miércoles, 6 de abril de 2016

Escasez de productos, el mal endémico de Cuba

LA HABANA.- A juzgar por la persistencia de los anaqueles vacíos en las tiendas y las filas de personas a las puertas de los agromercados y centros comerciales, el nuevo modelo económico que intenta implementar el gobierno cubano pareciera estar muy lejos de solucionar ese desabastecimiento reconocido por los propios medios de prensa oficialistas y hasta eufemísticamente calificado, hace ya un par de años, como “cíclico” por el diario Granma, quizás en un intento por disimular el endemismo del fenómeno.

Aunque, durante el último medio siglo, la abundancia de productos jamás ha sido un signo distintivo de la red estatal de comercio en la isla, la agudización del problema en los últimos meses es verificable con tan solo asomarse a cualesquiera de los comercios ubicados en “áreas exclusivas” (similares a los de 3ra. y 70 o 5ta. y 42, en Playa, entre los más cercanos al circuito de personas con mayor poder adquisitivo), que incluso durante la hambruna de los años 90 mantuvieron una oferta relativamente estable de productos alimenticios e industriales, aunque solo disponible para personal diplomático y ciudadanos con privilegios especiales de acuerdo con su filiación ideológica o sus relaciones personales con la alta dirigencia cubana.
Si desde mediados del 2013 hasta finales del 2015, según los escasos reportes aparecidos en la prensa oficialista, la escasez de productos era más notable en renglones relacionados con el aseo personal y la higiene doméstica, en estos primeros cuatro meses del 2016 la carestía ha afectado la totalidad de los géneros y mercancías que, en otros tiempos, al menos estaban disponible de manera intermitente, aunque a precios demasiado altos en comparación con los salarios de los trabajadores.
Al nivel de los pequeños comercios estatales y de los almacenes suministradores, el desabastecimiento que padecen hoy los cubanos es visto hasta cierto punto como intencional. 
La paulatina disminución de las importaciones, en correspondencia con los llamados “lineamientos económicos” de las reformas raulistas, pudiera aparecer entre las disímiles causas del desabastecimiento.
En cuanto al comportamiento de las importaciones, no existen estadísticas oficiales publicadas con las que los expertos puedan determinar una tendencia al decrecimiento, sin embargo, los llamados datos espejos, ofrecidos por algunos de los mayores socios comerciales de la isla, describen una caída drástica incluso en la compra de productos que siempre fueron los de mayor demanda, como el trigo o la carne de aves, así como un incremento en las exportaciones de productos que tradicionalmente Cuba importaba.
Octavio Suárez, economista y ex funcionario de una empresa exportadora de productos derivados del petróleo, perteneciente al sistema de empresas de las Fuerzas Armadas, afirma que la importación y re exportación de petróleo y sus derivados es una actividad comercial creciente que ha desplazado a otro tipo de importaciones:
“Cuba es actualmente un importante exportador de petróleo y sus derivados, al menos en el área del Caribe. (…) Las empresas cubanas exportan más de la mitad de lo que importan, sobre todo desde Venezuela. (…) Venezuela vende a Cuba a precios pactados muy por debajo de los precios del mercado internacional y Cuba lo revende a otros países del área. Eso ha ocupado uno de los primeros lugares en las importaciones y tal vez ya ahora en 2016 haya desplazado a los cereales como primer producto. (…) No se tienen datos confiables sobre el comportamiento pero hay cifras publicadas por algunos de los socios comerciales y dicen bastante. (…) Creo que el gobierno necesita acumular grandes volúmenes de capital y de una manera rápida para poder aguantar lo que le viene encima. Están pactando las deudas con la Unión Europea, y están dispuestos a dejar entrar con todo a los americanos, y tienen que tener un buen respaldo para poder acceder a créditos. (…) Lo que menos les preocupa es cómo llenar los anaqueles de las tiendas porque al mercado negro le va de maravillas y ese es el que hay que garantizar porque de ahí comemos todos, desde el uno hasta el cero”.
Desde mediados del 2015, en asambleas del Partido Comunista de Cuba ya se les había anunciado a los militantes un aumento del desabastecimiento durante los primeros meses del 2016, e incluso el posible inicio de otro Período Especial, dependiendo de la situación política en Venezuela. Algunos economistas no dudan en relacionar la escasez actual con la incertidumbre que genera en los dirigentes cubanos los acontecimientos en la nación sudamericana, que se ha mantenido, durante una década, encabezando la lista de los más importantes socios comerciales de Cuba.

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