiones por las autoridades e
incluso "recibieron amenazas en contra de sus familias o de que serán
apresados".
Al
igual que ellos, periodistas de medios comunitarios, como Páginas
Villareñas y Panorama Pinareño, fueron detenidos mientras repartían
ejemplares, mientras que corresponsales de Diario de Cuba, Cubanet,
Palenque Visión y los boletines comunitarios del ICLEP o La Hora de
Cuba, "siguen siendo reprimidos".
Incluso
Constantín "fue detenido en la vía pública y amenazado con prisión si
seguía trabajando", añade el documento, y señala que los agentes que lo
arrestaron "traían consigo, el informe impreso que Constantín presentó
en la asamblea de la SIP en Salta" (Argentina), en octubre del año
pasado.
"Se
le mantuvo la prohibición de viajar fuera del país hasta el 10 de marzo
cuando estaba a una semana de cumplir dos años con ese castigo",
agrega, y por eso pudo viajar a Cartagena.
El
informe explica que el artículo 149 del Código Penal, sobre "usurpación
de capacidad legal", sigue siendo "con el que más se amenaza a
periodistas independientes. Hasta el momento en los dos últimos años
ningún colega ha sido condenado".
La
SIP asegura además: "la Seguridad del Estado se ensaña contra mujeres
de la prensa independiente. Suelen ser detenidas, interrogadas y
amenazadas por hombres que les advierten que sus hijos podrían ser
afectados".
En
este punto recuerda que la diseñadora de la revista Convivencia,
Rosalia Viñas, "está condenada a prisión domiciliaria", y Karina Gálvez,
economista del Centro Convivencia y articulista de la revista homónima,
"tiene prohibido salir del país".
En
su informe, la Comisión de Libertad de Prensa recopila numerosos casos
de represión de que son víctimas no solo periodistas sino también
artistas que expresan su opinión crítica con la legislación existente,
como ocurre con el cantante Maykell Osorbo, quien se encuentra detenido.
Igualmente
enumera el bloqueo de sitios webs como Tremenda Nota, Cubanet, Diario
de Cuba, 14ymedio, Martinoticias, El Estornudo, Gatopardo, o el "hackeo"
de cuentas en Facebook y Twitter de activistas políticos.
La
lista incluye a numerosos periodistas que han sufrido detenciones o
acoso, que han sido interrogados, recibido amenazas de encarcelamiento o
de muerte.
También
recoge los nombres de a quienes se les ha "destruido o decomisado
material de trabajo y bienes personales", han sido víctimas de violencia
verbal por parte de policías, citados a establecimientos del Ministerio
del Interior, tienen prohibición de salir de Cuba, de su provincia o de
su casa, entre otros abusos.
"Por
otro lado, los corresponsales extranjeros acreditados en Cuba trabajan
en el país bajo la amenaza permanente de perder sus credenciales, que
administra el régimen, de automáticamente perder su permiso de
residencia, que depende de que mantengan su trabajo en la isla", señala
la SIP.
Por
todo ello, considera que "los problemas de la prensa en Cuba siguen
siendo graves, y los métodos que usan las autoridades para reprimirla
son idénticos a los empleados por quienes reprimen a la prensa en
Nicaragua y Venezuela".
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