BUENOS AIRES.- A cinco años de la última reunión del Partido
Comunista Cubano en 2011, Cuba celebra el VII Congreso
de la agrupación, una cita crucial para definir el legado
de la generación histórica del castrismo y confirmar el proceso de
apertura económica empezado por Raúl Castro. Pero, esencialmente, será el último congreso de la gerontocracia de la isla, según afirma el diario 'Clarín'.
Unos 1.000 militantes del PCC se reunirán hasta el martes, para el principal cónclave de la única
formación política que rige los destinos de la isla caribeña desde hace
más de cinco décadas.
“Vanguardia organizada de la nación
cubana, fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que
organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la
construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”,
como se lee en su estatuto, el partido -surgido de la fusión entre el
Movimiento 26 de julio de Fidel Castro, el Partido Socialista Popular,
Directorio Revolucionario 13 de marzo- fue formalmente constituido el 26
de marzo de 1962 con el nombre de Partido Unido de la revolución
socialista de Cuba.
Pero recién el 3 de octubre de 1965 tomó su
nombre actual y apenas en 1975 tuvo lugar el primer Congreso. Otros
siguieron en 1980, 1986, 1991, 1997 y 2011. Números suficientes para
mostrar como Fidel haya sido reacio a los cuestionamiento de su poder.
Este Congreso, sin embargo, tiene una importancia distinta, por ese dato de que salvo sorpresas, será el último que de la generación histórica.
El evento podría terminar de allanar el camino para un relevo en la
envejecida cúpula de poder del castrismo, donde el primer secretario y
president del país Raúl Castro cumplirá 85 años y el segundo, José Ramón Machado Ventura, 86.
La
expectativa de renovación deriva de una promesa política del propio
Raúl Castro, quien tras asumir la presidencia en 2006, anunció que
dejará el poder al final de su segundo mandato de cinco años, en 2018.
Un probable heredero, siempre citado, es el vicepresidente primero Miguel Diaz-Canel, nacido en la revolución y mano derecha del jefe de Estado.
El VII Congreso llega en un momento histórico para Cuba,
en medio del deshielo con su antiguo enemigo ideológico, Estados
Unidos. Y con la isla sumida de lleno en el proceso de reformas de
mercado impulsadas por Castro desde hace varios años y bendecido por su
hermano Fidel en 2010, cuando sostuvo que “el modelo ya no funciona ni
siquiera para nosotros”.
Oficialmente, la reunión a puerta
cerrada del único partido autorizado en la isla debe “dar continuidad”
al Congreso previo, en el que se acordó en 2011 la apertura económica.
Cinco años después de aprobar las reformas que están cambiando el
paisaje económico de Cuba, el Partido Comunista afronta el desafío de
acelerar el ritmo de ese proceso de actualización. También ampliar los
espacios del emergente sector privado surgido en el país, por ahora
limitado al medio millón de “cuentapropistas”. Son los
pequeños emprendedores que el mismo presidente estadounidense Barack
Obama eligió durante su reciente visita a la Habana como símbolo de los
nuevos tiempos.
Para el régimen, continuar por ese sendero es una prioridad para evitar el colapso del país
ya que, pese a las reformas, la economía de Cuba sigue amenazada por
bajos porcentajes de crecimiento y por el derrumbe del precio del
petróleo, del cual la isla depende por la cuota que le transfiere, ahora
reducida a la mitad, el aliado en crisis Venezuela.
Se trata, por otro lado, de un proceso ya experimentado por otros regímenes comunistas del mundo, como la China de Deng Xiaoping de mitad de los ‘70 y el Vietnam del “doi moi”, o renovación multifacética de 1986.
Dos ejemplos exitosos en los que esos regímenes lograron sobrevivir
abriéndose al mundo y al mercado. El Partido Comunista Cubano busca
replicar esa misma receta.
El relevo
Desde la designación de Miguel Díaz-Canel, como primer vicepresidente de
los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, la sucesión a la cúpula
del poder castrista recayó por primera vez en una figura ajena al llamado
círculo de los históricos.
