LA HABANA.- Millones de cubanos se preguntan qué impacto tendrán en sus vidas el
viaje de Obama y el acercamiento entre La Habana y Washington. Muchos
han empezado a pensar en el futuro de una forma distinta, convencidos de
que los lazos amistosos con el poderoso vecino del norte y el
surgimiento de un sector privado en la economía van a resultar en una
mayor prosperidad económica.
Si no hay resultados concretos pronto, es
previsible que los cubanos seguirán yéndose de la isla, como han estado
haciendo en crecientes números desde que las dos naciones comenzaron a
normalizar sus relaciones.
Analistas dicen que el Congreso del Partido Comunista a efectuarse
este mes revelará hasta qué punto el gobierno está dispuesto a acelerar
las reformas que comenzó hace algunos años. Los líderes cubanos han
mostrado poca inclinación a implementar cambios profundos en la
dirección que al mandatario estadounidense le gustaría ver y expresaron
escepticismo en torno a las razones por las que Estados Unidos quiere
normalizar las relaciones.
Recién, en un ensayo publicado por medios
locales, Fidel Castro le dijo a Obama que no se meta en los asuntos
cubanos. "No necesitamos que el imperio nos regale nada", expresó. Hasta
sus admiradores, no obstante, consideraron el comentario fuera de
lugar.
Durante décadas los cubanos pensaron que la única forma de mejorar sus vidas
era yéndose del país. Es un cambio que se gestó a lo largo de años. La
pequeña apertura económica de Raúl Castro combinada con un creciente
turismo de personas de todas partes del mundo --y ahora de algunos
estadounidenses-- y los 2.800 millones de dólares que los cubanos del
exterior envían por año han generado una nueva clase de isleños que
tienen negocios rentables y pueden viajar, comer en restaurantes caros y
vivir en hermosas casas restauradas.
La visita de Obama alentó más esperanzas de mejorar sus vidas todavía.
"Puede generar un cierto nivel de activismo en torno al futuro de la
gente que antes no existía", dijo Christopher Sabatini, profesor de la
School of International and Public Affairs de la Columbia University.
Al mismo tiempo, esas novedades ponen de
manifiesto las disparidades que están surgiendo en un país donde la
igualdad es un pilar fundamental del sistema socialista.
"Hay una brecha cada vez más grande entre lo que
el cubano común quiere y la realidad", opinó Ted Piccone, del grupo de
estudios Brookings Institution. "Creo que el viaje subió las tensiones a
un nuevo nivel".
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