LA HABANA.-El gobierno cubano vigila y se beneficia del sistema de pasaportes venezolanos hace más de una década, según los documentos filtrados por Papeles de Panamá. Los documentos de identificación del país latinoamericano se fabricaban en Alemania y eran gestionados por una empresa offshore, adquirida por el bufete panameño Mossack Fonseca, según la publicación conjunta entre el portal venezolano Armando.info y el peruano IDL Reporteros.
La intervención del gobierno cubano incluyó transferencias y comisiones que transcurrían al menos por cuatro países. El equipo de Raúl Castro controlaría el sistema de personalización de pasaportes y de las cédulas electrónicas de
Venezuela. Además, nutriría las arcas cubanas al comerciar con Caracas
la tecnología pertinente para que Chávez renovara su sistema de
identificación a finales 2005.
"Fue así como Francisco
Pardo Mesones, ex director del Banco Central de Reserva de Perú, terminó
arreglando en Caracas una triangulación de transferencias y contratos a
través de paraísos fiscales", se asegura en las filtraciones.
El intercambio tuvo lugar en las oficinas de Mossack Fonseca y se realizó entre Lima y Ciudad de Panamá.
Pardo Mesones escogió el nombre de la futura empresa rebuscando entre
firmas recién registradas en Panamá. "El cliente desea adquirir la
sociedad Billingsley Global Corp", escribió en julio de
2006 la representante del bufete panameño , Mónica Ycaza, a los de la
sede principal. Tras la creación de la empresa se abrieron las cuentas
bancarias adonde fueron los primeros depósitos de La Habana.
Pardo se aseguró de componer muy bien todo el puzzle. Tenía en sus manos una carta de referencia firmada por Pedro Pablo Kuczysnki, entonces segundo al mando del gobierno de Alejandro Toledo
y candidato a la presidencia de Perú. De esta manera y con los
contratos firmados entre Cuba y Venezuela, Billingsley Global Corp, la
recién empresa creada se aseguró 64 millones de euros:40 millones a Alemania (donde se diseñaron los pasaportes) y 24 millones en Panamá.
Las
cédulas electrónicas y los pasaportes venezolanos se ha expedido de
manera impermeable. Cuba, ademas, limitó el acceso al software a través
de Albet Ingeniería y Sistemas. Todas la licencias del
uso de las aplicaciones informáticas sería transferidas a la parte
cubana que aparece en el contrato: el Banco Financiero Internacional SA
de la República de Cuba (BFI) según los documentos filtrados.
El diario El Nacional reveló en 2011, el acceso de
los servicios de inteligencia cubanos al sistema venezolano de
identificación. Cuba podía "incluir o borrar información de las bases de
datos y hasta expedir documentos de identidad venezolanos en otros
países".
"A todo el que ha estado cerca del contrato de la cédula
electrónica, que lo ha objetado, lo han amenazado", aseguró Anthony
Daquin, ex-asesor del Ministerio del Interior y Justicia del gobierno de
Chávez.
Más revelaciones
El ingeniero en computación Anthony Daquin, afirma que "saldrán más informaciones que comprometan mucho más al gobierno de Cuba, este es solo la punta del iceberg".
Daquin destaca que " el gobierno de los Castro logró hacerse de muchísima información y administrar y manipular las bases de datos de aproximadamente nueve países".
El
ex-asesor asegura que Albet Ingeniería y Sistemas (empresa que proveía
el software) estaba dirigida por el vicepresidente del consejo de
ministros en Cuba, Ramiro Valdés,
"quien dio las primeras instrucciones de cómo se iba a manipular todo
esto", y para ella trabajaban antiguos empleados de la empresa Copextel (es la empresa cubana que presta servicios técnicos especializados de computación, gastronomía hotelera y electrodomésticos).
El ingeniero ha denunciado varias veces la capacidad de Cuba de modificar documentos
de otras naciones, alegando que "compromete la seguridad de la región".
Daquin trabajó con el gobierno venezolano desde 1997, en materia de
emisión de documentos de identidad.
Silencio en los medios de prensa de Cuba
Los
medios cubanos silencian, a su antojo y acomodo, los datos más
pintorescos sobre la realidad política. Y los trillos de la corrupción,
claro está. Es una orgía de informaciones, que descubren los lunares de
los enemigos de la Revolución, para distraer a la gente de las
pestilencias propias.
Papeles de Panamá ha salpicado a la isla
caribeña y los principales medios del país han hecho oídos sordos. "Aquí
en los medios no hay nada de eso, si se publica en Cubadebate o Granma significa que se volvieron locos", asegura Claudia desde la isla.
Cubadebate, el medio informativo de más alto tráfico en Cuba con hasta 100.000 visitas por
día ha publicado sobre Mossack Fonseca y Macri, Vargas Llosa y su
compañía offshore y el titular más irónico "Lo que muestran y lo que
ocultan los Papeles de Panamá". Cuba no aparece, ni por asomo, en
ninguno de los artículos.
Lo mismo sucede en Granma , el órgano político oficial del gobierno cubano y Juventud Rebelde, el diario de la juventud de la isla. Ni una alusión al destape de Cuba en los Papeles de Panamá.
Según Claudia, una periodista cubana, el noticiero televisivo de la
semana dedica solo un minuto a la extensa investigación sobre el bufete
panameño de Mossack Fonseca.
El gobierno de Cuba hace malabares
para ocultar la información sobre la dudosa vinculación de dirigentes y
políticos cubanos con el bufete panameño. El Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR), acomoda a su antojo la información mediante la constante presión a los medios de prensa nacional.
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