Desde que Fidel Castro asumió el poder en 1959, su hermano Raúl fue su
segundo al mando; y esa posición pasó a manos de José Ramón Machado
Ventura, otro veterano miembro de las guerillas, cuando el general
Castro ocupó la jefatura del gobierno en 2008.
Díaz-Canel Bermúdez, de 56 años, es un dirigente político formado en las filas del Partido Comunista.
La sangrienta represión desatada en los llamados años duros del
castrismo durante toda la década del 60, los fusilamientos y las
prisiones, la represión contra la oposición clandestina, las luchas
guerrilleras encabezadas por los campesinos de El Escambray, y la
invasión de Playa Girón, no forman parte de su militancia política.
"Yo creo que esa es una circunstancia muy significativa porque en efecto
es un hombre que no estuvo asociado a esas luchas, que han marcado todo
estos últimos años”, dijo el profesor Mauricio Font, director del
Proyecto Cuba de la Universidad de Nueva York. “Al menos simbólicamente
representa la entrada de la nueva generación a la dirección política del
gobierno”.
Font destacó que contrario a lo que algunos especulaban, el aparente
sucesor de Raúl Castro no proviene de las filas militares, sino civiles.
“Este hombre es un cuadro profesional del Partido Comunista,
independientemente de que ha estado en las Fuerzas Armadas, cumpliendo
el Servicio Militar Obligatorio, y estudiando luego en el Colegio de
Defensa, que pasan todos los altos dirigentes del Partido”, apuntó.
La trayectoria política de Díaz-Canel se remonta a sus años juveniles y
se afianza con su entrada al selecto grupo de los miembros del Comité
Central del Partido Comunista de Cuba, al cual ingresó en 1991.
“El compañero Díaz-Canel no es un advenedizo ni un improvisado”, indicó
Castro en el discurso pronunciado en su día ante la Asamblea Nacional.
Nació el 20 de abril de 1960 en Las Villas, en la Finca Díaz-Canel
propiedad de su familia, en el entonces municipio Falcón, ahora barriada
del municipio Placetas.
Sus padres: Aida Bermúdez, maestra graduada de la Escuela Normal y Miguel Díaz-Canel, trabajador de una planta mecánica en Santa Clara.
Sus estudios: La mayor parte de su vida estudiantil la
hizo becado primero en la Escuela Secundaria Básica en el Campo (ESBEC)
Primero de Mayo (Yabú 1) de Santa Clara y luego en el Instituto
Preuniversitario en el Campo Jesús Menéndez. En 1982 se graduó de
Ingeniería Civil en la Universidad Central de las Villas Marta Abreu.
Vida militar:
El servicio social lo realizó en las Fuerzas Armadas como oficial en la Unidad Militar 3875, donde estuvo hasta 1985.
Carrera Política:
Al salir de las filas castrenses trabaja como profesor en la Universidad
de las Villas y se inicia como “cuadro profesional” de la Unión de
Jóvenes Comunistas (UJC) en el centro docente.
Entre 1987 y 1989 estuvo en Nicaragua cumpliendo una "misión
internacionalista” en la que estuvo al frente de la UJC del grupo de
cubanos que se encontraban en el país centroamericano.
En 1989 integra el comité provincial del Partido Comunista en Villa
Clara y es seleccionado para el Comité Nacional de la UJC, entonces
dirigida por Roberto Robaina.
En 1991 se convierte en miembro del Comité Central del PCC.
En 1993 es designado Segundo Secretario del Comité Nacional de la UJC y
es parte del Buró Ejecutivo del Comité Provincial del Partido en Villa
Clara.
En 1994 se convierte en primer secretario del partido en Villa Clara.
En 2003 es nombrado primer secretario del partido en Holguín, desde esa posición pasa al Buró Político del PCC.
En 2009 es nombrado Ministro de Educación Superior.
En marzo del 2012 se convierte en uno de los vicepresidentes del Consejo de Ministros.
Recientemente acompañó a Raúl Castro a Chile para la Cumbre de la CELAC y
fue el encargado de abanderar a la delegación de peloteros cubanos que
partió recientemente al Japón para el III Clásico Mundial
Aficiones: los deportes en especial el baloncesto.
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