lunes, 28 de noviembre de 2016

Los delfines del castrismo: ¿quién será el heredero de la Revolución?

MADRID.- Con la muerte de Fidel Castro, los cubanos quedan huérfanos del que fue su líder y patriarca, además de un icono para la izquierda militante de todo el mundo; pero más allá del plano simbólico, la isla afronta ese cambio sin contratiempos, bajo la tutela de Raúl, que tiene bien trazado el rumbo a seguir. 

Por ello, más que preguntarse qué pasará con Cuba sin Fidel, la incógnita reside en quién heredará el testigo de la octogenaria generación histórica de la Revolución a partir de 2018, cuando Raúl Castro tiene previsto abandonar la presidencia del país sin que haya un sustituto claro, en su mayoría familiares, que convenza a la población.
La mayoría de las quinielas señalan como posible sucesor al único hijo varón de Raúl, Alejandro Castro Espín, responsable de los servicios de inteligencia y contrainteligencia cubanos. Este coronel de 51 años, ingeniero y máster en Relaciones Internacionales, es conocido como El Tuerto tras volver de la guerra de Angola sin un ojo, aunque no lo perdió en combate sino en un accidente en Luanda.
Alejandro se ha convertido en el asistente personal del presidente desde que su padre tomara el relevo a Fidel en 2006. Su presencia en actos políticos y visitas oficiales de Raúl Castro se ha incrementado en los últimos años, lo que ha hecho que muchos expertos le señalen como el primero en la sucesión. Alejandro estuvo presente por ejemplo en la visita de Barack Obama del pasado marzo y dirigió personalmente las negociaciones con Vladimir Putin unos meses antes.
En segundo lugar está Mariela, la hermana de Alejandro, una de los descendientes de los Castro que ha alcanzado mayor proyección pública y mediática en los últimos años al frente del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) por sus reivindicaciones en favor de los derechos de la comunidad homosexual en un país que llegó a crear campos de concentración para la población LGTBI en los primeros años de la Revolución. Sin embargo, Mariela, que también es diputada de la Asamblea Nacional del Poder Popular, nunca ha expresado una aspiración mayor que seguir al frente del Cenesex.
Mención especial merece Raúl Guillermo Rodríguez Castro, el nieto favorito de Raúl, que a sus 31 años ha sido su guardaespaldas y asistente personal durante diez años.
Su padre es otro de los favoritos del régimen cubano. El exyerno de Fidel y exmarido de su hija Deborah, el poderoso general Luis Alberto Rodríguez López-Callejas también figura en las quinielas de la posible sucesión. López-Callejas tiene entre sus manos el 70% del comercio minorista en Cuba como presidente de Gaesa (Grupo de Administración de Empresas).
Fuera de la familia Castro las miradas se dirigen a varios funcionarios y militares como posibles sucesores. Uno de ellos es Miguel Díaz-Canel, primer vicepresidente del Consejo de Estado. Destaca su meteórica carrera paso a paso en el seno del Partido Comunista, convirtiéndose en el primer civil nacido en la Revolución al frente del Gobierno de la mano de Raúl Castro, lo que despertó el recelo de buena parte del Ejército y sobre todo de viejos compañeros de armas de los hermanos Castro.
Otro delfín del régimen es Bruno Rodríguez, ministro de Exteriores y miembro del Buró Político del PCC. Durante siete años ha ejercido una gran labor en el ámbito diplomático, destacando entre sus logros el restablecimiento de relaciones con EEUU y un acercamiento a la UE.
Pese a su peso político y su poder en el régimen cubano, muchos expertos consideran que los civiles Miguel Díaz-Canel y Bruno Rodríguez tendrán que enfrentarse a la resistencia del Ejército que no permitirá que uno de ellos se convierta en el sucesor de Raúl. Y es que los militares siguen siendo considerados la única institución con poder real en la isla. 

Por eso entre los posibles sucesores también se perfilan varios comandantes y generales fieles a Raúl Castro como son José Ramón Machado Ventura, número 2 del PCC; Leopoldo Cintra, Ministro de las Fuerzas Armadas; Álvaro López Miera, jefe del Estado Mayor o el comandante Ramiro Valdés.

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