MIAMI.- La empresa de cruceros Carnival está implementando –por exigencia de La Habana– una prohibición abiertamente discriminatoria de llevar a cubanoamericanos en las excursiones a Cuba que empezarán a operar a partir de mayo.
"Están imponiendo leyes represivas cubanas a los ciudadanos estadounidenses", dijo a The Miami Herald
María de los Ángeles Torres, experta en asuntos cubanos y activista
contra el embargo y a favor de la política de compromiso con Cuba, cuya
reserva fue cancelada por haber nacido en la isla.
Torres, catedrática de Estudios Latinoamericanos y Latinos en la
Universidad de Illinois, llegó a Estados Unidos siendo una niña, como
parte de la operación Pedro Pan. Desde 1978 ha estado viajando a la isla con fines de investigación académica.
El Herald señala que, pese a ser ciudadana estadounidense y a sus credenciales liberales, se le ha negado la posibilidad de viajar en los cruceros de la primera empresa que cuenta con las licencias de los dos países para empezar a operarlos.
Torres hizo sus trámites con Fathom, la subsidiaria
de Carnival que se está ocupando de los cruceros a Cuba, para viajar en
octubre. Al llegar a las preguntas sobre pasaportes y decir que había
nacido en la isla, la empleada que la atendía le buscó una declaración
del departamento jurídico de la compañía que explica:
"Las actuales leyes cubanas prohíben que individuos
nacidos en Cuba ingresen a la isla en barcos u otras naves marítimas,
sin importar su ciudadanía estadounidense. Por esa razón, Fathom no
puede en este momento acomodar a individuos nacidos en Cuba".
Cuba suele quejarse de que las leyes del embargo estadounidenses se aplican de manera extraterritorial,
al regir para subsidiarias de empresas y bancos norteamericanos en
terceros países. Para Torres, la condición impuesta a Carnival
representaría una extraterritorialidad a la inversa.
"Es como que van a traer la ley cubana aquí", se quejó.
La prohibición a cubanos
residentes en el exterior para entrar a Cuba por vía marítima y la
obligatoriedad de realizar el trámite migratorio de entrada en los
aeropuertos, se han aplicado durante décadas.
Esta prohibición no se encuentra en la Ley de Inmigración de 2012
ni en otras leyes cubanas. Parece pertenecer a la nebulosa de reglas y
disposiciones no escritas o sólo disponibles para consumo interno (es
probable que se trate de pautas del manual de la Dirección de
Inmigración y Extranjería) implementadas por el Ministerio del Interior
(MININT).
En enero de 2015, el portal KeysNews, de Cayo Hueso, publicó que el comodoro del Club Náutico Marina Hemingway
de Cuba, José Miguel Díaz Eschrich, solicitó autorización al MININT
para que varios cubanoamericanos viajaran a Cuba (algunos en sus propios
veleros), con la regata Copa República de la Concha. El permiso nunca llegó.
La medida es impopular entre los cubanos emigrados, la mayoría asentados en el sur de la Florida, y que constituyen el mayor grupo de viajeros que van a la isla anualmente, después de los turistas canadienses.
Representa, asimismo, un escollo para una eventual normalización de las relaciones bilaterales en lo referente a los viajes.
La Administración Obama ha modificado regulaciones
relativas a Cuba para facilitar por una parte las visitas de los
estadounidenses bajo 12 categorías autorizadas y, por otra, para que
puedan viajar legalmente a la isla en aviones comerciales, cruceros,
ferries y yates privados de Estados Unidos.
Preguntado por el Herald al respecto, el portavoz de Carnival, Roger Frizzell, dijo que la línea de cruceros "sólo está acatando las leyes
establecidas. Hemos solicitado un cambio de política, que aún no ha
sido concedido, pero nuestra esperanza e intención es que podamos viajar
con todo el mundo. Vamos a seguir sosteniendo conversaciones [con
Cuba]".
La reportera del diario, Fabiola Santiago, preguntó al vocero si
Carnival habría estado dispuesto a llevar cruceros a Sudáfrica durante
el apartheid y no llevar pasajeros negros porque esa era la ley.
Frizzell repitió que Carnival acata las leyes de los países adonde
viaja. "Supongo que eso significa que la respuesta es sí", concluye
diciendo la autora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario