lunes, 4 de abril de 2016

Peligra la posición de España como primer inversor y tercer socio comercial en Cuba

MADRID.- La relación con Cuba, en un momento en que muchas iniciativas internacionales tienen como destino la isla, es uno de los aspectos de la política exterior española que puede verse afectado por la situación de bloqueo político que vive nuestro país. Hasta ahora, España siempre ha estado en primera línea en el seguimiento de la evolución en Cuba y ha mantenido su presencia económica allí, recuerda el diario Abc.

Unas semanas antes de que, el 17 de diciembre de 2014, Cuba y Estados Unidos anunciaran la apertura de un proceso de negociación para restablecer sus relaciones diplomáticas, culminado con la reciente visita de Barack Obama, el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo realizaba una visita a La Habana, convencido de que algo estaba empezando a cambiar en Cuba.
Gracias a esa iniciativa, el Gobierno de Mariano Rajoy pudo alardear de haber estado en el sitio oportuno en el momento oportuno. Dada la entrada en escena de Estados Unidos, lo lógico es que España hubiera tratado de dar continuidad a la visita de García-Margallo, con otras de un mayor nivel político, pero el año 2015 las preocupaciones del Ejecutivo estaban más centradas en los numerosos procesos electorales que en otras cosas. Por eso, ni siquiera se planteó la posibilidad de un viaje de Rajoy y mucho menos la de los Reyes, Don Felipe y Doña Letizia, a pesar de que Cuba es el único país de Iberoamérica al que Don Juan Carlos y Doña Sofía no realizaron una visita de Estado. (Sólo estuvieron en 1999 para participar en la Cumbre Iberoamericana de La Habana).
Tras los resultados de los comicios del 20 de diciembre, ya nadie pensó en viaje de alto nivel. En todo este tiempo, Cuba ha recibido algunas visitas de un calado importante: la del presidente francés, François Hollande, en mayo de 2015; la del Papa Francisco, en septiembre; y la del primer ministro italiano, Mateo Renzi, en octubre. Y este año, la de la Alta Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE, Federica Mogherini a comienzos de marzo; y la del presidente estadounidense, Barack Obama, hace un par de semanas.
Mientras La Habana se convierte en lugar de peregrinación para los mandatarios extranjeros, en nuestro país, sobre todo tras la visita de Raúl Castro a Francia, en enero, han surgido voces alertando de que España, pese a sus lazos históricos y afectivos con la isla, puede perder la posición que tenía en Cuba. El riesgo existe, aunque la realidad es que, desde el punto de vista económico, Francia o Italia todavía tratan de abrirse paso en un mercado en el que España es desde hace tiempo el mayor inversor y el tercer socio comercial, con una fuerte presencia en el sector turístico.
Pero también es verdad que, pese a que la apertura económica del régimen es todavía muy limitada, las inversiones pueden llegar muy pronto, sobre todo desde Estados Unidos, si de una u otra manera, se suaviza el embargo. En honor a la verdad, el Gobierno español no ha dejado de estar presente estos meses en el proceso que sigue Cuba, como bien ha podido constatar el vicepresidente económico Ricardo Cabrisas, en sus encuentros en Madrid y La Habana con el ministro de Economía, Luis de Guindos.
España ha desempeñado un papel importante para alcanzar el acuerdo del Club de París por el que se condona a Cuba 7.731 millones de euros de los intereses (de ellos 1.709, por parte española). Además, en noviembre accedió a refinanciar 201,5 millones de euros de la deuda a corto plazo de Cuba.
Más recientemente aún, España reabrió la cobertura de seguros de crédito a la exportación (Cesce) y Guindos prometió a Cabrisas convertir en inversiones en la isla otros 537 millones de deuda. De momento, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, anunció el pasado viernes que el Ejecutivo estudia condonar 275 millones de deuda a Cuba. Además, dijo que los acuerdos con la isla pueden ser firmados por el Gobierno en funciones por tratarse de asuntos de «despacho ordinario», sin necesidad de contar con el aval del Parlamento.
Más de 200 empresas españolas tienen desde hace tiempo negocios en Cuba y alguna compañía está entre las primeras que ha expresado interés en participar en la zona especial de desarrollo de Mariel, con condiciones más favorables para invertir. El sector turístico es el de mayor implantación de las empresas españolas. Diez cadenas hoteleras de España tienen el 90 por ciento de las plazas hde cinco estrellas y el 60 por ciento de las de 40. También hay presencia en transporte áereo, producción de cemento y suministro de agua potable.

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