MIAMI.- Luego de protestas, presiones políticas y la posibilidad de una demanda,
Carnival Corp. anunció el lunes que permitirá el abordaje de
cubano-estadounidenses en su crucero inaugural a la isla, pero advirtió
que demorará el viaje si Cuba no deroga su política de prohibirle la
entrada de sus ciudadanos que lleguen por mar.
El director ejecutivo de la empresa, Arnold Donald, dijo en un
comunicado que la compañía continúa en negociaciones con la isla a fin
de resolver el asunto antes del primero de mayo, cuando debe zarpar el
viaje inaugural.
El buque Adonia, con capacidad para 704 pasajeros, iría cada dos
semanas a tres puertos cubanos: La Habana, Cienfuegos y Santiago de
Cuba.
"Queremos que todos puedan ir a Cuba con nosotros", declaró Donald.
"Estamos muy emocionados con esta oportunidad histórica de poder ofrecer
a nuestros clientes una extraordinaria experiencia vacacional en Cuba".
La decisión surge después de protestas durante la semana por
cubano-estadounidenses frente a las oficinas de Carnival en Doral, un
suburbio de Miami. El alcalde del condado Miami-Dade, Carlos Giménez
—nacido en Cuba— incluso dio a entender en una carta que Carnival podría
estar violando principios de derechos humanos al discriminar contra un
sector de la población.
Además de ello, dos cubano-estadounidenses a quienes se les impidió
comprar boletos para el viaje del primero de mayo debido a que nacieron
en Cuba consideran la posibilidad de presentar una demanda colectiva en
un tribunal federal de Miami. Y el secretario de Estado John Kerry
declaró durante una visita a Miami el viernes que Cuba debería cambiar
esa política y que Carnival de todas maneras debería permitir a quien
quiera abordar sus cruceros.
Cuba sí permite el ingreso de cubanos a la isla, pero por vía aérea.
Donald dijo que Carnival continúa en gestiones para que sus negocios de
crucero puedan "competir en condiciones equitativas" con aerolíneas y
vuelos fletados.
"De nuevo, confiamos en que alcanzaremos un acuerdo y continuamos
trabajando a toda máquina para prepararnos para los viajes de Miami a
Cuba cada dos semanas", expresó.
Carnival, la mayor compañía de cruceros del mundo, opera 10 marcas en
todo el globo con 100 buques que visitan unos 700 puertos, según el
comunicado de la compañía.
Los barcos cruceros estadounidenses dejaron de ir a Cuba poco después
de la revolución de 1959. Su reanudación era un elemento importante de
los planes de aumentar el turismo a Cuba tras el anuncio de los dos
países el 17 de diciembre de 2014 de que reanudarían relaciones
diplomáticas. Para las autoridades cubanas, las embarcaciones parecían
una solución clave para atraer a turistas norteamericanos que gastarían
dólares en el país, sin tener que usar los hoteles frecuentemente
saturados y dilapidados de la isla.
Sin embargo, la idea de descomunales y ultramodernas embarcaciones
soltando a miles de norteamericanos por las calles de La Habana ha
causado escozor entre ciertos sectores del gobierno cubano que temen un
nuevo intento de Estados Unidos de dominar a la isla, esta vez por la
vía económica.
La idea de ver a cubanos viajando por mar entre los dos países es
particularmente traumática para los dos bandos: para unos, por los
intentos de exiliados cubanos de desembarcar en Cuba para desatar una
rebelión contra el sistema comunista y para otros, por los cubanos que
aún usan endebles embarcaciones para tratar de llegar a suelo
estadounidense.
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