LA HABANA.- A juzgar por la persistencia de los anaqueles vacíos en las tiendas y
las filas de personas a las puertas de los agromercados y centros
comerciales, el nuevo modelo económico que intenta implementar el
gobierno cubano pareciera estar muy lejos de solucionar ese
desabastecimiento reconocido por los propios medios de prensa
oficialistas y hasta eufemísticamente calificado, hace ya un par de
años, como “cíclico” por el diario Granma, quizás en un intento por disimular el endemismo del fenómeno.
Aunque, durante el último medio siglo, la abundancia de productos
jamás ha sido un signo distintivo de la red estatal de comercio en la
isla, la agudización del problema en los últimos meses es verificable
con tan solo asomarse a cualesquiera de los comercios ubicados en “áreas
exclusivas” (similares a los de 3ra. y 70 o 5ta. y 42, en Playa, entre
los más cercanos al circuito de personas con mayor poder adquisitivo),
que incluso durante la hambruna de los años 90 mantuvieron una oferta
relativamente estable de productos alimenticios e industriales, aunque
solo disponible para personal diplomático y ciudadanos con privilegios
especiales de acuerdo con su filiación ideológica o sus relaciones
personales con la alta dirigencia cubana.
Si desde mediados del 2013 hasta finales del 2015, según los escasos
reportes aparecidos en la prensa oficialista, la escasez de productos
era más notable en renglones relacionados con el aseo personal y la
higiene doméstica, en estos primeros cuatro meses del 2016 la carestía
ha afectado la totalidad de los géneros y mercancías que, en otros
tiempos, al menos estaban disponible de manera intermitente, aunque a
precios demasiado altos en comparación con los salarios de los
trabajadores.
Al nivel de los pequeños comercios estatales y de los almacenes
suministradores, el desabastecimiento que padecen hoy los cubanos es
visto hasta cierto punto como intencional.
La paulatina disminución de las importaciones, en correspondencia con
los llamados “lineamientos económicos” de las reformas raulistas,
pudiera aparecer entre las disímiles causas del desabastecimiento.
En cuanto al comportamiento de las importaciones, no existen
estadísticas oficiales publicadas con las que los expertos puedan
determinar una tendencia al decrecimiento, sin embargo, los llamados
datos espejos, ofrecidos por algunos de los mayores socios comerciales
de la isla, describen una caída drástica incluso en la compra de
productos que siempre fueron los de mayor demanda, como el trigo o la
carne de aves, así como un incremento en las exportaciones de productos
que tradicionalmente Cuba importaba.
Octavio Suárez, economista y ex funcionario de una empresa
exportadora de productos derivados del petróleo, perteneciente al
sistema de empresas de las Fuerzas Armadas, afirma que la importación y
re exportación de petróleo y sus derivados es una actividad comercial
creciente que ha desplazado a otro tipo de importaciones:
“Cuba es actualmente un importante exportador de petróleo y sus
derivados, al menos en el área del Caribe. (…) Las empresas cubanas
exportan más de la mitad de lo que importan, sobre todo desde Venezuela.
(…) Venezuela vende a Cuba a precios pactados muy por debajo de los
precios del mercado internacional y Cuba lo revende a otros países del
área. Eso ha ocupado uno de los primeros lugares en las importaciones y
tal vez ya ahora en 2016 haya desplazado a los cereales como primer
producto. (…) No se tienen datos confiables sobre el comportamiento pero
hay cifras publicadas por algunos de los socios comerciales y dicen
bastante. (…) Creo que el gobierno necesita acumular grandes volúmenes
de capital y de una manera rápida para poder aguantar lo que le viene
encima. Están pactando las deudas con la Unión Europea, y están
dispuestos a dejar entrar con todo a los americanos, y tienen que tener
un buen respaldo para poder acceder a créditos. (…) Lo que menos les
preocupa es cómo llenar los anaqueles de las tiendas porque al mercado
negro le va de maravillas y ese es el que hay que garantizar porque de
ahí comemos todos, desde el uno hasta el cero”.
Desde mediados del 2015, en asambleas del Partido Comunista de Cuba
ya se les había anunciado a los militantes un aumento del
desabastecimiento durante los primeros meses del 2016, e incluso el
posible inicio de otro Período Especial, dependiendo de la situación
política en Venezuela. Algunos economistas no dudan en relacionar la
escasez actual con la incertidumbre que genera en los dirigentes cubanos
los acontecimientos en la nación sudamericana, que se ha mantenido,
durante una década, encabezando la lista de los más importantes socios
comerciales de Cuba.
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